Portada » Griego » Hollywood Clásico: La Era Dorada del Cine Americano y su Impacto Cultural
La recaudación de los filmes dejó de ser suficiente para los nuevos costos, y Wall Street comenzó a aportar capital. Esto implicó una reestructuración del sistema productivo en el que la división del trabajo era más estricta: el director era un asalariado que solo intervenía en el rodaje, quedando al margen de la concepción integral de la película, y quien controlaba todo era el productor/supervisor, representante de Wall Street. Se crearon departamentos de guion, decorado, montaje, entre otros.
A partir de entonces, los filmes se realizaban siguiendo patrones estandarizados que aseguraban su rentabilidad y evitaban riesgos económicos. Para ello, se establecieron fórmulas comerciales y artísticas regidas por el star system y la catalogación por géneros.
La producción se realizaba de forma seriada, y los filmes se hacían uno tras otro sobre estructuras aprobadas (sistema de estudios). Cada estudio se ocupaba de un género y era dueño de la vida y la carrera de sus actores, quienes firmaban contratos por siete años.
El sistema de producción de Hollywood se afianzó en la década de 1920 y se mantuvo hasta la década de 1960.
Este sistema tenía tres bases fundamentales:
La Motion Picture Producers and Distributors of America (MPPDA) fue una asociación integrada por distintas productoras y distribuidoras, con la finalidad de establecer una serie de normas internas que velaran por los intereses de sus miembros. Esto se debía a que, si se quería hacer del cine un negocio rentable, la industria debía tener reglas que aseguraran la convivencia.
El Código Hays fue un sistema de autorregulación creado por los propios estudios (MPPDA) por el miedo a ser censurados por el gobierno. Se impuso con toda su fuerza en 1934 y se mantuvo hasta finales de los años 50. Este código imponía una moral acorde al conservadurismo de EE. UU. en la época de la Ley Seca.
Hollywood se había vuelto moralmente cuestionable debido a escándalos relacionados con alcohol, drogas, sexo y violencia. El cine era un espejo de una sociedad percibida en decadencia, y Hollywood necesitaba construir una imagen más respetable. En 1930, la MPPDA aprobó el Código Hays, el cual se mantuvo vigente hasta la década de 1960. Su fin era aplacar las críticas y asegurar la inversión, mediante películas que mostraban la vida del típico “sueño americano” y una sociedad justa y respetuosa. Esto autorizaba a la Breen Office (organismo encargado de hacer cumplir el código) a corregir guiones, cortar y prohibir películas, y a sancionar conductas y personas.
Aunque los estudios a veces quebrantaban algunas normas que ellos mismos se imponían, se cree que estas restricciones generaban mayor creatividad a la hora de representar temas que no podían ser mostrados explícitamente.
En la década de 1950, ya había gente que reconocía la falta de sustancia en la industria y la falsa moral que el Código Hays imponía, creando tabúes que no representaban las creencias de la sociedad, sino una estrategia de la industria.
Esta etapa se desarrolló entre 1933 y 1940, cuando el modelo se perfeccionó al máximo, lo cual permitió que la industria alcanzara su mejor momento. Los géneros se perfeccionaron con la llegada del sonido, el color estaba por llegar, y los directores aceptaron que el productor era quien mandaba. Una clave importante para este auge fue la exportación de películas.
Los actores ocupaban un lugar central en la industria. Su presencia era crucial desde el punto de vista económico, ya que contaban con sus propios seguidores y, en muchos casos, eran determinantes para el éxito o fracaso de sus películas.
Cada género tenía su repertorio de actores, pero eran más que eso: no importaba cómo actuaban ni el papel que interpretaban; la gente acudía a verlos a ellos. La gente conocía sus vidas y los idolatraba.
Existían distintos tipos de roles femeninos, como por ejemplo, heroínas sufrientes atadas a un destino cruel que aceptaban su infortunio, o las “femme fatales” (comehombres), entre otros.
Se dice que Hollywood “fue a la guerra” durante la Segunda Guerra Mundial (SGM), ya que la industria del cine fue clave en la propaganda bélica. Se produjeron muchas películas patrióticas, el género bélico tuvo un gran auge, y los actores fomentaban la compra de bonos de guerra.
Con el inicio de la Guerra Fría, comenzó la “caza de brujas” contra trabajadores de la industria simpatizantes del comunismo. Muchos se vieron obligados a exiliarse.