Portada » Magisterio » La Evaluación Educativa: Clave para la Calidad y Mejora Continua
La evaluación es uno de los elementos esenciales para obtener una mayor calidad educativa.
Es un proceso por el que se obtiene información de forma sistemática y continua, que permite conocer la perfección del proceso educativo de un modo integral. El proceso educativo se realiza a partir de las experiencias diarias y desde el comienzo de la intervención. Es global porque evalúa todos los elementos del proceso de intervención.
La evaluación formativa tiene la intención de mejorar el diseño y la ejecución del programa a evaluar, proporcionando información constante del proceso educativo.
La evaluación sumativa se realiza cuando se emite un juicio evaluador en un sentido terminal.
Se realiza al comienzo del proceso y tiene una función diagnóstica. Permite adecuar el proceso con la información obtenida. Es el conjunto de los elementos que intervienen en el proceso y sirve para conocer las posibilidades de aprendizaje del alumno, ajustar lo que puede hacer y lo que se pretende que adquiera. La información se recoge a través de las familias y de observaciones de los primeros días en el centro.
El objetivo es conocer los resultados finales de una programación. Es un modelo cuantitativo.
Consiste en analizar la información de la evaluación y comprender su significado. Es un modelo cualitativo.
Recoge información del proceso mientras se produce y permite realizar cambios de modo inmediato. Es un modelo apropiado para la educación infantil.
Se evalúan los recursos personales, materiales y elementos organizados o formales.
Se le evalúa a través de la observación. La evaluación se expresa en términos cualitativos y recogerá los progresos efectuados.
Evaluar la tarea del educador tiene como objetivo perfeccionar su labor. Esto incluye:
Se analizan los resultados del aprendizaje y cómo se han desarrollado las actividades para averiguar si los resultados han sido los esperados. Se analiza:
La evaluación se realiza de forma continua, especialmente en momentos clave como:
Permite al educador realizar multitud de observaciones del comportamiento de cada niño en grupo y del grupo en general.
El educador recoge información sobre el comportamiento del niño durante el juego.
Se observa la relación que el niño mantiene con los otros y con el educador, así como sus conductas en actividades de entrada y salida. Se complementa con aportaciones de los padres.
Instrumentos utilizados:
Son aspectos muy concretos en los que debemos fijarnos. Son expresiones concretas que se evalúan y pueden medir el progreso. Todo indicador debe ser claro, concreto y conciso.
Los procesos de evaluación deben tenerse en cuenta al elaborar el proyecto curricular de centro y las programaciones didácticas.
Se utiliza por dos razones principales: se recibe información sobre las intervenciones y los programas que se llevan a cabo, y es una responsabilidad sociopolítica, aunque no es obligatoria.
Fase anterior a la toma de decisiones sobre la planificación del proyecto. Consiste en evaluar la realidad y el contexto sobre el que se actúa.
Aporta coherencia a los programas y sus elementos.
Se lleva a cabo la valoración de la ejecución y la gestión.
Se enfoca en los logros y efectos de la intervención.
Se refiere a los ejecutores de las actividades de educación no formal.
Se valora la relación entre la inversión realizada y la eficacia producida por el programa o intervención.
La observación es la técnica principal que se emplea para obtener la información precisa en el proceso evaluativo.
El evaluador comprueba por sí mismo las conductas que quiere analizar.
La información sobre lo que se evalúa se obtiene a través de pruebas o registros de terceros.
Se realizan anotaciones durante un periodo de tiempo largo y de forma regular. Se registran tanto las conductas objetivas como las interpretaciones o explicaciones, siempre de manera diferenciada. Se completa al final de la jornada.
Se hacen constar hechos significativos. Se recogen a lo largo del tiempo y se archivan cronológicamente para la evaluación. Se registran lo antes posible, tal y como se han producido. La descripción debe reflejar el contexto ambiental, redactada de forma breve y clara. Las observaciones no están ordenadas por categorías preestablecidas.
Consiste en preguntas que se contestan por escrito. Puede ser elaborado y evaluado por el educador y pasado a los padres. Las preguntas suelen estar relacionadas con el desarrollo, hábitos o salud del niño. Requiere bastante tiempo para su elaboración. Se puede elaborar con:
Permite obtener información por medio oral. Existen dos tipos principales:
La entrevista se suele emplear en la evaluación inicial. Su ventaja principal es que permite observar de forma directa comportamientos y actitudes de los adultos frente al niño.
Tras la recogida de la información observada, se analizan los datos para tomar decisiones oportunas e implementar los cambios correspondientes.
Se refiere a:
La evaluación de un centro es un proceso muy amplio que implica tanto una evaluación interna, realizada por las personas que componen la comunidad educativa, como una evaluación externa, llevada a cabo por agentes externos.
La realizan el equipo directivo y el Consejo Escolar en centros sostenidos por fondos públicos. En centros financiados de forma privada, la lleva a cabo el titular. Los equipos de educadores, por su parte, realizan el análisis de evaluación correspondiente a sus competencias.
En el ámbito formal, la evaluación externa corresponde a la Inspección Técnica de Educación. Un centro educativo que aspire a ser eficaz debe poner en marcha un proyecto de gestión de calidad.
Se consideran dos aspectos principales: lo educativo y la gestión administrativa. Los elementos específicos a evaluar incluyen:
Consiste en valorar la propia actuación y sus consecuencias. Su objetivo principal es conocer qué se hace y cómo mejorar la actividad educativa. Uno de los aspectos fundamentales para una autoevaluación efectiva es la actitud de autocrítica.
Se lleva a cabo mediante la reflexión diaria sobre el propio trabajo.
La calidad de la educación supone llevar a cabo una serie de acciones que darán lugar a los cambios necesarios. No es solo competencia de las instituciones y administraciones, sino también del educador como primer agente de la intervención.