Portada » Educación Artística » Explorando la Naturaleza de la Imagen: De la Percepción a la Representación
La Teoría se define como un “conjunto organizado de ideas referentes a cierta cosa o que tratan de explicar un fenómeno”. Por lo tanto, la Teoría de la Imagen consiste en “pensar la imagen”.
Desde la etimología, la palabra «imagen» tiene dos orígenes principales:
Se pueden distinguir tres acepciones clave del concepto de «imagen»:
Es la resultante del trabajo perceptivo de los sentidos. Esta toma de información es lo que llamamos percepción, y su resultado es una imagen que se elabora en la mente del observador.
Los estímulos que nos llegan del mundo exterior son los que nos permiten construir estas imágenes en nuestra mente.
Es la resultante del trabajo de las facultades mentales interiores, sin vinculación directa con el mundo exterior. Proviene de la memoria, el entendimiento, la imaginación, la fantasía, los sueños o las alucinaciones. Su principal característica es que no depende de la experiencia sensorial directa.
Es la resultante de un proceso productivo derivado de la imagen sensible y mental. Se conoce también como picture.
La interpretación de la imagen sensible ha variado a lo largo de la historia de las explicaciones sobre la visión:
La proporción sensorial de la visión se complica al considerar otros factores como la emoción o el afecto, lo que da lugar a la constitución de la “mirada” y la “pulsión escópica”.
Estas imágenes no requieren la presencia de un estímulo físico para generarse ni tienen un soporte físico. Existen diversos tipos según su naturaleza psíquica:
“Son el recuerdo, en forma más o menos fiel, de una experiencia o una sensación anterior. Estas imágenes se caracterizan por un sentimiento de familiaridad o reconocimiento del suceso pasado. Son menos nítidas y ricas en detalles que la sensación original.” (Vinacke)
La imagen de memoria cumple una función de evocación, con una referencia a un pasado concreto, donde la imagen y la experiencia perceptiva original se corresponden de manera más o menos similar.
“También son imágenes de memoria, pero en lugar de ser el recuerdo de experiencias pasadas, y, por lo tanto, corresponder con detalle a la percepción original, son la combinación de varias experiencias anteriores.”
Las imágenes de imaginación pueden ser constructivas y estar voluntariamente dirigidas (pensamiento creativo) o pueden no tener un objeto claro y ser relativamente vagas, como las fantasías, los ensueños o las alucinaciones.
Podemos establecer una clasificación de las imágenes fácticas según el objeto que las realiza. También podemos dividirlas en función de si necesitan luz para ser vistas (imágenes lumínicas, como las de proyección en el cine) o no (imágenes opacas, como las fotografías). Siempre se pueden ordenar en función de distintos criterios.
Cuando el ser humano pasa de ser receptor a ser productor de imágenes, es cuando aparecen estas imágenes fácticas. En este proceso, el sujeto toma la decisión de embellecer la imagen, dotarla de una intencionalidad, etc., factores que intervienen a la hora de crearla.
