Portada » Economía » Responsabilidad Social Corporativa: Pilares, Gestión y Casos Sectoriales
La acción social se refiere a la dedicación voluntaria de recursos (económicos, humanos o materiales) por parte de una empresa a proyectos de desarrollo socioeconómico que benefician a colectivos desfavorecidos. Estos proyectos suelen estar relacionados con asistencia social, salud, educación, formación profesional o empleo. A veces se denomina filantropía empresarial.
La acción social se ha materializado de diversas formas, incluyendo el patrocinio, la financiación de proyectos junto a organizaciones no gubernamentales (ONG), el mecenazgo y la puesta en marcha de fundaciones empresariales.
La acción social es la dedicación voluntaria de recursos a proyectos sociales (salud, educación, apoyo a ONG, etc.), y suele ser puntual y externa a las operaciones centrales del negocio.
En cambio, la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es un enfoque integral que implica gestionar la empresa de forma ética, sostenible y responsable con todos los grupos de interés, tanto internos como externos (empleados, medio ambiente, sociedad, proveedores, clientes, etc.).
Una empresa puede realizar acción social sin tener una RSC real, y puede tener RSC sin realizar acción social. La acción social puede ser parte de la RSC, pero no la sustituye, ya que la RSC abarca una dimensión mucho más amplia y sistémica.
Es un documento general que refleja los valores, principios y compromisos de una organización con la sociedad y sus grupos de interés. Define el marco ético de actuación, orienta la cultura empresarial y establece los derechos y deberes que guían el comportamiento responsable de la empresa.
Es un documento más operativo y específico, que deriva del código ético. Establece normas concretas de comportamiento, detallando cómo deben actuar los empleados, directivos y proveedores en su día a día en relación con derechos humanos, condiciones laborales y medio ambiente.
Los códigos de conducta son herramientas voluntarias que complementan (pero no sustituyen) a las legislaciones nacionales e internacionales. Su función es elevar los niveles mínimos de protección establecidos por la ley.
Para ser efectivos en RSC, deben cumplir con lo siguiente:
La transparencia y el control constante son claves para que estos códigos realmente promuevan una gestión ética y responsable.
Este ámbito se refiere a cómo se dirige y gestiona la empresa de forma responsable y transparente. Incluye:
Las empresas deben respetar los derechos humanos universales. Esto implica:
Aquí se protege al trabajador. Incluye:
Las organizaciones deben minimizar su impacto ambiental. Esto se traduce en:
Este ámbito se centra en la relación con la sociedad. Incluye:
Los grupos de interés, también conocidos como partes interesadas o stakeholders, son individuos o colectivos que tienen un interés legítimo y se ven afectados por las decisiones y actividades de una organización, tanto en el presente como en el futuro.
Formada por personas directamente vinculadas legalmente a la empresa:
Agrupaciones o entidades que, aunque no formen parte directa de la empresa, pueden influir o verse influidas por ella. Ejemplos:
Ejemplo en una tienda de ropa: Los clientes y la competencia se considerarían parte de la dimensión externa, mientras que los directivos serían parte de la dimensión interna.
La materialidad es el principio que permite identificar qué temas son más relevantes para una empresa y sus grupos de interés. Ayuda a priorizar los aspectos que deben ser gestionados y comunicados en los informes de sostenibilidad. Tiene una doble perspectiva:
Evalúa cómo las actividades de la empresa afectan al entorno social y medioambiental (de la empresa hacia afuera). Ejemplo: Si una empresa contamina un río, está generando un impacto negativo hacia la sociedad.
Analiza cómo los factores externos (ambientales, sociales, legales) influyen en la situación financiera de la empresa (de fuera hacia dentro). Ejemplo: El cambio climático o una protesta social pueden afectar la reputación o los beneficios de la empresa.
La empresa debe escuchar a sus stakeholders y adaptar sus prioridades según la doble materialidad, garantizando así una gestión responsable y sostenible. Esto refuerza la confianza y transparencia en su actuación.
Es un modelo de desarrollo que busca satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las de las futuras generaciones. Se basa en tres pilares: económico, social y ambiental. Fue definido por primera vez en 1987 en el Informe Brundtland de la ONU.
