Portada » Educación Artística » La Evolución del Circo: De las Raíces Antiguas al Espectáculo Contemporáneo
La historia del circo se remonta a unos 3.000 años a.C. en Mesopotamia, donde se encuentran testimonios de los primeros acróbatas. Estos testimonios se hallan en todas las culturas antiguas de Occidente, desde Egipto hasta Roma. De sus orígenes mesopotámicos, el arte circense también se desplazó hacia Oriente, y en China se encuentran evidencias de artistas circenses con más de 2.000 años de antigüedad.
Los malabaristas y acróbatas ya viajaban juntos en troupes, utilizando todo tipo de objetos: armas (instrumentos típicos de las artes marciales), juguetes infantiles (diábolo, bastón del diablo) y utensilios domésticos (jarrones de porcelana), que lanzaban y recibían con diferentes partes del cuerpo.
Con la decadencia de las civilizaciones antiguas de Occidente, también vino la desaparición de las «artes corporales», donde se incluían los acróbatas y malabaristas. Sin embargo, la recuperación de estas disciplinas en la Edad Media se puede apreciar tanto en el arte de los juglares (ver tema 4) como en la España hispanomusulmana.
Disciplinas como los ejercicios sobre maroma se practicaban en la Edad Media por saltimbanquis de origen árabe procedentes del califato de Córdoba. También se encuentran múltiples testimonios de acrobacias y contorsionismo.
En el siglo XI, las grandes peregrinaciones a Compostela inundaron el Camino de Santiago de saltimbanquis itinerantes. Gozaban de indulgencias y amparo en hospederías y hospitales, aunque seguían siendo consideradas actividades de las que había que arrepentirse.
Más adelante, personas con deformidades físicas figuraron en los séquitos de las primeras monarquías anteriores a los Reyes Católicos. Esta tradición del bufón se prolongará durante el Renacimiento y el Barroco. En el siglo XVI, las compañías de commedia dell’arte incorporaron elementos acrobáticos y cómicos en sus representaciones (ver tema 5).
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, y como alternativa a las representaciones teatrales, aparecieron diversas modalidades, tales como volatines, baile de la maroma y pantomimas.
Se considera a Phillip Astley (1742-1814) como el creador del circo moderno. Este jinete y acróbata británico fundó el Astley’s Amphitheatre (1773) en Londres. Le dio forma circular al espacio y lo rodeó por una grada para el público, llamándolo circus. También incorporó un payaso para entretener entre las secuencias ecuestres.
Después de dos temporadas, amplió el espectáculo con músicos, malabaristas, acróbatas, equilibristas y perros bailarines. Su invención de una arena circular triunfó por dos motivos:
Su éxito le llevó a realizar varias giras por Europa, donde llegó a establecer 18 circos permanentes en diversas ciudades.
La figura del clown se fue consolidando al adquirir mayor protagonismo en los espectáculos. Se pueden considerar herederos de los actores cómicos del Siglo de Oro (ver tema 8). En un principio, se presentaba como un torpe campesino.
El más famoso del periodo fue Joseph Grimaldi (1778-1837), actor cómico y bailarín británico. Se hizo popular con las pantomimas que representaba en los principales teatros de Londres (Drury Lane, Royal, Sadler’s Wells y Covent Garden). Era conocido como «Joey» y popularizó el maquillaje de cara blanca en 1801, que muy pronto imitarían el resto de clowns.
Su payaso satirizaba muchos aspectos de la vida británica contemporánea e hizo burla cómica de los absurdos en la moda. Su aportación transformó gradualmente al payaso del torpe pueblerino inicial a un personaje incluso más importante que Arlequín, ampliando su papel y los registros cómicos que representaba.
A partir de aquí, y a lo largo del siglo XIX, se irán definiendo diversos tipos de payasos:
La edad de oro del circo clásico corresponde a la fase de emergencia y desarrollo del capitalismo industrial y al apogeo de «sociedades disciplinadas». El circo se estableció como un elemento de libertad e imaginación a ambos lados del Atlántico.
La diversidad del circo se manifestó en el siglo XIX con la coexistencia de la fiesta feriante especializada en la exhibición de curiosidades diversas, de circos urbanos permanentes abriéndose progresivamente a un público popular, tropas itinerantes atravesando Europa o América y grandes compañías que conquistaron el mundo.
Los espectáculos del circo ilustran igualmente la eficacia del trabajo en equipo y las virtudes de la familia, ya que el circo clásico es, ante todo, una historia de familia y dinastías.
Ejemplo de los nuevos circos estables en el continente es el Teatro Circo Price de Madrid, fundado por el británico Thomas Price en 1868. Permaneció en la plaza del Rey hasta 1970, cuando fue demolido. El original recinto de madera del arquitecto Pedro Vidal fue sustituido tras la muerte del fundador por su yerno, el domador ecuestre William Parish, quien mandó construir un nuevo recinto de obra al arquitecto Agustín Ortiz de Villajos.
En las primeras décadas del siglo XX convivieron espectáculos de circo con representaciones de zarzuela, números de revista, combates de lucha libre o boxeo, conciertos de música clásica o sorteos de lotería. Tras la Guerra Civil, se reanudaron las representaciones con igual variedad de espectáculos, que se fueron renovando con el cambio de los gustos; incluso se realizaron conciertos de rock en las matinales de los domingos.
