Portada » Medicina y Salud » Exploración Neurológica Integral: Evaluación de Fuerza, Tono y Sensibilidad Muscular
El examen neurológico es una herramienta fundamental realizada por neurólogos para confirmar o descartar sospechas diagnósticas. Dada su extensión, se suelen aplicar pruebas específicas adaptadas a la hipótesis clínica del paciente.
La evaluación de la fuerza muscular se ajusta a las necesidades del paciente, centrándose en las áreas de dificultad motora. Se emplean diversas técnicas:
Para lesiones medulares, se utiliza la clasificación ASIA (Standard Neurological Classification of Spinal Cord Injury):
Cada segmento se puntúa en una escala de 5 puntos (según la escala de Oxford), con un puntaje máximo de 25 puntos para EESS y 25 para EEII (equivalente a 50 en algunas escalas).
Se refiere al estado de nutrición y desarrollo de los músculos. Se evalúa la presencia de:
Evalúa la resistencia al movimiento pasivo, reflejando el estado de actividad del sistema motor en reposo. La evaluación incluye:
Se evalúan los reflejos profundos osteotendinosos y superficiales:
Se evalúa la coordinación, el equilibrio y la marcha:
Se identifican diversos tipos de movimientos anómalos:
Se explora la sensibilidad subjetiva y objetiva:
La escala ASIA se enfoca en puntos específicos para la evaluación de la sensibilidad.
El proceso diagnóstico incluye:
Se recomienda un orden sistemático para evitar omisiones. El examen mental precede al físico.
Es crucial evaluar primero las alteraciones de la conciencia, memoria y otras funciones psíquicas, ya que pueden dificultar la interpretación de hallazgos físicos. El examen neurológico es primordialmente funcional, buscando desviaciones de la normalidad en los sistemas funcionales.
Se orienta a evaluar las funciones mentales, el pensamiento y los afectos, mediante observación y pruebas específicas:
Funciones Encefálicas Superiores: Incluyen trastornos del lenguaje (afasia), del reconocimiento (agnosia) y de la ejecución de actos (apraxias), así como alteraciones de la atención (negligencias) y habilidad visuoespacial.
Afectan a la unidad motora (motoneurona, axón, fibras musculares) o a otros tejidos, siendo consideradas multisistémicas.
Componente UM | Etiología | Trastornos más frecuentes |
Motoneurona | Hereditarias, Adquiridas | Atrofia Muscular Espinal, Poliomielitis, ELA |
Nervio Periférico | Hereditarias, Adquiridas | Charcot-Marie-Tooth, Polineuropatías (Guillain-Barré, diabéticas) |
Unión Neuromuscular | Hereditarias, Adquiridas | Síndrome Miasténico Congénito, Miastenia Gravis, Botulismo |
Músculo | Hereditarias, Adquiridas | Distrofias Musculares, Miopatías (inflamatorias, metabólicas) |
Los síntomas pueden incluir:
La AME se hereda de forma autosómica recesiva (gen en cromosoma 5).
Enfermedad autoinmune del sistema nervioso central (SNC) que afecta la mielina y, secundariamente, los axones. Se caracteriza por:
Diagnóstico: Inicialmente difícil, se vuelve más preciso con la aparición de múltiples focos. La resonancia magnética (RM) y los potenciales evocados han mejorado la precisión diagnóstica.
Patología: Múltiples parches de desmielinización, afectación preferente de sustancia blanca, periventricular, quiasma óptico, nervio óptico y médula espinal. Puede haber remielinización y cavitación en lesiones antiguas.
Etiología: Indeterminada. Se correlaciona con latitud, agregación familiar y herencia (sugiere relación con antígenos de histocompatibilidad). Mayor incidencia en mujeres (3:1) y adultos jóvenes (20-40 años). Posible origen viral.
Proceso Autoinmune Desmielinizante: Reacción linfocítica contra la proteína básica de la mielina (PBM). No es contagiosa.
Efectos de la Desmielinización: Falla de conducción saltatoria, bloqueo de conducción, pérdida de función neuronal.
Clínica: Trastornos motores (debilidad, paraparesia), visuales (diplopía, neuritis óptica), disfunción vesical, alteraciones de la sensibilidad (parestesias, trastornos de sensibilidad profunda), incontinencia, disfunción sexual, trastornos cognitivos. Aparición variable de síntomas (minutos a años). Signo de L’hermitte (hormigueo al flexionar el cuello). ROT inicialmente conservados, luego perdidos. Babinski. Fatiga severa.
Laboratorio: Pleocitosis mononuclear ligera a moderada en LCR, elevación de proteínas (PBM, gammaglobulina).
Polirradiculopatía aguda, parálisis flácida arreflexica de origen periférico. Incidencia de 1-2 casos por 100,000 habitantes/año. Sin preferencia geográfica o estacional definida. Mayor riesgo en la tercera edad.
Fisiopatología: Proceso autoinmune, generalmente desmielinizante (células de Schwann), aunque algunos casos presentan daño axonal (peor pronóstico). Desencadenado por infecciones (respiratorias, gastrointestinales) o, raramente, vacunación. El LCR muestra disociación albuminocitológica (proteínas elevadas, células normales).
Estadios: I (mielina intacta), II (mielina degenerada), III (degeneración Walleriana), IV (atrofia muscular por denervación).
Infecciones Precedentes: Comunes 2-3 semanas antes del inicio.
Clínica: Debilidad muscular simétrica, rápidamente progresiva, de distal a proximal. Puede afectar musculatura bulbar y respiratoria. Pérdida de reflejos osteotendinosos. Signos sensitivos leves o ausentes.
Evolución: Progresión hasta nivel máximo en menos de 3 semanas (80% de casos). Recuperación posterior en el 100% (no siempre total). Debilidad generalizada, predominio distal, puede ser proximal. 25-33% debilidad facial/bulbar. 7-15% requiere ventilación mecánica. 50% dolor muscular.
Formas Clínicas:
Pronóstico: Mortalidad del 1-5%. 25% secuelas (debilidad distal, pie cavo, temblor postural).
Tratamiento: Hospitalización (UCI si es necesario). Plasmaféresis o inmunoglobulinas intravenosas (IGIV) han demostrado utilidad.
Ocurre en el momento del impacto:
Mecanismos moleculares y bioquímicos:
Alteraciones vasculares (estiramiento, compresión, torsión) que pueden ir desde aumento de permeabilidad (edema) hasta ruptura (hemorragia).