Portada » Biología » El Sistema del Complemento: Mecanismos, Funciones y Vías de Activación en la Inmunidad
El Sistema del Complemento es un sistema de defensa y limpieza, constituido por una serie de proteínas solubles transportadas por la sangre. Puede ser activado por antígenos (Ag) después de reaccionar con anticuerpos (Acs) unidos al Ag. Al hacerlo, sus proteínas se solidifican y adhieren a la superficie de células, gérmenes o moléculas que deben ser destruidas, liberando simultáneamente moléculas pequeñas que incrementan la fagocitosis y amplifican los mecanismos de inflamación.
El sistema está integrado por 30 proteínas: 13 del circuito de activación, 7 del sistema de control y 10 que sirven como receptoras. Constituyen más del 10% de las proteínas presentes en el plasma.
El sistema puede activarse por la llamada vía clásica, en la cual intervienen 11 proteínas que se denominan factores o componentes y se conocen como: C1q, C1r, C1s, C2, C3, C4, C5, C6, C7, C8, C9. También puede ser activado indirectamente por la vía alterna o de properdina.
Los factores del complemento se sintetizan en distintos órganos:
El sistema puede activarse por tres vías principales, y una vía adicional propuesta:
Se inicia con la unión de anticuerpos (Acs) de las clases M e G al antígeno (Ag) presente en la superficie de células o microorganismos.
Moléculas glucoproteicas que reconocen monosacáridos expresados en la membrana de microorganismos.
Es activada por Ig G4, Ig A y algunas moléculas de microorganismos, como las porinas de gérmenes Gram negativos.
Se iniciaría a partir de C5 y facilitaría la degranulación de las plaquetas.
Once proteínas participan en este proceso. Estos factores se agrupan en tres unidades funcionales: de reconocimiento, de activación y de ataque.
Está integrada por tres subcomponentes del factor C1: C1q, C1r y C1s. La capacidad de combinación de las distintas inmunoglobulinas (Igs) con el factor C1q es variable: la Ig M es la más activa en este aspecto, seguida por la Ig G3, la Ig G1 y, finalmente, la Ig G2.
Por consiguiente, basta la unión de una molécula de Ig M para que se inicie la activación del sistema del complemento.
Activa el factor C3, el evento de mayor importancia. El C3 es el factor más abundante del sistema del complemento. Es producido primordialmente en el hígado y está formado por dos cadenas, la alfa y la beta, unidas por un enlace disulfuro.
La molécula C3a amplifica la respuesta de inflamación, incrementa la permeabilidad capilar, contrae la musculatura lisa e incrementa la liberación de histamina por parte de los mastocitos y de otros mediadores de la inflamación; por eso se conoce como Anafilotoxina.
El C3d se une a la laminina, fibronectina y fibras de colágeno del tipo IV.
El complejo C5b-C8 permite que, dentro de las capas bilipídicas de la membrana celular, sean incrustadas seis moléculas de C9, formando un microtúbulo que establece una lesión de continuidad entre el medio externo de la célula y el citoplasma. A través de estos microtúbulos entra agua y se produce un estallido osmótico de la célula.
La activación se inicia por la unión de una lectina ligadora de manosa (MBL).
Esta vía forma parte de la inmunidad innata y actúa de inmediato. No requiere, como la anterior, del aprendizaje en la formación de anticuerpos (Acs).
La deficiencia de MBL se acompaña, en los inicios, de procesos infecciosos a repetición.
La properdina está compuesta por 6 unidades de similar estructura que circulan en la sangre como dímeros o trímeros. Se activan los diferentes factores del complemento; en la membrana bacteriana se reconocen polisacáridos y lipopolisacáridos, y se activa el C3. Luego, la vía alterna sigue los pasos de la vía clásica y se destruyen las bacterias.
Estos receptores se unen a moléculas como C1q, manano, surfactante y coaglutininas. Están presentes especialmente en polimorfonucleares (PMN) y activan su respuesta oxidativa.
Sus funciones incluyen promover la adherencia de las células que lo poseen en su membrana cuando el complemento es activado. Su deficiencia congénita es responsable de la disminución en la desactivación de los complejos inmunes.
Conocido también como CD21, reacciona con el C3d, C3dg y C3b, y está presente en los linfocitos B (Ls B) y en las células reticulares de los folículos de los ganglios linfáticos.
Su carencia se relaciona con desprendimiento tardío del cordón umbilical, susceptibilidad a infecciones, leucocitosis persistente y periodontitis.
Presente en macrófagos (Mos), neutrófilos, plaquetas y linfocitos B (Ls B).
Es un receptor que capta las moléculas C5a originadas en la activación del complemento.
El C3a y el C5a promueven la migración o salida de los neutrófilos de los vasos hacia los tejidos.
Las fracciones C4a, C3a y C5a se denominan también anafilotoxinas porque inducen la liberación de histaminas a partir de los mastocitos, incrementan la producción de eicosanoides y producen contractura de los músculos lisos.
El factor Ba de la vía alterna inmoviliza los macrófagos (Mos) en el sitio al cual fueron atraídos por el C5a.
El complemento juega un papel muy importante en la defensa contra infecciones:
El complemento juega un importante papel en modular la respuesta inmune humoral específica. La carencia de C3 impide la producción de Ig G, y la unión del C3d al receptor CD21 de linfocitos B (Ls B) incrementa hasta en 1000 veces la respuesta de producción de anticuerpos (Acs).