Portada » Griego » Fundamentos y Evolución de la Escritura Latina: Paleografía y Soportes Históricos
Los metales más frecuentes utilizados como soporte para la escritura han sido el bronce y el plomo (más frecuente en Roma que en la Edad Media). El bronce se trabajaba mediante el vaciado y, más frecuentemente, inciso con un punzón metálico.
Usos: Se utilizaban para textos legales que requerían ser expuestos, documentos administrativos oficiales y/o tratados diplomáticos.
Ejemplo: Las Tabellae Defixionum, que contienen textos mágicos o maldiciones.
La madera se podía utilizar de diversas formas:
Si consideramos que el objeto de la Paleografía es el estudio de la escritura y que la escritura es el medio del que se ha valido el hombre para fijar la lengua mediante unos signos establecidos, es evidente que el campo o ámbito de la Paleografía es muy amplio, pues ha de ocuparse de todas las manifestaciones escritas en todos los tiempos y en todo lugar. Algo inabordable, por lo que se impone una delimitación en la que concurran consideraciones cronológicas, geográficas y lingüísticas:
La escritura latina es un sistema que, partiendo de un escaso número de signos recibidos en préstamo de los griegos, se impuso en la mayor parte del mundo conocido. Desde el Éufrates hasta las Columnas de Hércules y desde la lejana Albión hasta el norte de África, se escribió de igual manera.
En el origen de cualquier tipo de escritura hay que tener en cuenta tres aspectos: su procedencia, su función y su uso.
Su génesis hay que buscarla en el modelo alfabético. Su aparición en un momento determinado y en la región del Lacio hay que relacionarla con las dos culturas con las que convivía: la etrusca y la helénica (es decir, con sus alfabetos, con su literatura, etc.).
Su función es la de almacenar información, con carácter público o con carácter privado. En virtud de estas necesidades, los principales beneficiarios de la escritura fueron:
Por tanto, la escritura tuvo una difusión social restringida y limitada a la consecución de unos objetivos de naturaleza encomiástica, oficial y/o sacra. Estos objetivos condicionaron la tipología gráfica, pues para cumplirlos las formas más idóneas eran las de carácter Monumental/Mayúsculas.
La escritura monumental se compone de signos que se diseñan por separado, con lentitud y esmero, destinados a ser grabados sobre materias duras. Se utilizaba incluso cuando se escribía sobre soportes blandos, como:
El carácter solemne de la noticia requiere una escritura cuidada, conocida como aspecto epigráfico.
Han existido varios criterios de periodificación propuestos por diferentes paleógrafos:
Establece tres fases, en correlación con la división tradicional de la historia:
Distinguen tres ciclos en la evolución de la escritura latina:
Divide la evolución en tres periodos según los centros de cultura:
Basándose en criterios gráficos, la distribuyen en seis ciclos paleográficos:
Centrándonos en el periodo de la llamada escritura romana, podemos establecer dos momentos perfectamente diferenciados:
Esta escritura convive con dos culturas prósperas y personalizadas: la etrusca y la helénica.
Es una escritura utilizada por la clase gentilicia y por las corporaciones sacerdotales. Su finalidad es conseguir objetivos de naturaleza encomiástica, oficial o sacra, lo que condiciona su tipología gráfica. Para cumplir tales objetivos, las formas más idóneas eran las de carácter monumental, con signos trazados por separado, con lentitud y esmero. Los textos se trazaban sobre piedra u otros materiales duros, de los que, en general, se puede hablar de inseguridad en la alineación y falta de armonía en el módulo.