Portada » Psicología y Sociología » Desarrollo Infantil Integral: Hitos Clave en Lenguaje, Cognición y Psicomotricidad
Este documento explora las diversas dimensiones del desarrollo infantil, abarcando desde las capacidades lingüísticas y cognitivas hasta el desarrollo psicomotor y socioemocional, destacando los hitos y procesos fundamentales en cada área.
Los niños adquieren progresivamente una mayor capacidad para distinguir los sonidos y fonemas que integran el habla. Su lenguaje se vuelve cada vez más comprensible para el oído del adulto, ya que articulan y pronuncian mejor.
(Significado de las palabras) Los niños de 3 a 5 años experimentan una ampliación notoria de su vocabulario.
(Gramática del lenguaje) Los niños, desde los 2 años, comienzan a usar pronombres personales y posesivos (mi, mío, tuyo) y empiezan a usar variaciones de género y número, aunque aún cometen errores de concordancia hasta los 6 años.
(Referido a las funciones del lenguaje) El lenguaje de los niños de 3 a 5 años es cada vez más sofisticado en la utilidad e intención que le dan al lenguaje.
Es la actividad que el organismo realiza para extraer la información que necesita del medio ambiente para su funcionamiento normal.
Es la primera condición básica que debe darse en el acto del conocimiento. Si no se presta atención a algo, difícilmente se puede tener conciencia de ello.
Capacidad para evocar información previamente aprendida o la habilidad para recordar experiencias y acontecimientos pasados.
En esta capacidad están presentes tres procesos:
Es una capacidad exclusiva del ser humano; permite al individuo resolver problemas y razonar. Está en estrecha relación con otros procesos intelectuales (percepción, memoria, atención, lenguaje).
La conexión directa del pensamiento con el lenguaje es evidente, ya que si pensamos en algo o alguien, por lo general utilizamos un lenguaje interior para describir sus características o situar el objeto en el contexto.
El niño pequeño necesita, en un principio, la ayuda del adulto para resolver sus problemas o necesidades (de alimentación, higiene, etc.). Llegado el momento, se dará cuenta de las relaciones entre los objetos o sucesos y actuará para encontrar soluciones.
Lo que nos diferencia de los animales es la capacidad de pensar y utilizar el lenguaje para comunicarnos con los individuos de nuestra especie.
Se refiere a la evolución de las capacidades para realizar una serie de movimientos corporales, así como la representación de los mismos. Es la representación mental de un movimiento.
Es la adquisición continua y progresiva de habilidades a lo largo de la infancia, y es la manifestación externa de la maduración del Sistema Nervioso Central.
El desarrollo psicomotor considera 4 áreas:
A medida que se va perfeccionando el Sistema Nervioso y el proceso de mielinización alcanza las zonas del córtex, el niño puede llevar a cabo actos conscientes y voluntarios, es decir, ejercer un control de sus propios movimientos. Los órganos efectores de nuestros movimientos son los músculos. Estos realizan la actividad muscular cuando la energía nerviosa generada en el cerebro se transforma en energía mecánica.
Gracias a la intervención de factores internos y externos, el ser humano se puede desarrollar, y en su evolución motriz influyen su forma de madurar física y neurológicamente, la calidad y variedad de sus experiencias y numerosas condiciones, tanto genéticas como ambientales. Es importante un clima afectivo sano, que proporcione seguridad y favorezca la autonomía del niño.
La organización de las respuestas motrices se efectúa desde la parte más próxima al eje del cuerpo a la parte más alejada.
Entre los 5 y 6 años:
Consiste en una atracción afectiva de la niña hacia la figura del padre. Es algo muy común en todas las niñas en algún momento de la infancia, aunque en algunas ocasiones va más allá. La fijación afectiva o enamoramiento hacia el padre puede generar una situación de rivalidad con la madre. Puede observarse a partir de los 3 años y, en un plazo de dos años, suele resolverse de forma natural.
Se refiere a un conjunto de emociones y sentimientos infantiles caracterizados por la presencia simultánea y ambivalente de deseos amorosos y hostiles hacia el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al del mismo sexo. Freud define el complejo de Edipo como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de eliminar al padre del mismo sexo (parricidio).