Portada » Economía » Conceptos Clave de Finanzas y Economía: Instrumentos, Mercados y Políticas
Los instrumentos financieros son títulos emitidos por quienes necesitan recursos financieros para realizar sus proyectos de inversión y adquiridos por quienes disponen de ellos. Son, a la vez, un activo y un pasivo financiero. Para los agentes económicos que los adquieren (ahorradores), representan un activo; mientras que para sus emisores, constituyen un pasivo (es decir, para quien lo presta es un activo y para quien lo recibe es un pasivo).
Al adquirir activos financieros, nos fijamos en tres características principales:
Las empresas pueden obtener financiación a través de diversas vías:
Las familias utilizan sus ahorros procedentes de su renta para el proceso de financiación de sus gastos e inversiones. Si estos no son suficientes, recurren a préstamos personales e hipotecarios (para las familias es un pasivo y para los prestamistas un activo).
Para financiar las actividades de la economía, el Estado recurre a los impuestos y a la emisión de títulos de deuda pública (para el Estado es un pasivo y para los compradores un activo).
Una vez que se han transmitido títulos en un mercado primario, se realizan transmisiones de acciones y obligaciones a través de mercados organizados (secundarios), como los de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao.
Existen dos formas principales de participar en la bolsa:
Los principales sistemas de contratación son:
La política monetaria expansiva tiene como objetivo aumentar la demanda agregada para fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo. Esto se logra disminuyendo los tipos de interés o aumentando la oferta monetaria, lo que puede generar un aumento en los precios.
La disminución en los tipos de interés provoca que las familias aumenten el consumo a crédito y la inversión en vivienda. En las empresas, resultará más atractivo acometer nuevos proyectos de inversión mediante recursos ajenos.
El aumento de la oferta monetaria provocará una disminución del precio del dinero o del tipo de interés, lo que impulsa la demanda.
La política monetaria restrictiva tiene como objetivo reducir la inflación mediante el aumento de los tipos de interés o la disminución de la oferta monetaria. Con esto se logrará rebajar el nivel de precios; y si baja la demanda agregada, también disminuirán la producción y el empleo.
Los keynesianos consideran que un aumento en la cantidad de dinero puede influir en la demanda agregada. Sin embargo, se diferencian de los monetaristas porque opinan que no es posible conocer de antemano cuál será el efecto de un aumento en la cantidad de dinero sobre la demanda agregada. Por lo tanto, para poder llevar el control de la demanda agregada y, por ende, del nivel de producción, empleo y precios, se aconseja la utilización de la política fiscal.
Los monetaristas dudan del papel que pueda desempeñar la política fiscal (impuestos y gasto público) y, por lo tanto, consideran que esta expulsa la inversión privada, considerada el motor de crecimiento para los clásicos. Para ellos, las principales variables macroeconómicas dependen del dinero. Para que los precios sean estables y la economía funcione correctamente, será necesario controlar la oferta monetaria.