Portada » Arte » Características de los Órdenes Clásicos en la Arquitectura Griega
El orden era el instrumento fundamental para disponer los elementos del templo de un modo armónico y preciso. Todos los elementos constructivos están supeditados a unas relaciones fijas establecidas de antemano que garantizan la belleza y la armonía. Indicaban las reglas racionales a priori y las proporciones fijas que determinaban las formas, medidas y la relación numérica entre las partes de todos los elementos arquitectónicos, así como la decoración del edificio.
En la base de todos estos órdenes se encontraba el módulo. El orden es la articulación de las partes fundamentales del edificio en una serie de elementos, dotados de función y formas determinadas, unidos por reglas fijas de proporción. En una arquitectura adintelada como la griega, basada en el empleo de elementos sustentantes verticales (columnas) y sostenidos horizontales (dinteles o arquitrabes), el orden fijaba la relación entre los elementos que sustentan y los sustentados.
Cada orden se divide en tres partes principales:
Es el más antiguo y procede directamente de las antiguas edificaciones de madera y piedra. Ya se encontraba definido en la época arcaica (siglos VII y VI a. C.). Se desarrolla sobre todo en la Grecia continental y en la Magna Grecia. Es el más sobrio y el menos esbelto de los tres órdenes clásicos.
Los templos dóricos arcaicos dan sensación de gran robustez y formas pesadas, con columnas muy gruesas, normalmente más anchas en la base y con un éntasis muy acentuado. En el periodo clásico (siglo V a. C.), sus proporciones se estilizaron, con columnas más esbeltas y una menor diferencia de tamaño entre el fuste y el capitel.
Tiene su origen en las costas de Asia Menor, en la región de Jonia, en el siglo VI a. C. Sus proporciones son más estilizadas que las del orden dórico, con columnas más altas y delgadas. La decoración tiene mayor importancia, con un capitel más ornamentado y un friso normalmente corrido y decorado con relieves.
Es el de más tardía aparición, en torno al siglo IV a. C. Es el más ornamentado de todos los órdenes y, en realidad, es una variante del orden jónico, puesto que comparte con él la mayoría de sus características. Fue el preferido en la arquitectura romana.
Las principales diferencias con el orden jónico radican en:
