Portada » Biología » Dinámica de los Ecosistemas: Flujo de Energía, Ciclo de Materia y Productividad
Se denomina biotopo a una zona de características ambientales uniformes ocupada por una comunidad de seres vivos. Es un conjunto de factores fisioquímicos que rodean a una comunidad y que se compone de un medio físico y unos factores del medio (factores abióticos).
Es el lugar donde los seres vivos desarrollan sus funciones vitales. Básicamente hay dos tipos de medios: líquido y gaseoso. Ambos tienen un límite inferior sólido sobre el que se sustentan los organismos.
Son las características físico-químicas del medio ambiente. Cada medio tiene unas características propias y otras más generales. Estos factores determinan las características de los organismos que forman la biocenosis.
Vamos a estudiar cómo influyen algunos de estos factores en los ecosistemas:
Los factores abióticos influyen en los seres vivos de un ecosistema. No dependen directamente de los seres vivos, aunque la actividad de estos puede modificarlos.
De toda la energía solar que llega a la Tierra, solo una parte (entre 1-2%) se incorpora a la biosfera y circula a través de ella. Esta porción de energía se denomina energía endosomática.
Los organismos fotosintéticos son los únicos seres vivos capaces de captar la energía solar y transformarla en energía química. Todos los organismos utilizan esta energía química para llevar a cabo sus funciones de crecimiento y reproducción. Al final, toda la energía se disipa en forma de calor.
El resto de la energía solar que recibe la superficie terrestre no es aprovechable directamente por los seres vivos y recibe el nombre de energía exosomática, que es la responsable de la circulación de los vientos, las corrientes marinas, etc.
La energía fluye desde los organismos autótrofos a los heterótrofos mediante el alimento, se consume una parte en su metabolismo y, el resto, finalmente, se disipa al medio físico. El flujo de energía es abierto y unidireccional.
La materia es el vehículo de la transferencia de energía, que se transforma continuamente mediante reacciones químicas de óxido-reducción.
Cuando la materia se reduce, almacena energía química y cuando se oxida, la libera también en forma de energía química o calor.
A diferencia de la energía, el ciclo de la materia es cerrado (puede circular dentro del ecosistema). La materia inorgánica es transformada en materia orgánica mediante la fotosíntesis (o quimiosíntesis) por los productores, fluye a lo largo de la cadena trófica a través del alimento y los restos orgánicos de los seres vivos vuelven a transformarse gracias a los descomponedores en materia inorgánica, que puede volver a ser aprovechada por los productores. Así, la materia se recicla.
Es el proceso de acumulación de sustancias tóxicas (metales pesados como Hg, As, Pb, Cd, o compuestos orgánicos sintéticos como el trióxido de antimonio o el DDT) en organismos vivos, en concentraciones cada vez mayores y superiores a las registradas en el medio ambiente. Ocurre cuando las sustancias digeridas no pueden ser descompuestas o excretadas.
Cantidad en peso de materia orgánica viva o muerta de un ecosistema o nivel trófico. En la biomasa se almacena energía química. Representa la cantidad de energía (generalmente solar) fijada como materia orgánica.
Se representa en unidades como gC/cm³, KgC/m², etc. (Peso de carbono orgánico por unidad de superficie). La biomasa se expresa de dos formas: peso seco de materia orgánica por unidad de superficie o volumen.
Se pueden considerar tres tipos de biomasa:
Es la cantidad de energía captada y almacenada por cada uno de los niveles tróficos de un ecosistema en un tiempo determinado. Se expresa en unidades de biomasa por unidad de tiempo: gC/m²/día, Kcal/m³/año, o aumento de biomasa/tiempo.
Es la energía fijada por los productores (foto y quimiosíntesis). Energía capturada por los productores por unidad de superficie o volumen en una unidad de tiempo. Depende de la energía solar recibida y de una serie de factores que pueden actuar como limitantes.
Es la energía fijada por el resto de los niveles tróficos por unidad de superficie y volumen en una unidad de tiempo.
En ambos casos (primaria y secundaria) hay que diferenciar entre:
Fórmula: PN = PB – R
Los ecosistemas naturales de mayor producción son los arrecifes de coral, los estuarios, las zonas costeras, los bosques ecuatoriales y las zonas húmedas de los continentes.
Los menos productivos son los desiertos y las zonas centrales de los océanos.
Es la relación entre la PN (energía almacenada por unidad de tiempo) y la biomasa (materia orgánica total). Determina la velocidad de renovación de la biomasa.
Fórmula: Productividad = (PN / B) * 100%
Es la inversa del tiempo de renovación. La tasa de renovación o productividad varía entre 0 y 1, e indica la producción de nueva biomasa en cada nivel trófico en relación con la existente.
La tasa de renovación es en muchos casos un parámetro mucho mejor que la producción neta para valorar el flujo de energía de un ecosistema.
Ejemplos de tasas de renovación (P):
Un ecosistema estable y muy organizado tiene una gran cantidad de biomasa y una gran biodiversidad, pero su productividad es baja y disminuye el flujo de energía: entra mucha energía, pero se gasta manteniendo una gran cantidad de biomasa. La selva tropical tiene una producción muy alta, pero una productividad cercana a 0.
Ecosistemas con alta productividad: pantanos, bosques ecuatoriales y tropicales, matorrales, praderas, tundra, desierto, estuarios, marismas, plataforma continental, océano abierto.
Es el tiempo que tarda un nivel trófico o un ecosistema completo en renovar su biomasa.
Fórmula: Tr = B / PN
Mide el tiempo de permanencia de los elementos químicos dentro de las estructuras biológicas del ecosistema.
Los productores pueden presentar dos estrategias con relación a su tiempo de renovación:
En los ecosistemas suelen estar presentes ambos tipos para asegurarse un aporte energético suficiente.
Mide el rendimiento energético de un nivel trófico o de un ecosistema completo, es decir, la capacidad de incorporar materia orgánica a sus tejidos. Indica cuánta energía entra, se pierde o se acumula.
Se calcula mediante la relación: PN / PB
Son esquemas que se utilizan para representar cuantitativamente las relaciones tróficas entre los distintos niveles de un ecosistema. Proporcionan información sobre la cantidad de materia orgánica presente en cada nivel trófico y sobre la composición y funcionamiento del ecosistema.
El científico alemán Justus Von Liebig, estudiando las plantas y detectando los elementos nutritivos esenciales, formuló su “Ley del Mínimo”, que indica que el crecimiento de una especie vegetal se ve limitado por el único elemento que se encuentra en una cantidad inferior a la mínima necesaria y que actúa como factor limitante.
La presencia de los nutrientes necesarios para la biosíntesis de ciertas moléculas orgánicas es un condicionante importante para la eficiencia de la fotosíntesis. La presencia de nutrientes viene determinada por mecanismos de reciclado.
El dióxido de carbono no constituye un factor limitante, pese a que a menor cantidad de CO₂ y menor relación O₂/CO₂ aumenta la eficacia fotosintética. No es un factor limitante debido a que la cantidad y la disposición del mismo para las plantas se encuentran en cantidades más que suficientes para realizar dicho proceso.
La cantidad de energías externas necesaria aumenta al hacerlo la distancia entre productores y descomponedores. Por ejemplo, en los océanos la enorme distancia entre la superficie y el fondo dificulta el retorno de nutrientes, limitando la producción primaria:
En los ecosistemas terrestres se requiere menos gasto de energías externas para el reciclaje de nutrientes, ya que las distancias entre los lugares de producción y de descomposición son mucho menores (por ejemplo, menos de 20 metros entre la copa y el suelo de los árboles).