Portada » Biología » Fundamentos del Suelo: Formación, Horizontes y Química para la Fertilidad
La formación del suelo es un proceso en el que las rocas se dividen en partículas menores, mezclándose con materia orgánica en descomposición. El lecho rocoso comienza a desintegrarse debido a los ciclos de hielo-deshielo, la lluvia y otras fuerzas ambientales:
La química de un suelo determina su capacidad para suministrar nutrientes a las plantas, además de afectar sus propiedades físicas y la salud de la población microbiana.
La química de un suelo también determina su corrosividad, estabilidad y capacidad para absorber contaminantes y filtrar el agua.
Así, la química superficial de los coloides minerales y orgánicos es fundamental para determinar las propiedades químicas del suelo.
La mayoría de los suelos contienen partículas orgánicas coloidales llamadas humus, así como partículas coloidales inorgánicas de las arcillas.
La Capacidad de Intercambio de Cationes (CIC) es la cantidad de cationes intercambiables por unidad de peso de suelo seco y se expresa en términos de miliequivalentes de iones cargados positivamente por 100 gramos de suelo (o centimoles de carga positiva por kilogramo de suelo, cmolc/kg). De forma similar, los sitios cargados positivamente en los coloides pueden atraer y liberar aniones en el suelo, lo que se conoce como la Capacidad de Intercambio de Aniones del Suelo (CIA).
El intercambio catiónico, que tiene lugar entre los coloides y el agua del suelo, amortigua (modera) el pH del suelo, altera la estructura del suelo y purifica el agua que percola por adsorción de cationes de todo tipo, útiles y nocivos.
La CIC varía con las condiciones del suelo, tales como el pH y el pE. Tanto las fases orgánicas como inorgánicas del suelo intercambian cationes: Las arcillas intercambian cationes debido a la presencia de sitios cargados negativamente por la sustitución de un átomo de menor número de oxidación por uno de mayor, como por ejemplo, Mg por Al.
Las fases orgánicas intercambian cationes debido a la presencia de grupos carboxilato y otros grupos funcionales básicos.
El intercambio de cationes es el mecanismo por el cual el potasio, calcio, magnesio y metales esenciales a niveles traza se hacen biodisponibles para las plantas.
Cuando los iones metálicos suben por las raíces de las plantas, el ión hidrógeno es intercambiado por dichos iones y liberado al suelo.
Este proceso, junto con la lixiviación del calcio, magnesio y otros iones con el agua que contiene ácido carbónico, tienden a acidificar el suelo.
El suelo actúa como un amortiguador del pH, resistiendo cambios en su valor. La capacidad reguladora depende del tipo de suelo.
Dieciséis elementos son esenciales para el crecimiento y reproducción de las plantas: C, H, O, N, P, K, S, Ca, Mg, Fe, B, Mn, Cu, Zn, Mo y Cl.
Los nutrientes necesarios para que las plantas completen su ciclo de vida se consideran nutrientes esenciales. Los nutrientes que mejoran el crecimiento de las plantas, pero no son estrictamente necesarios para completar su ciclo de vida, se consideran nutrientes no esenciales (o micronutrientes).
Con la excepción del carbono, hidrógeno y oxígeno, que son suministrados por el dióxido de carbono y el agua, los nutrientes derivan originalmente del componente mineral del suelo.
La absorción de los nutrientes por las plantas solo puede realizarse cuando están presentes en una forma disponible para la planta. En la mayoría de las situaciones, los nutrientes son absorbidos en forma iónica desde (o junto con) el agua del suelo.