Portada » Historia » La Revolución Rusa y sus Consecuencias: Un Análisis Histórico
Rusia era un país atrasado y agrario, con una población mayoritariamente campesina (80%) y analfabeta.
La propiedad de la tierra estaba en manos de la nobleza, la Iglesia y la familia imperial. El campesinado vivía en la pobreza, trabajando tierras que no eran suyas.
No hubo revolución industrial o burguesa como en Europa occidental: la burguesía era débil y la clase obrera pequeña pero politizada.
El régimen político era una monarquía absoluta (zar Nicolás II, dinastía Romanov) con apoyo del clero ortodoxo, la nobleza, el ejército y la policía secreta (Ojrana).
Existía una Duma desde 1905 (parlamento), pero era inútil: el zar podía disolverla, vetar leyes o ignorarla.
Guerras que evidencian el atraso ruso:
Esto provoca descontento social y lleva a la Revolución de 1905:
Consecuencias: huelgas masivas, motines, aparición de los primeros soviets. El zar promete reformas, pero son superficiales.
Se crea la Duma, pero sin poder real. Represión y censura continúan.
Rusia entra en la guerra como parte de la Triple Entente (con Francia y Reino Unido).
La guerra agrava la crisis interna:
El zar toma el mando militar y deja el gobierno en manos de la zarina Alejandra y el monje Rasputín, que controla decisiones políticas → desprestigio total del régimen.
El país se hunde en el caos: huelgas, protestas y motines.
Comienza con manifestaciones espontáneas en Petrogrado por mujeres textiles el 23 de febrero (8 de marzo actual) pidiendo “Paz y pan”.
Se suman obreros, soldados, marineros, estudiantes. El ejército se niega a disparar → se une a los manifestantes.
El zar Nicolás II abdica el 3 de marzo, tras perder el apoyo del ejército. Fin de la dinastía Romanov.
Se forma un Gobierno Provisional (dirigido por Kerenski), formado por liberales y socialistas moderados.
Aparece un doble poder:
Lucha entre:
Lenin ordena el fusilamiento del zar y su familia en Ekaterimburgo (1918) para evitar que sean símbolo de los blancos.
Guerra muy sangrienta. Victoria de los rojos.
Se consolida el poder bolchevique.
Lenin regresa del exilio con ayuda alemana. Lemas: “Paz, pan y tierra” y “Todo el poder a los soviets”.
El descontento aumenta por el fracaso del Gobierno Provisional.
La noche del 24 al 25 de octubre, los bolcheviques toman los puntos estratégicos de Petrogrado:
El 25 de octubre (7 de noviembre actual) asaltan el Palacio de Invierno (sede del Gobierno).
El gobierno cae → se forma el Consejo de Comisarios del Pueblo, con Lenin como jefe.
Se firman dos decretos revolucionarios:
En diciembre de 1922 se funda la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS):
El nuevo régimen impone el “comunismo de guerra”:
Resultado: hambruna, rebeliones campesinas y crisis (como la de Kronstadt, 1921).
En 1921, Lenin implanta la NEP (Nueva Política Económica):
En 1924 muere Lenin sin dejar sucesor claro.
Trotski: quería exportar la revolución a otros países (revolución permanente).
Stalin: defendía consolidar el socialismo dentro de la URSS (socialismo en un solo país).
Stalin maniobra, aísla a Trotski y lo expulsa del partido y del país.
Trotski será asesinado en México (1940) por orden de Stalin.
Comienza la dictadura personal de Stalin.
Régimen totalitario: censura, represión, propaganda, culto a Stalin.
Purgas: elimina a viejos bolcheviques, opositores, generales → millones de muertos o enviados a gulags (campos de trabajo).
Control absoluto del partido, la educación, la prensa y la cultura.
Se abandonan las medidas de la NEP.
Implantación de los Planes Quinquenales (desde 1928):
Objetivo: convertir a la URSS en una potencia industrial.
Se prioriza la industria pesada (acero, armamento, maquinaria) sobre el consumo.
Colectivización forzosa del campo:
Se crean granjas colectivas (koljoses) y estatales (sovjoses).
Millones de campesinos muertos por hambre o represión (Holodomor en Ucrania).
A pesar de las dificultades, la URSS se convierte en la tercera potencia industrial mundial.
El estado controla todos los aspectos de la vida: trabajo, educación, arte, ideología.