Hace referencia a la capacidad de mantener en el tiempo las actividades humanas respetando el equilibrio del medioambiente, las estructuras sociales, económicas e institucionales. Es un concepto más amplio que abarca todos los aspectos necesarios para perdurar a largo plazo.
Es un modelo económico que busca el bienestar humano y la equidad social, reduciendo el impacto ambiental. Se basa en: uso de tecnologías limpias, energía renovable, consumo responsable de recursos y reparto justo de los beneficios. Según el PNUMA, es una economía baja en carbono, eficiente y equitativa.
Busca cerrar el ciclo de vida de los productos y recursos, reduciendo el uso de materias primas, energía y residuos. Frente al modelo lineal (producir-usar-tirar), la economía circular apuesta por: Reutilizar, Reciclar, Reparar. Es una forma de integrar sostenibilidad económica y medioambiental, convirtiendo los residuos en nuevos recursos.
Concepto introducido por Michael Porter en 2011. Supone generar valor económico y social a la vez. Las empresas pueden lograrlo:
Significa cumplimiento normativo, es decir, respetar tanto las leyes externas como las reglas internas de la organización. Incluye prevenir riesgos legales, éticos y reputacionales. Es fundamental en la gestión de una empresa responsable y transparente.
El interés por la ética empresarial ha aumentado debido a:
Esto ha generado una mayor demanda de transparencia, información y responsabilidad por parte de la sociedad hacia las empresas.
La RSC en el sector textil se centra principalmente en tres ejes fundamentales:
En el turismo, la sostenibilidad se enfrenta a desafíos tanto sociales como ambientales:
La responsabilidad del sector farmacéutico está directamente ligada al derecho a la salud:
El sector financiero tiene un fuerte impacto indirecto sobre la sociedad:
Según la Comisión Europea (2011), la Responsabilidad Social Corporativa es la responsabilidad de una organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medio ambiente, mediante un comportamiento ético y transparente que:
Para implementar eficazmente una política de RSC, se sugieren las siguientes fases:
La comunicación efectiva de la RSC es crucial para construir confianza y reputación. Implica la divulgación transparente de las políticas, acciones y resultados en materia social, ambiental y de gobernanza, a través de informes de sostenibilidad, sitios web, redes sociales y otros canales, adaptando el mensaje a los diferentes grupos de interés.
La economía alternativa engloba modelos y prácticas económicas que buscan priorizar el bienestar social y ambiental sobre el lucro ilimitado. Incluye iniciativas como la economía social y solidaria, el comercio justo, las finanzas éticas, el consumo colaborativo y las empresas B (Benefit Corporations), que integran objetivos sociales y ambientales en su propósito fundacional.
El gobierno corporativo se refiere al sistema por el cual las empresas son dirigidas y controladas. En el contexto de la RSC, implica asegurar que la toma de decisiones de los accionistas, administradores y la dirección esté alineada con los principios éticos y de sostenibilidad, garantizando la transparencia, la rendición de cuentas y la protección de los intereses de todos los stakeholders a largo plazo.
La RSC implica el respeto y la promoción de los derechos de los consumidores, que incluyen:
Las universidades, como instituciones clave en la formación y la investigación, tienen un papel fundamental en la promoción de la RSC. Según iniciativas como los Principios para la Educación en Gestión Responsable (PRME) de las Naciones Unidas, las universidades deben integrar la sostenibilidad y la ética en sus currículos, fomentar la investigación sobre RSC, ser ejemplos de prácticas sostenibles en su propia gestión y colaborar con empresas y la sociedad para avanzar en estos principios.
El consumo responsable es una práctica que busca que los consumidores tomen decisiones de compra considerando el impacto social y ambiental de los productos y servicios. Desde la perspectiva de la RSC, las empresas tienen la responsabilidad de facilitar este consumo ofreciendo productos sostenibles, información clara sobre su origen y proceso de producción, y promoviendo hábitos de consumo que minimicen el impacto negativo.
La publicidad y el marketing ético y responsable en el marco de la RSC implican comunicar los productos y servicios de manera veraz, transparente y respetuosa, evitando el engaño, la manipulación, la discriminación o la promoción de estereotipos dañinos. Busca construir una relación de confianza con el consumidor y reflejar los valores de sostenibilidad y responsabilidad de la empresa.