Portada » Psicología y Sociología » Evolución Histórica de la Psicología Ambiental: Desde Hellpach hasta la Sustentabilidad
Se puede afirmar que los orígenes de la actual Psicología Ambiental se encuentran en los trabajos de un estudiante y colaborador de Wundt en Leipzig: Willy Hellpach (1877-1955). El objeto de la Psicología Ambiental de Hellpach era ‘la psique en la medida en que depende de su ambiente fáctico’. Este ‘ambiente’ estaría compuesto por factores:
La definición explícita de una Psicología Ambiental, sin embargo, no se realizará hasta 1924, después de la I Guerra Mundial. La Psicología de la Gestalt (Wertheimer, Köhler y Koffka) enfatizó el entendimiento del ambiente desde un punto de vista holístico para explicar la conducta. La contribución de la Gestalt consiste en la distinción de Koffka entre ambientes geográficos (el que existe en el mundo real) y conductuales (el experimentado por la persona), siendo este último el único relevante para el análisis y la descripción del comportamiento, según Koffka.
La preocupación por los aspectos ambientales en el primer tercio del siglo XX no es solo una preocupación teórica y epistemológica, es también una respuesta a una sociedad en transición, sacudida por cambios geopolíticos, cambios tecnológicos y cambios sociales. La Escuela de Chicago influyó directa e indirectamente en ciertos psicólogos ambientales americanos como Proshansky.
La *Psychotechnik* sería el trabajo precursor en un campo que después se integraría a la moderna Psicología Ambiental (P.A.) y la ergonomía, ya que focalizó el escenario laboral para el estudio específico de la relación individuo-ambiente. La austríaca Marie Jahoda fue el vínculo entre la P.A. y la Psicología Laboral, y entre el primer y el segundo nacimiento de la P.A.
La transición Americana es el período entre la crisis de 1929 y el final de la Segunda Guerra Mundial. La influencia de Lewin y la Escuela de Sociología de Chicago consolida la P.A. moderna.
La consideración de esta segunda etapa de la Psicología Ambiental viene dada por la influencia indirecta de la psicología ambiental anterior sobre la psicología americana, a través de principios adoptados o internalizados por autores del área germánica en su exilio en Estados Unidos. No utilizan la etiqueta de Psicología Ambiental, pero dejan entrever sus influencias.
Lewin hablará de una ecología psicológica (el término *Umwelt* puede traducirse tanto por medio ambiente como por hábitat ecológico) y de espacio vital, e incidirá directamente sobre sus discípulos Roger Barker y Herbert F. Wright, cuando propongan una *Psicología Ecológica*. A inicios de la década de los cuarenta, estos autores fundan la *Midwest Psychological Field Station* en Oskaloosa, Kansas, que se centrará en estudiar el comportamiento observable en función del escenario de conducta donde se produce (*Behavior Setting*).
Para Barker, la conducta es indisociable de su nicho ecológico, de su escenario. El objeto no es ya el de los inicios de Hellpach «la mente en su medio», sino «la conducta manifiesta-en-su-escenario». Su objetivo: comprender para predecir y transformar (desde la manipulación del escenario), y ello con una perspectiva y una metodología propia y peculiar. En Lewin, en Barker, en Brunswik y en Gibson encontramos un objeto similar: el proceso perceptivo, su incidencia en el comportamiento, e indesligable del ambiente o ecosistema en el que se produce. Esto sitúa plenamente estas propuestas dentro del paradigma ambiental o ecológico de la ciencia (no solo de la psicología), independientemente del uso más o menos explícito de esta etiqueta.
Durante los años 60-70 la psicología se vio demandada a prestar un interés específico al medio ambiente físico-espacial, en el cual ocurre el comportamiento. Tarea que venía siendo desarrollada por dos ramas tradicionales de la psicología:
Para muchos autores (Kaminski, 1976; Graumann, 1976; Kruse y Grauman, 1987; Pol, 1988, 1993) el segundo nacimiento de la Psicología Ambiental surge por causas y contextos diferentes en Europa y en Estados Unidos, aunque en ambos casos lo hace como Psicología de la Arquitectura.
En Europa el proceso respondió a demandas sociales del momento: la necesidad de mejora del diseño de las viviendas y de los barrios. Pero sobre todo es fruto de una situación nueva:
Estos grupos de estudio, basados en la colaboración entre psicólogos y arquitectos que comenzó en 1950, asumieron el nombre de “*architectural psychology*” tanto en Estados Unidos como en Europa y, en particular, en Gran Bretaña y Suecia.
