Portada » Historia » El Auge de las Derechas Autoritarias y el Fascismo en la Europa de Entreguerras
La sociedad europea sufrió una serie de acontecimientos que se vivieron como auténticas catástrofes: una larga y sangrienta guerra, una revolución social en Rusia y una depresión económica sin precedentes. Muchas personas acusaban al viejo sistema liberal del siglo XIX de haber causado estas catástrofes. Los valores de la razón, el progreso, la educación y la ciencia no habían impedido la guerra.
Este contexto permitió que surgieran movimientos políticos y sociales de derechas, de carácter autoritario. Coincidían con los movimientos de izquierdas en la movilización de masas, pero las derechas no reclamaban la participación de los trabajadores en la política, sino la imposición del Estado sobre las masas.
Las derechas autoritarias organizaron auténticos movimientos de masas, apoyados por todas las clases sociales. Estos movimientos de masas constituyeron el fascismo; sus ejemplos más representativos se dieron en la Italia de Mussolini y en la Alemania de Hitler.
Existía nostalgia de sociedades del pasado, más jerárquicas.
Consideraban que esta ideología era fruto de la Ilustración y la última consecuencia de los valores democráticos. Cuando las derechas autoritarias llegaban al poder, era frecuente que persiguieran, encarcelaran y eliminaran a los militantes de partidos políticos de izquierdas. Los comunistas eran sus principales enemigos.
Los movimientos autoritarios de derechas tendían a apoyarse en los cuerpos armados del Estado (la policía y el ejército) que, bajo la ley, podían ejercer la violencia física para reprimir cualquier atentado a la unidad nacional o al orden social. Fueron muchos los militares que lideraron o apoyaron estos movimientos, como el general Franco en España. En la mayoría de los casos, las derechas autoritarias imponían a la sociedad civil valores de carácter militar. Estos grupos también utilizaban uniformes, adoptaban una estética militar para intimidar al resto de la sociedad con desfiles y agredir a otras formaciones políticas e imponerse por la fuerza.
Rechazaban la política parlamentaria y sus instituciones. Consideraban a este sistema político débil para detener la revolución social y para frenar la crisis. Además, lo consideraban responsable de la derrota y de la decadencia nacional. Las derechas autoritarias europeas se inspiraban en ideologías preliberales y rechazaban los valores de libertad e igualdad.
Su nacionalismo se combinaba con la xenofobia y el racismo. Perseguían aquello que amenazaba la unidad nacional.
Los movimientos fascistas eran modernos y se definían como revolucionarios. Pretendían atraer a las masas para construir una nueva sociedad que superase el capitalismo y el comunismo. Sus rasgos distintivos eran los siguientes:
Durante la época de entreguerras se vivió en Europa una fiebre antidemocrática. Solo Francia, Gran Bretaña, Países Bajos, Bélgica, Suiza y los países nórdicos conservaban sus antiguas instituciones liberales. Excepto en la URSS, las derechas radicales ocuparon el poder por la fuerza, imponiendo dictaduras o regímenes autoritarios en dos oleadas sucesivas:
Se produjo tras la Primera Guerra Mundial (1ª GM) y afectó especialmente a los países del este y el sur de Europa. En esta etapa destacó la Dictadura de Miguel Primo de Rivera en España y el régimen fascista de Benito Mussolini en Italia. El éxito de Mussolini convirtió al régimen italiano en el modelo para los movimientos fascistas que aparecieron después en Europa.
Se produjo tras la crisis de 1929. En Alemania, el régimen de Hitler logró que el fascismo se difundiera en todo el mundo. La única excepción fue España, donde la Segunda República resistió un intento de golpe de Estado, lo que dio lugar a una Guerra Civil y al establecimiento de la dictadura de Franco.