Se impulsa una imagen de estabilidad y fuerza frente al capitalismo en crisis (la URSS no sufrió la Gran Depresión de 1929).
El número de bajas mortales que causó fue muy elevado: más de cuatro millones entre las potencias centrales y unos cinco millones entre las aliadas; entre esas bajas hubo un importante número de víctimas civiles, muy superior al de anteriores guerras como consecuencia de las operaciones bélicas, la desnutrición y las enfermedades. A ello se añadió el elevado saldo de heridos y mutilados.
La mayor parte de las pérdidas se produjeron entre jóvenes varones, dando lugar a una relativa superpoblación femenina. El sistema productivo se vio condicionado por el descenso de la natalidad (menos consumidores = menos demanda de producción) y el envejecimiento de la población.
La guerra supuso una destrucción material extrema. Francia y Bélgica fueron los países más afectados, pues los combates más violentos se desarrollaron en su territorio. Igualmente fueron duramente castigadas Rusia y la región fronteriza entre Italia y Austria.
Los campos de cultivo, la red de ferrocarriles, puentes, carreteras, puertos y otras infraestructuras fueron devastados, se perdieron barcos, fábricas, maquinaria y numerosas ciudades y pueblos fueron total o parcialmente arrasados.
La incorporación de la mujer al sistema productivo durante el conflicto rompió el monopolio que hasta entonces habían ejercido en él los hombres. Durante la guerra, la mujer adquirió conciencia de su capacidad para desarrollar las habilidades de los hombres y demandó un creciente protagonismo en el mercado laboral. Tras la guerra, poco a poco se les fue reconociendo el derecho al voto.
Las clases medias y las masas obreras salieron empobrecidas del conflicto, mientras que surgieron nuevas fortunas entre los grandes industriales, comerciantes y banqueros favorecidos por la guerra. Sin embargo, las masas obreras sufrieron una importante pérdida del poder adquisitivo de sus salarios a causa de la inflación y fueron protagonistas de una intensa agitación laboral.
Los cuatro imperios existentes antes del final del conflicto (Austria-Hungría, Alemania, Turquía y Rusia) desaparecieron con sus correspondientes casas reinantes, dando lugar a repúblicas. La revolución bolchevique, acaecida durante la guerra, marcaría un hito en la historia de la humanidad por ser la primera que dio como resultado el nacimiento de un estado comunista, que jugaría un papel determinante en la historia del siglo XX.
El fin del conflicto alteró el mapa europeo y colonial. Los antiguos imperios austro-húngaro, turco y ruso sufrieron grandes pérdidas territoriales, de donde surgieron nuevos estados: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungría. Alemania perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a manos francesas, así como todos sus territorios ultramarinos.
La sociedad de la posguerra fue presa de una profunda crisis de conciencia. Las secuelas del conflicto llevaron al cuestionamiento de los modelos político, social y económico imperantes desde inicios del siglo XX. El imperialismo que partía de supuestos eurocentristas y que otorgaba a la civilización occidental la superioridad sobre las restantes, fue puesto en tela de juicio por los pueblos colonizados que, sirviéndose de un incipiente nacionalismo, comenzaron a reivindicar la independencia respecto a sus metrópolis.
Surgió un peculiar tipo social: el del inadaptado a la paz y nostálgico de la guerra, que constituyó el soporte de movimientos nacionalistas revanchistas y radicales que progresaron durante el período de entreguerras. Muchos excombatientes quedaron excluidos de la vida laboral y fueron presa de un profundo desánimo, al considerar que la sociedad los había excluido sin el reconocimiento de su esfuerzo y sacrificio.
La causa inmediata que desató la guerra fue la invasión alemana de Polonia, concretamente el corredor de Danzig, que se llevó a cabo en pocas semanas mediante la denominada “guerra relámpago”, que tenía como fin desplegar de forma simultánea fuerzas acorazadas, aviación e infantería para realizar un movimiento en forma de pinza y envolver al enemigo en un breve espacio de tiempo, que no permitiera al país atacado tener tiempo de reaccionar.
El desplome de Wall Street fue provocado por una serie de causas gestadas tiempo antes y que alteraron fuertemente la economía norteamericana:
El hundimiento de la economía estadounidense arrastró a las europeas, muy ligadas al dólar (moneda de cambio internacional), a los créditos y al sistema bancario norteamericano. Al contraerse la demanda industrial, el tráfico de materias primas a nivel mundial se redujo y las economías coloniales entraron también en recesión.