En EE. UU. y Canadá muy pronto adoptará la etiqueta de Psicología Ambiental, centrada básicamente en la mejora del diseño de ambientes institucionales, como los hospitales o los hospitales psiquiátricos. El modelo explicativo está claramente centrado en el comportamiento individual desde parámetros individuales de reacción con el entorno como estímulo. Parece centrarse inicialmente en los aspectos físicos del ambiente como una reacción al olvido que las otras ramas de la psicología habían hecho de la influencia del ambiente físico. El énfasis en los ‘aspectos físicos’ referirá a menudo en esta época al desprecio por aquello social.
Así, la Psicología Ambiental es definida como el estudio de la interrelación entre el comportamiento y la experiencia con los ambientes naturales y construidos. Se enfatiza el estudio de la relación medio ambiente-comportamiento como una unidad, en lugar de separarla en componentes supuestamente distintos y autocontenidos. La Psicología Ambiental toma al estímulo y su percepción como una unidad que contiene más que un estímulo y su respuesta, lo cual ayuda a trazar límites entre la psicología ambiental y otras áreas de la psicología.
En este giro se incluye todo lo que tiene que ver con la conservación de la naturaleza, la energía, los recursos, la contaminación, los riesgos industriales y tecnológicos, los comportamientos ecológicamente ‘responsables’ de la población y los movimientos sociales ‘verdes’. La perspectiva dominante es todavía la consideración del comportamiento en un medio ‘externo’, ajeno al ser humano.
Visto como respuesta de la psicología a un problema social, tanto en el caso del ‘primer nacimiento’ como del segundo y de la evolución hacia la sustentabilidad, la reacción es tardía respecto al surgimiento de la necesidad. Se empezó a detectar un cambio importante en la filosofía social y ambiental, incluso a nivel de gobiernos, a mediados de los ochenta.
El nuevo reto para la Psicología Ambiental actual no está en abandonar ámbitos y conocimientos conseguidos en las etapas anteriores, sino en saber incorporar los nuevos parámetros de referencia, tanto ecológicos, como sociales y económicos, a su reflexión y descripción de la realidad. Así, en esta última etapa, el medio construido no desaparece en absoluto. La fórmula clave de referencia al medio ambiente como objeto será la de medio socio-físico.
Con respecto a estudios sobre personalidad y medio ambiente, los resultados sobre evaluaciones han sido mayormente considerados como la expresión de disposiciones personales que los individuos poseen y mantienen estables a través del tiempo. Estas disposiciones han sido asumidas como variables que permiten la predicción y explicación de comportamientos ambientales.
Desde hace poco se enfatizan los procesos a través de los cuales los individuos conceptualizan el ambiente (como los estudios sobre complejidad cognitiva), partiendo de la suposición de que estos procesos están anclados a sistemas de expectativas y metas (proyectos personales) a través de los cuales los individuos encaran el medio ambiente. Dentro de esta perspectiva, el énfasis inicialmente dado a los rasgos de personalidad y su estabilidad se ha movido hacia la consideración del rol jugado por situaciones específicas más complejas donde se ejecuta el comportamiento.
La hipótesis general que subyace a esta perspectiva consiste en que conociendo disposiciones individuales específicas con respecto a un vasto repertorio de tópicos, se pueden hacer predicciones sobre el comportamiento ambiental de un individuo.
Lugares que inducen ansiedad y angustia en la niñez pueden ser considerados como enfermantes después en la vida. La relación entre las personas y sus ambientes puede ser concebida en términos fisiológicos, psicológicos o etnológicos, o, lo cual es a menudo el caso, mediante conceptos tomados de estos tres campos simultáneamente. La descripción de la relación puede ser mantenida ya sea a un nivel molecular o molar.
Los conceptos extraídos de esta disciplina fueron agrupados en lo que se llamó el proceso emocional básico. Usando este proceso emocional como foco, se propone un “modelo de interacción ser humano – medio ambiente”, que describe cómo una persona puede sentir y actuar bajo la influencia del medio ambiente físico y social, mediado por sus tendencias de reacción individuales.
De acuerdo con este modelo, el proceso emocional básico es parcialmente afectado por el medio ambiente físico (por ejemplo, la vivienda o la oficina) y parcialmente por el ambiente social. Después, este es influenciado por las actividades que ocupan a la persona durante el curso del trabajo y el tiempo libre. Esta influencia, que varía en extensión en el tiempo, es modificada por los recursos personales, su constitución, experiencia, y demás. Sin embargo, el medio ambiente activa al individuo de varios modos, y este se esforzará en retener el control sobre su situación. Esto llevará a varias estrategias de adaptación, defensa y control.
La interacción procede en 4 pasos:
La mayoría de las emociones humanas constituyen combinaciones complejas de estas dimensiones básicas. La depresión, por ejemplo, puede ser descrita en términos de baja activación, orientación difusa, aversión moderada y pérdida de control. Además, las emociones humanas están a menudo relacionadas tanto con las experiencias pasadas como con la situación presente. Ellas son difíciles de interpretar en ausencia de un marco cognitivo y contextual.
