Portada » Lengua y literatura » Publicidad y Corrientes Literarias del Siglo XX: Novecentismo, Vanguardias y Generación del 27
La publicidad consiste en la difusión o divulgación de información, ideas u opiniones de carácter político, religioso, comercial, entre otros, con la intención de que el receptor actúe de una determinada manera, piense según unas ideas o adquiera un producto específico.
Estos dos conceptos son fundamentales en el ámbito de la publicidad, ya que esta se sirve de diversas técnicas informativas y persuasivas para mostrar las fortalezas de un producto y lograr que el comprador lo adquiera.
Podemos definir los términos de la siguiente manera:
Según su finalidad, existen diferentes tipos de publicidad:
Para presentar un mensaje atractivo y persuasivo, los textos publicitarios generalmente alternan el lenguaje verbal y el no verbal, aunque en algunos casos solo aparece uno de ellos.
Para que el texto publicitario esté bien elaborado, debe cumplir la siguiente estructura:
En los anuncios publicitarios se utilizan una serie de recursos lingüísticos para resaltar el mensaje y llamar la atención del receptor. Las principales características de este lenguaje son:
Un folleto publicitario es una forma de publicidad impresa con una función informativa, habitualmente compuesta de imagen y textos cortos y concisos. Su objetivo es exponer una serie de ideas razonadas acerca de un servicio o producto.
Las características de los folletos publicitarios son:
Históricamente, el principio del siglo XX fue un momento crítico para la humanidad, ya que, entre 1914 y 1939, se iniciaron dos guerras mundiales en un corto período de tiempo.
Entre los acontecimientos históricos más señalados, destacamos:
El primer tercio del siglo XX acoge a distintas generaciones de artistas que integran la llamada Edad de Plata de la literatura española, destacada por la calidad y el protagonismo de sus intelectuales, artistas y literatos. Entre 1914 y 1939 se suceden las tres promociones literarias que estudiaremos a continuación: el Novecentismo, el Vanguardismo y el Grupo Poético o Generación del 27.
El Novecentismo, también denominado Generación del 14, surge en torno al año 1914 y se considera el movimiento intelectual más importante de la España moderna. Los novecentistas pretendían un cambio de rumbo en la vida cultural y política del país a través del progreso científico y la competencia profesional.
Entre los rasgos más sobresalientes de esta promoción, destacan:
Entre los integrantes de la Generación del 14 se encuentran: José Ortega y Gasset, Manuel Azaña, Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañón, Salvador de Madariaga, Américo Castro y Claudio Sánchez Albornoz.
El filósofo José Ortega y Gasset fue la figura más destacada de las primeras décadas del siglo XX. En sus ensayos difundió sus ideas sobre política, filosofía, sociedad y cultura.
Entre sus obras más importantes, podemos destacar: Mediaciones del Quijote, La rebelión de las masas, La deshumanización del arte e Ideas sobre la novela.
Las Vanguardias literarias son el conjunto de movimientos desarrollados dentro de la literatura durante la primera mitad del siglo XX, que buscan la renovación y la libertad de expresión.
Estos movimientos son denominados “los -ismos-” y son: futurismo, cubismo, dadaísmo, expresionismo y surrealismo.
Entre las composiciones vanguardistas, destacan el collage y los poemas visuales.
En España, destacan dos movimientos vanguardistas:
En Hispanoamérica, los movimientos de Vanguardia también se desarrollaron con entusiasmo en las primeras décadas del siglo XX.
El autor más destacado es Vicente Huidobro, quien instauró el Creacionismo en España (movimiento que se orienta a la creación de una realidad artística distinta de la naturaleza: “hacer un poema como la naturaleza hace un árbol”, es como define Huidobro el oficio de poeta).
Otros grandes poetas hispanoamericanos que recogieron grandes influencias vanguardistas son: Jorge Luis Borges, César Vallejo, Pablo Neruda y Octavio Paz.
Madrileño de nacimiento, Ramón Gómez de la Serna creó un “-ismo” propio (el ramonismo) y difundió las Vanguardias en España. Además, es el autor de las greguerías, textos breves en los que se ofrecen asociaciones sorprendentes a partir de hechos o elementos cotidianos. El propio autor definió las greguerías como “metáfora más humor”, y tienen forma de breves chistes o juegos de palabras.
Ejemplos de greguerías: El primer beso es un robo; El vapor es el fantasma del agua; Los tornillos son clavos peinados con la raya al medio.
El nombre «Generación del 27» hace referencia al acto que se produjo en Sevilla para homenajear a Góngora, al que acudió la mayoría de los miembros del grupo. El nacimiento de estos poetas en fechas próximas, su amistad y el intercambio cultural entre ellos, hicieron que Dámaso Alonso acuñara la expresión de Generación del 27.
En la evolución de la Generación del 27 se distinguen las siguientes etapas:
Los componentes más destacados de la Generación del 27 son: Pedro Salinas, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre y Luis Cernuda. También es importante mencionar a Miguel Hernández, ya que se encuentra a caballo entre la Generación del 27 y la del 36.
No podemos obviar, al hablar del 27, la mención a Las Sinsombrero, nombre por el que son conocidas un grupo de mujeres artistas españolas nacidas entre 1898 y 1914. Se conocen con este nombre porque, a pesar de que estaba mal visto que las mujeres en su época se quitasen el sombrero para pasear en público por la calle, ellas, como un símbolo de rebeldía, se lo quitaron y salieron a pasear a la Puerta del Sol de Madrid para que todo el mundo las viera.
El grupo fue formado por Ernestina de Champourcín, María Teresa León, Concha Méndez, María Zambrano, Rosa Chacel, Josefina de la Torre, Marga Gil Roësset y Maruja Mallo.
Federico García Lorca, nacido en Fuente Vaqueros (Granada), constituye un auténtico referente en la historia de la literatura. En cuanto a su obra, podemos hacer la siguiente división:
En la poesía lorquiana confluyen los logros más arriesgados de las Vanguardias y lo más auténtico de la tradición literaria y el folclore. Como fruto de esta fusión, publica Poemas del cante jondo y Romancero gitano, donde el tema es la preocupación esencial por su destino trágico ineludible. Suele tomar como fondo el mundo andaluz en sus composiciones.
Su viaje a Nueva York lo puso en contacto con el mundo de la gran ciudad, donde las situaciones de miseria, esclavitud y deshumanización provocaron en el poeta una profunda crisis vital que plasmó en Poeta en Nueva York.
En sus poemas, Lorca hace uso de metáforas, anáforas, repeticiones, entre otros recursos, que dan a sus composiciones un efecto especial.
Otros libros de poemas son: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, Diván del Tamarit y Sonetos del amor oscuro.
Además de desarrollar una labor creativa, Lorca difundió el teatro clásico a través del grupo de teatro La Barraca.
En sus obras, fusiona el drama y la poesía. Su ciclo trágico comprende sus obras de mayor calidad, donde destacan:
El estilo de Lorca concentra una gran significación en el simbolismo. Así, destacamos: