Portada » Física » Fundamentos de la Mecánica Clásica: Movimiento, Vectores y Conservación del Momento Lineal
El movimiento de un objeto está determinado por la suma de las fuerzas que actúan sobre él. Si la fuerza neta sobre el objeto no es cero, su estado de movimiento cambiará. Cuanto mayor sea la masa del objeto, mayor será la fuerza requerida para lograr el mismo cambio de estado de movimiento.
Un sistema de referencia es un marco de coordenadas que se utiliza para describir la posición y el movimiento de un objeto. Puede ser:
Son aquellas que solo tienen magnitud (valor numérico) y unidad de medida, pero no tienen dirección ni sentido.
Son aquellas que tienen magnitud, dirección y sentido. Se representan con una flecha (vector).
El movimiento lineal es un tipo de movimiento en el que un objeto se desplaza en una línea recta. En este tipo de movimiento, la dirección del objeto no cambia, solo su posición.
Las ecuaciones que describen el movimiento con aceleración constante son:
El momento lineal (o cantidad de movimiento) es una magnitud física vectorial que se define como el producto de la masa de un objeto por su velocidad. Matemáticamente se expresa con la siguiente fórmula:
P = m · v
Establece que en un sistema aislado donde no actúan fuerzas externas, el momento lineal total se mantiene constante antes y después de cualquier interacción. Un sistema aislado es aquel donde las interacciones internas entre sus componentes no se ven afectadas por fuerzas externas. En estos sistemas, el momento lineal total se conserva.
La conservación del momento lineal es un principio que explica cómo se comportan los objetos en un sistema aislado durante sus interacciones, por ejemplo, en colisiones o intercambios de fuerza. Al analizar ejemplos numéricos y resolver sistemas de ecuaciones sobre estos fenómenos, podemos desarrollar una comprensión profunda de cómo la física no solo describe, sino que también predice el comportamiento del mundo que nos rodea, lo que establece una relación directa entre práctica y teoría.
La Segunda Ley de Newton predice con precisión los comportamientos en el movimiento de los objetos macroscópicos.
Establece que la aceleración de un objeto es directamente proporcional a la fuerza neta que actúa sobre él e inversamente proporcional a su masa.
F = m · a
Esta ley describe cómo la cantidad de fuerza aplicada a un objeto determina su aceleración, que a su vez depende de la masa del objeto. Por lo tanto, si la masa es mayor, se necesita aplicar más fuerza para obtener la misma aceleración.
Cuando dos objetos o sistemas interactúan, sus momentos lineales pueden cambiar. La suma de los momentos lineales de ambos sistemas es la misma antes y después de la interacción.
El momento lineal (P) de un objeto se define como el producto de su masa y velocidad: P = M · V. Aunque la suma total del momento lineal de un sistema cerrado se conserva durante una interacción, los momentos individuales de los objetos dentro del sistema pueden experimentar cambios significativos; estos cambios son el resultado de la interacción.
El impulso es una medida de cómo una fuerza puede alterar el momento lineal de un objeto. El principio de impulso para sistemas interactivos establece que el cambio de momento lineal es igual al impulso aplicado.
La radiación electromagnética está presente en casi todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, desde la tecnología de comunicación hasta la medicina. En el contexto actual, comprender la radiación electromagnética y su interacción con la materia es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías y para abordar problemáticas como la implementación de energías renovables sostenibles. Dentro de esta sección, exploramos los modelos, sus interacciones con la materia y sus aplicaciones tecnológicas.
La radiación electromagnética se fundamenta en su unidad elemental, el fotón, una partícula sin masa que transporta energía. Esta radiación puede describirse mediante una onda de campos eléctricos y magnéticos, o como corpúsculos (partículas) individuales, denominados fotones. Ambos modelos son esenciales para explicar sus interacciones con la materia y comprender fenómenos complejos.
La energía de un fotón se relaciona con su frecuencia mediante la ecuación de Planck.
Los fotones nos permiten comprender fenómenos como el efecto fotoeléctrico, el cual ocurre cuando la luz incide sobre un material.
