Portada » Arte » Joyas del Arte Medieval: Un Recorrido por el Románico y el Gótico
La Iglesia de Cardona presenta una planta basilical con tres naves y tres ábsides semicirculares. Su material principal es la piedra ligada con mortero de cal. La cubierta es de piedra, con bóveda de cañón en la nave central, bóveda de arista en las laterales y en el nártex.
Este templo se construyó bajo la influencia política del Abad Oliba, obispo y consejero de los condes catalanes. A nivel constructivo, no aporta novedades significativas, pero la disposición de su espacio lo convierte en uno de los puntos culminantes del siglo XI. Es un edificio de carácter religioso.
Dentro del estilo románico, encontramos este grupo escultórico. El tema representado es la Virgen con el Niño en el regazo, en actitud de bendecir. La postura es hierática y de una fuerte frontalidad. Se trata de una Mare de Déu escultórica y venerada. Normalmente, el Niño se sitúa en la falda de la Virgen, una disposición que se irá suavizando hasta el Gótico, donde aparecerá en los brazos.
La iglesia del Monasterio de Poblet se caracteriza por su austeridad, sin decoración pictórica o escultórica. Es un estilo de transición que recoge elementos del Románico, pero también del Gótico, como la bóveda de ojiva, propia del Císter.
La planta de la iglesia es de cruz latina con un transepto corto. El cuerpo longitudinal está formado por tres naves. La nave principal es de bóveda de ojiva, y las laterales tienen bóveda de crucería nervada. Presenta una cabecera muy desarrollada, con girola.
El espacio exterior tiene aspecto de recinto amurallado, una fortaleza propia de una zona fronteriza y en conflicto, por lo que se trataba de una pequeña ciudad amurallada. En cambio, el espacio interior es austero y presenta puntos ordenadores (como el ábside). Hay muchas aperturas, pero solo entra la luz justa, con un tono simbólico. Predomina la línea horizontal, solo rota por la verticalidad de las torres. La función de la obra es religiosa.
Este frontal de altar, de estilo románico, utiliza la técnica al temple. Está dividido en cinco partes, presididas por la central, donde la Virgen sostiene al Niño. Presenta mucha fuerza hierática, pero las figuras ya son más humanizadas. El fondo es monocromo. La composición denota equilibrio y sensación de movimiento. Su función principal era decorar y captar la atención de los fieles.
El edificio es de planta cruciforme con el cuerpo principal de 28 metros de altura, organizado en tres naves. La cabecera, situada al este, tiene un deambulatorio radial con cinco capillas semicirculares. La organización en tres naves es sumamente original para la época, con la central mucho más alta que las laterales.
Esta dificultad constructiva se solía solventar levantando sobre las naves laterales una amplia tribuna, cuya cubierta compensaba el peso de la bóveda central, reforzando la estructura. En Chartres, se suprime la tribuna, quedando solo tres niveles en el alzado de la nave:
La catedral está construida con piedra arenisca de un tono ocre. Presenta planta de cruz latina con tres naves longitudinales. El exterior gótico se caracteriza por el uso de arbotantes. En la decoración, destacan los vitrales, así como una notable decoración escultórica.
Esta catedral marcó un hito en el desarrollo del Gótico e inició una fase de plenitud en el dominio de la técnica y el estilo gótico, estableciendo un equilibrio entre ambos.
A diferencia del Románico, donde el Niño se situaba en el regazo, en la escultura gótica la madre siempre aparece con el hijo en los brazos. Del estudio de estas obras podemos deducir algunos rasgos característicos de la escultura gótica:
(Se sugiere comparar esta obra con la imagen de Santa María de Tahull, reproducida en otro estudio).
Esta pintura al fresco se encuentra en el registro superior. Con fondos de tres bandas, se sitúa la mandorla, dentro de la cual está el Pantocrátor, con los pies sobre un escabel. En la vuelta del arco triunfal se observa una composición simétrica y cerrada, con perspectiva jerárquica.