Portada » Magisterio » Modelos de Intervención y Accesibilidad para Personas en Situación de Dependencia
Un equipo de trabajo es el conjunto organizado de personas que aportan su formación, conocimientos, habilidades y experiencia en la realización de una tarea común.
El equipo de trabajo en servicios de atención a personas en situación de dependencia suele componerse de un número reducido de personas que comparten una serie de principios:
Un equipo de trabajo multidisciplinar o interdisciplinar está formado por profesionales que proceden de diferentes disciplinas, pero están orientados a un mismo objetivo.
El o la profesional de referencia es el miembro del equipo de trabajo que se encarga de atender de manera personalizada a una persona usuaria.
Como técnico o técnica en atención a las personas en situación de dependencia (TAPSD), serás un miembro más del equipo interdisciplinar y, tal como hemos visto, deberás trabajar de forma coordinada con los demás profesionales en las intervenciones programadas.
Según los objetivos que se persigan mediante la intervención, prestarás las atenciones a las personas usuarias priorizando una de las siguientes finalidades:
Todos estos profesionales están organizados de manera que forman parte de una estructura en la que se establecen relaciones jerárquicas en varios niveles entre las personas que ejercen la autoridad (jefatura, mando, supervisión, etc.) y las que están subordinadas a ellas.
Generalmente, cualquier servicio o equipamiento debe contar con un director o una directora y, en su ausencia, debe haber designada una persona responsable autorizada para atender las contingencias que puedan presentarse. Toda la complejidad de esta estructura se representa en un organigrama.
Un organigrama consiste en la representación gráfica de la estructura organizativa de una institución, en nuestro caso, un centro residencial o un centro de día.
La intervención en personas en situación de dependencia incluye todas aquellas actuaciones que realizamos para atender de manera integral las necesidades de las personas que cuidamos.
La planificación es la fase de la intervención en la que se deciden las actuaciones que se van a llevar a cabo. La planificación personalizada se concreta en unos documentos formales como son:
El Plan de Atención Individualizada (PAI), también denominado Plan Individualizado de Atención Integral (PIAI), es el documento en el que se planifica el conjunto de actuaciones destinadas a la atención integral y personalizada de cada una de las personas usuarias. La elaboración del PAI consta básicamente de dos fases: la valoración inicial de la persona usuaria y el diseño del plan, en el que además de las diferentes acciones, también se recogerán los mecanismos de valoración, control y seguimiento de su evolución. La elaboración de este plan debe terminarse antes de los 60 días posteriores al ingreso.
En atención a la dependencia, en función de la intención de las actuaciones, se diferencia entre intervención educativa y asistencial.
Habitualmente, la atención a las personas enfermas, con discapacidad o vulnerables, se abordaba desde un modelo centrado en el servicio, que presenta las siguientes características:
El modelo de atención centrado en la persona (ACP), como su propio nombre indica, sitúa a la persona en el centro de la intervención, y esta se lleva a cabo partiendo de sus preferencias, decisiones y opciones personales.
De esta manera, los apoyos personales se deberán proporcionar con la intensidad adecuada, en función de las necesidades de la persona usuaria. Así podremos diferenciar entre:
Se entiende como igualdad de oportunidades la ausencia de discriminación de cualquier tipo que pueda suponer un obstáculo para el reconocimiento o ejercicio de los derechos y libertades fundamentales de cualquier colectivo o persona.
Entendemos por normalización el principio en virtud del cual las personas con diversidad funcional pueden desenvolverse con normalidad en todos los ámbitos de su vida.
La accesibilidad es la condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y servicios para ser comprensibles, utilizables y practicables por todas las personas en condiciones de seguridad y comodidad, y de la forma más autónoma y natural posible.
Las medidas de acción positiva son actuaciones destinadas a compensar o evitar las desventajas de la capacidad funcional o situación de dependencia, para que estas personas puedan acceder a las mismas oportunidades en igualdad de condiciones.
Entendemos por barreras arquitectónicas todos aquellos elementos que obstaculicen, entorpezcan o impidan la libertad de movimientos, el acceso a espacios y servicios comunitarios y, en definitiva, la autonomía de las personas. Pueden ser de varios tipos:
Por definición, no tienen que ser siempre interdisciplinarios, pues en algunos equipos todas las personas son de la misma disciplina y realizan las mismas tareas. Sin embargo, los equipos interdisciplinarios (en los que hay profesionales procedentes de diferentes disciplinas) aportan muchas más ventajas. Por eso son los idóneos en todos los trabajos de atención a las personas y, por tanto, en la atención a la dependencia es preferible que el equipo cuente con diferentes disciplinas para dar una mejor respuesta a las necesidades de la persona usuaria.
El o la profesional de referencia es el miembro del equipo de trabajo que se encarga de atender de manera personalizada a una persona usuaria. La proximidad y el conocimiento de la persona usuaria convierten al profesional de referencia en un miembro clave en su valoración, en la planificación de la intervención y en su seguimiento. Será el profesional que realizará gran parte del apoyo y acompañamiento, y servirá de nexo tanto con la familia como con el resto del equipo. Este profesional proporciona una mayor personalización de la atención al disponer de una visión más completa, continuada y profunda de la persona usuaria.
Relación: Todos estos conceptos están muy vinculados. Para que las personas con diversidad funcional puedan llevar una vida plenamente normalizada (normalización), es necesario eliminar las barreras arquitectónicas y garantizar la accesibilidad universal. A menudo, para lograrlo, se deben implementar medidas de acción positiva que corrijan las desigualdades existentes.
| Personas usuarias | Tipos de dificultades |
|---|---|
| Con dificultades en la deambulación | Dificultades para salvar desniveles. De equilibrio. De manipulación. |
| Que usan sillas de ruedas | De maniobra. Para superar desniveles bruscos. De alcance físico y visual. |
| Con discapacidad visual | Sensoriales. De orientación espacial. De alcance. |
El diseño para todas las personas (o diseño universal) supone la creación de productos y servicios pensados para que sean accesibles y puedan ser utilizados por el máximo número de personas, incluidas las que tengan limitaciones, sin necesidad de adaptarlos. Esto implica pensar, desde la fase de diseño, en la diversidad de potenciales usuarios con situaciones cambiantes a lo largo de la vida.
Si se parte de este principio, se llega generalmente a un diseño que es bueno y adecuado para todas las personas. Por ejemplo, las ventajas de movilidad que ofrecen los autobuses de piso bajo; la facilidad de orientación que proporciona la señalización por colores o sonidos; la comodidad al manipular un interruptor de la luz bien diseñado; la prevención de caídas gracias a pavimentos no deslizantes; o los beneficios de un mobiliario ergonómico que facilita la postura correcta y los cambios posturales. En definitiva, este concepto favorece el bienestar de todas las personas, pero los beneficios que aporta a las personas con diversidad funcional son esenciales para construir un entorno accesible.
Entendemos por intervención en personas en situación de dependencia todas aquellas actuaciones que realizamos para atender de manera integral a las personas que cuidamos. El objetivo es facilitar la autonomía personal, favorecer las relaciones sociales, incrementar la autoestima y, en definitiva, mejorar la calidad de vida. Para conseguirlo, se articulan actuaciones en una doble línea:
La intervención estará planificada en planes individualizados (PAI o PIVI). Además, para elevar el nivel de satisfacción de las personas, cada vez más se implanta en los centros asistenciales un modelo de atención centrado en la persona (ACP).