En 1999, el ayuntamiento de Madrid acordó, mediante un convenio con el Ministerio de Cultura, la construcción del Nuevo Circo Price, que abrió sus puertas en 2006.
En los Estados Unidos, el introductor del circo fue el inglés John Bill Ricketts, quien se estableció en 1792 en Filadelfia. El propio George Washington llegó a asistir a sus representaciones.
Durante las dos primeras décadas del siglo XIX, dominó el panorama circense en Norteamérica el circo de Pépin & Breschard. Realizaron giras desde Montreal hasta La Habana, construyendo teatros-circo en la mayor parte de las ciudades que visitaron.
Pero la verdadera transformación del circo norteamericano vino de la mano de P.T. Barnum (1810-1891), un showman y empresario teatral que se dedicaba al mundo de las variedades en los teatros de Nueva York. En 1881, se asoció con el empresario circense J.A. Bailey (1847-1906), centrando su éxito en la exhibición de animales exóticos y números, y en la existencia de tres pistas simultáneas dentro de una misma carpa. La mirada del espectador se veía constantemente bombardeada por elementos espectaculares.
A su muerte, Bailey continuó en solitario hasta 1884, cuando se asoció con los hermanos Ringling. Estos se harían cargo del mismo a partir de 1907, realizando sus giras por Estados Unidos en tren. Así nació el Ringling Bros. and Barnum & Bailey Circus.
Este circo inspiró dos grandes clásicos del cine:
Tras la Segunda Guerra Mundial, la popularidad del circo comenzó a decaer por la expansión de otros tipos de entretenimiento, como el cine y la televisión, que llegaban a todo tipo de públicos, incluso en el ámbito doméstico, e incluso «fagocitaron» los propios espectáculos circenses.
Otra causa de la decadencia de este modelo de circo fueron las críticas de los defensores de los animales a partir de la década de los 60. Muchos circos ambulantes se vieron forzados a cerrar como negocio.
El Festival Internacional de Circo de Montecarlo nació en 1974 como un intento de revitalizar el modelo de circo tradicional, premiando anualmente las mejores actuaciones a nivel internacional con la entrega del Payaso de Oro.
Es un nuevo tipo de espectáculo que se empezó a desarrollar a finales de los años 60 en Francia, Australia, la costa oeste de Estados Unidos y Gran Bretaña. Combina habilidades de circo tradicional y técnicas teatrales para transmitir una historia o tema.
Estos espectáculos incluyen acrobacias, malabares, trapecio, teatro, música y telas aéreas. Muy pocas veces se incluyen números con animales.
La música utilizada en la producción a menudo se compone exclusivamente para ella, y suele recibir influencias estéticas de la cultura contemporánea. Por razones estéticas o económicas, las producciones de circo contemporáneo pueden realizarse en teatros en lugar de grandes carpas al aire libre.
Aspecto | Circo Tradicional | Circo Contemporáneo |
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Público | Niños y familias | Público adulto, pero también niños |
Papel Social | Centrado en la infancia | |
Elementos Estéticos | Predominio del sentido de riesgo, exhibición (dolor / deformidad), nomadismo, tradición | Riesgo controlado, sentido poético, contemporaneidad |
Técnicas | Ecuestre, clown, doma, acrobacias, trapecio fijo/volante, ilusionismo, faquir… | Teatrales, coreográficas, clown, acrobacia… Sin uso de animales. Tecnología |
Formato del Escenario | Uno o varios escenarios en forma de anillo. Disposición excéntrica del público | Escena con proscenio, con una ubicación «a la italiana» del público |
Presentación del Espectáculo | Números sueltos sin continuidad, con maestro de ceremonias | Continuidad teatral, con una historia coherente que unifica todos los números |
Formación | Tradicional, transmisión intergeneracional | Escuelas de circo, arte dramático o danza |
Interpretado por… | Grupos familiares, artistas internacionales | Artistas internacionales |
La mezcla de las artes del circo tradicional con sensibilidad estética contemporánea y técnicas teatrales ha revitalizado el interés general del público y el apetito por el circo.
El éxito internacional del Cirque du Soleil es testimonio claro de este renacimiento del circo en los últimos 30 años. Fundado en Montreal en 1984 por Guy Laliberté y Gilles Ste-Croix, ambos formados en la National Circus School de Canadá, compartían la idea de rediseñar el modelo del circo partiendo de un enfoque más teatral y la ausencia de animales en el espectáculo.
Entre 1990 y 2000, su expansión fue fulgurante, llegando a presentar en ese año 19 espectáculos diferentes en 271 ciudades de todo el mundo. Emplean anualmente a más de 4.000 personas (artistas y técnicos) procedentes de los cinco continentes, y han recibido numerosos premios por la calidad de sus espectáculos.
También están llegando otras tradiciones circenses a Occidente, como el Chinese Circus of Beijing. Es un espectáculo que pretende mostrar la escuela del Ma Xi y sus acrobacias, pero sin los caballos que se empleaban en el pasado.
El espectáculo combina elementos de las artes marciales, con la teatralidad de la Ópera de Pekín y otros elementos de la tradición circense china (platos en equilibrio, el león danzante, diábolos, telas aéreas, etc.).
En cuanto a las acrobacias, tienen también una larga tradición que se remonta a más de 2000 años, hasta las dinastías Han y Quin (ca. 220 a.C.). Ya entonces se desarrolló una rutina de acrobacias con unos 100 elementos diferentes.