Portada » Psicología y Sociología » Desarrollo del Pensamiento Creativo: Teoría, Proceso y Superación de Bloqueos Mentales
La creatividad es la capacidad que tenemos las personas para generar ideas nuevas o encontrar soluciones originales ante diferentes situaciones. No significa inventar algo de la nada, sino saber combinar lo que ya existe de una manera distinta, útil y con sentido. Todos nacemos con cierta creatividad, pero muchas veces no la desarrollamos porque la educación o la rutina nos enseñan a pensar siempre igual.
Ser creativo también implica una forma de ver el mundo. Es tener curiosidad, atreverse a experimentar y no tener miedo a equivocarse. Por eso, la creatividad no solo depende del talento, sino de la **actitud** y del **esfuerzo** por pensar de forma diferente.
Como dice Ricarte (1999), “se empieza aprendiendo a pensar, para después saber qué pensar”, lo que quiere decir que la creatividad se puede aprender y mejorar si entrenamos nuestra mente para ver las cosas desde otros puntos de vista.
En definitiva, la creatividad no es un don reservado a unos pocos, sino una habilidad que todos podemos entrenar si aprendemos a pensar con libertad.
Según Ricarte (1999), pensar es crear, y de este proceso surgen dos tipos de pensamientos fundamentales:
Es aquel que utiliza la mecánica y repite información ya conocida; también se apoya en la memoria y la imitación.
Es la capacidad de elaborar nuevas combinaciones mentales a partir de los estímulos recibidos, obteniendo así conocimientos e ideas nuevas.
Estos dos tipos de pensamiento conviven, pero la creatividad surge cuando el individuo va más allá de lo ya aprendido, hace uso de la imaginación junto con la razón y se apoya en tres facultades:
De esto nace la manera de pensar de forma **divergente**, que es la base de la innovación.
Según Ricarte (1999), existen dos tipos de interpretaciones históricas del término creatividad:
Esta visión ve la creatividad como un don de inspiración divina, considerando al creador como un ser especial, elegido por un poder superior. En este caso, la creatividad no depende de las facultades humanas, sino del azar o la iluminación. Términos como *genialidad*, *inspiración* e *intuición* están muy arraigados a esta visión, que considera al creativo como un ser casi sagrado.
Esta visión entiende la creatividad como una facultad racional, planificada y orientada a resultados, donde el creativo conoce su proceso, lo analiza, lo mejora y lo orienta a fines concretos, como la solución de un problema o la innovación empresarial. En este caso, la creatividad combina técnicas creativas y métodos sistemáticos para desarrollar la invención.
El sujeto creativo es la persona que posee las características personales e intelectuales para producir ideas originales.
Según Hernández, el individuo creativo se caracteriza por:
Guilford propuso un modelo tridimensional de la estructura intelectual, donde relaciona la creatividad con aptitudes básicas:
El proceso creativo comprende las fases por las que una persona identifica y encuentra una solución a su problema.
Según Hernández, este proceso tiene tres fases principales: la detección y definición del problema, el desarrollo de ideas y soluciones, y la evaluación crítica de las mismas.
Existen dos tipos de modelos que explican este proceso:
El objeto creativo es el resultado del proceso, evaluando la originalidad del sujeto y la eficacia del procedimiento.
Para decir que un producto es creativo, debe cumplir dos cualidades esenciales: que sea **nuevo** y que sea **útil**.
Según Hernández, lo novedoso es aquello que nunca antes se ha visto o que es muy poco frecuente, y la utilidad se mide en lo práctico, es decir, si el producto cumple una necesidad.
Las técnicas creativas son formas o métodos que sirven para generar ideas nuevas y resolver problemas de manera original. Se usan para estimular la imaginación, trabajar mejor en grupo y evitar los bloqueos que impiden pensar con creatividad. Estas técnicas son muy útiles en áreas como el *marketing*, la *publicidad* o el *diseño*.
Los bloqueos son barreras mentales que impiden percibir correctamente un problema o encontrar soluciones nuevas (Ricarte, 1999).
Según Echeverría (1995), existen tres tipos principales de bloqueos:
Provocado por inseguridades internas, miedo al fracaso, miedo al ridículo o a cometer errores. Estos sentimientos generan ansiedad y frenan la creatividad.
Otra causa común es la presión (por tiempo o resultados) que lleva a aceptar la primera idea sin buscar alternativas.
Surge del proceso de socialización y educación tradicional, que fomenta la obediencia y no la curiosidad. Se aprende que cuestionar, dudar o proponer cosas nuevas no está bien visto.
Aparece cuando solo vemos el problema desde una perspectiva o no investigamos lo obvio. La percepción está condicionada por la costumbre y la cultura.
