Portada » Biología » Fisiología Capilar y Sistema Linfático: Fundamentos del Intercambio Sanguíneo y Drenaje Corporal
Los capilares son estructuras de paredes finas, rodeadas de una monocapa de células endoteliales y una lámina basal.
El número de capilares de un tejido depende de su actividad metabólica, aumentando proporcionalmente con dicha actividad.
Su principal función es el intercambio de nutrientes, agua, gases, solutos y sustancias de desecho entre la sangre y las células tisulares a través del líquido intersticial. La pared de los capilares está adaptada a esta función, y este intercambio se produce solo a través de los capilares y al comienzo de las vénulas.
Los capilares forman redes muy ramificadas (lecho capilar, entre 10 y 100 capilares que surgen de una metarteriola) que aumentan la superficie disponible para el intercambio de sustancias.
La sangre fluye desde una arteriola hacia los capilares y después hacia las vénulas. La presencia de esfínteres precapilares controla el flujo de sangre a través de los capilares. Cuando estos se relajan, la sangre llega al interior de los capilares, y cuando se contraen, el flujo cesa o disminuye. La circulación a través de los capilares suele ser intermitente debido a estas contracciones y relajaciones del músculo liso de las metarteriolas y los esfínteres precapilares (sustancias químicas como el óxido nítrico son responsables de esta función).
El extremo proximal de la metarteriola está rodeado de fibras de músculo liso aisladas; el extremo distal no tiene músculo liso y se llama canal de transporte. De esta forma, la sangre puede llegar desde la arteriola a la vénula sin pasar por los capilares.
En cualquier momento, en nuestro organismo, el 7% de la sangre se encuentra en los capilares sistémicos en continuo intercambio de sustancias con el líquido intersticial.
El O₂, el CO₂, glucosa, aminoácidos y hormonas se mueven normalmente por gradiente de concentración. El O₂, glucosa, aminoácidos y hormonas difunden hacia las células tisulares al ser su concentración mayor en la sangre. Por otro lado, el CO₂ y otros desechos, al estar en mayores concentraciones en el líquido intersticial, difunden hacia la sangre. Las sustancias hidrosolubles (glucosa y aminoácidos) atraviesan las paredes de los capilares a través de las fenestraciones o hendiduras intercelulares. Las sustancias liposolubles (O₂, CO₂ y hormonas esteroideas) pueden atravesar directamente las paredes de los capilares. La mayoría de las proteínas plasmáticas y eritrocitos no pueden pasar a través de los capilares continuos o fenestrados; lo harán a través de los capilares sinusoides.
Las sustancias sanguíneas se engloban en pequeñas vesículas pinocíticas que entran en la célula endotelial por endocitosis, cruzan la célula y salen por el otro lado por exocitosis. Este mecanismo es importante y eficaz para moléculas grandes e insolubles en lípidos (como la insulina o ciertos anticuerpos).
Es un proceso pasivo que implica el movimiento de un gran número de iones, moléculas o partículas disueltas en un líquido en la misma dirección. Se caracteriza por una alta velocidad de movimiento, desde áreas de mayor presión a menor presión, y se mantiene mientras se mantenga la diferencia de presión.
Este proceso es el más efectivo para regular los volúmenes relativos de la sangre y del líquido intersticial.
La filtración es promovida por dos presiones:
La reabsorción es promovida por:
La Presión Neta de Filtración (PNF) es el balance entre las presiones que dan lugar a la filtración y la reabsorción. Determina si el volumen de sangre y de líquido intersticial permanece en equilibrio o cambia. En condiciones normales, la situación es de proximidad al equilibrio, lo que se conoce como Ley de Starling de los capilares.
La Filtración ocurre cuando las presiones que expulsan líquido fuera de los capilares son mayores que las presiones que atraen líquido al interior de los capilares.
La Reabsorción ocurre cuando las presiones que expulsan líquido fuera de los capilares son menores que las presiones que atraen líquido a los capilares.
Presión Neta de Filtración (PNF) = (PHS + POLI) – (POCS + PHLI)
Compuesto por la linfa, vasos linfáticos, tejidos linfáticos (con un gran número de linfocitos) y médula ósea. Su función es participar en la circulación de los líquidos corporales y también tiene funciones de defensa. Los componentes del plasma se filtran a través de los capilares y forman el líquido intersticial, y cuando este llega a los vasos linfáticos, se denomina linfa.
Los vasos linfáticos nacen como capilares linfáticos, con un extremo cerrado. Los capilares linfáticos se unen para formar vasos linfáticos más grandes. A intervalos, podemos encontrar ganglios linfáticos (órganos encapsulados) a través de los que fluye la linfa, formados por masas de células B y T. Los capilares linfáticos son más permeables que los sanguíneos y pueden absorber moléculas más grandes (proteínas y lípidos). Son unidireccionales, es decir, el líquido intersticial puede entrar en ellos, pero no puede salir.
Existen unos filamentos de fijación (fibras elásticas) que conectan las células endoteliales de estos vasos con los tejidos de alrededor, que ayudan a la entrada del líquido en los vasos. En el intestino delgado, existen vasos quilíferos: vasos especializados que transportan lípidos provenientes de la dieta hacia los vasos linfáticos y después hacia la sangre (formando el quilo).
Tenemos alrededor de 600 ganglios, dispersos por todo el organismo, tanto en superficie como más profundos. En algunas regiones hay grupos de ganglios linfáticos, como en las glándulas mamarias, axilas e ingles.
La linfa fluye a través de ellos en una sola dirección a través de los vasos linfáticos aferentes que tienen una válvula de entrada. La linfa drena por los vasos linfáticos eferentes, también a través de válvulas.
Los ganglios actúan como filtros: las sustancias extrañas quedan atrapadas por las fibras reticulares, y los macrófagos destruyen por fagocitosis algunas de estas sustancias, mientras que los linfocitos destruyen otros componentes.