Portada » Historia » Grandes Transformaciones Históricas: Del Antiguo Régimen a las Guerras Mundiales
El Antiguo Régimen se refiere a la situación política, social y económica anterior a la Revolución Francesa. Sus características principales eran:
Además, se caracterizaba por una gran influencia de la religión en la cultura, educación y arte. Este término también se utiliza para referirse a la época entre los siglos XV y XVIII, un periodo crucial en el que se sentaron las bases del mundo contemporáneo.
La Ilustración fue un movimiento ideológico del siglo XVIII, principalmente desarrollado en Francia, que defendía los siguientes principios:
Las ideas ilustradas se difundieron principalmente en Francia a través de diversos canales:
En el Antiguo Régimen, predominaba la monarquía absoluta de derecho divino, donde el rey concentraba todos los poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) y no convocaba parlamentos. Sin embargo, algunos ilustrados criticaron vehementemente este sistema:
A mediados del siglo XVIII, algunos monarcas europeos adoptaron ciertas ideas de la Ilustración, dando origen al despotismo ilustrado. Aunque estos monarcas mantenían todo el poder absoluto, promovieron importantes reformas destinadas a mejorar la educación, la economía y la calidad de vida de sus súbditos, bajo el célebre lema: «Todo para el pueblo, pero sin el pueblo».
Monarcas destacados de este periodo fueron Luis XV de Francia, Carlos III de España, Catalina II la Grande de Rusia y Federico II el Grande de Prusia, entre otros.
El reinado de Carlos IV (1788-1808) coincidió con un momento convulso en Europa, marcado por el estallido de la Revolución Francesa. Aunque su gobierno fue en gran parte controlado por su ministro Manuel Godoy, se mantuvo la monarquía absoluta. Las ideas ilustradas, que ya circulaban en España desde el siglo XVIII, comenzaron a cuestionar el Antiguo Régimen y a proponer reformas políticas y sociales.
Sin embargo, tras la revolución en Francia, España cerró sus fronteras e intentó frenar la difusión de esas ideas, temiendo que se extendieran. Esto marcó un claro retroceso respecto al reformismo ilustrado anterior. A nivel internacional, España primero luchó contra Francia y luego se alió con Napoleón Bonaparte, permitiendo la entrada de tropas francesas tras la firma del Tratado de Fontainebleau (1807), lo que desembocó en una grave crisis política interna.
Fernando VII reinó entre 1814 y 1833, un periodo caracterizado por la lucha entre el absolutismo y el liberalismo, dividido en tres etapas principales:
La Guerra de la Independencia (1808-1814) fue un conflicto crucial causado por la crisis dinástica entre Carlos IV y Fernando VII, la intervención directa de Napoleón Bonaparte y el deseo francés de controlar la península ibérica. Se inició tras el Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de Bayona, cuando Napoleón impuso a su hermano José Bonaparte como rey de España.
La guerra se desarrolló en tres fases principales:
La sociedad española sufrió graves consecuencias: destrucción, pobreza, emigraciones masivas y violencia generalizada. Sin embargo, también se organizó políticamente con la creación de Juntas locales y provinciales, y posteriormente las Cortes de Cádiz, en un intento de gobernarse a sí misma durante la ocupación francesa.
La Constitución de 1812, conocida popularmente como «La Pepa» y aprobada por las Cortes de Cádiz, fue una respuesta política fundamental a la ocupación francesa. Estableció importantes principios liberales que sentaron las bases del nuevo orden:
Además, la Constitución de Cádiz abolió privilegios feudales, los gremios y la Inquisición. Fue un gran avance democrático que inspiró futuras constituciones en España y América Latina, simbolizando el paso del Antiguo Régimen a un nuevo orden liberal, aunque su vigencia fue limitada y fue anulada y restaurada varias veces a lo largo del siglo XIX.
Las principales causas que condujeron al estallido de la Primera Guerra Mundial fueron:
Antes del estallido del conflicto, el sistema de alianzas dividió a Europa en dos grandes bloques enfrentados:
Estos pactos de ayuda mutua entre las potencias fueron cruciales, ya que transformaron un conflicto regional inicial en una devastadora guerra global.
A principios del siglo XX, Rusia era un vasto imperio, gobernado por los zares de la dinastía Romanov. En el imperio existía un profundo malestar generalizado, manifestado en:
La economía mundial entre 1924 y 1929 experimentó un periodo de gran prosperidad, conocido como los «Felices Años Veinte». Este auge afectó a Europa y, de manera más significativa, a Estados Unidos, que se consolidó como la primera potencia económica mundial tras la Primera Guerra Mundial.
Las bases de esta prosperidad económica fueron:
La prosperidad económica finalizó abruptamente en 1929, cuando Estados Unidos sufrió una grave crisis de sobreproducción, es decir, se producía más de lo que se demandaba.
Al acabar la Primera Guerra Mundial, la demanda se redujo, lo que provocó la acumulación de productos sin vender. Como consecuencia, sus precios bajaron y las empresas sufrieron grandes pérdidas. La situación real de las empresas no se correspondía con el alto valor que sus acciones tenían en la bolsa, inflado por la especulación.
El 24 de octubre de 1929, conocido como el “Jueves Negro”, los inversores, presas del pánico, comenzaron a vender masivamente sus acciones, sin que nadie las comprase. El resultado fue una caída vertiginosa del precio de las acciones y la quiebra de la Bolsa de Nueva York, desencadenando la Gran Depresión.
La Crisis de 1929 tuvo profundas consecuencias en todos los ámbitos de la vida global:
El 1 de septiembre de 1939 marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto que se extendió por casi seis años, hasta el 5 de agosto de 1945. Se considera el conflicto más importante y devastador de la historia de la humanidad.
Los países contendientes se agruparon en dos grandes bandos:
Antes de la finalización de la guerra en 1945, los Aliados se reunieron en una serie de conferencias clave para abordar los problemas relativos a la posguerra, especialmente en Alemania y Europa Oriental: