Portada » Música » Desarrollo Musical Integral en la Primera Infancia: Sonido, Ritmo y Melodía
La música reside en el ser humano, y la educación musical despierta y desarrolla sus facultades. No está reservada a un grupo selecto de personas, sino que está al alcance de todos; para participar de ella no se exige poseer aptitudes especiales. Está comprobado que las capacidades de percibir, sentir y expresar la música existen en todas las personas en un grado normal, y es imprescindible desarrollarlas desde la edad más temprana.
La música, además de ser un lenguaje que sirve para expresar sentimientos, impresiones y estados de ánimo, es un importante factor de desarrollo. La expresión musical es un recurso educativo fundamental, por ejemplo, en la creación de actitudes y hábitos básicos e imprescindibles para la educación integral del niño, ya que ayuda a disfrutar y a respetar el sentir y el hacer de los demás.
En la Educación Infantil, no se trata de aprender música desde un punto de vista técnico, sino de desarrollar progresivamente la capacidad de utilizarla como medio de expresión y representación al servicio de los objetivos educativos.
El educador infantil no tiene por qué ser un experto en música, pero sí debe manejar sin dificultad los conceptos fundamentales en los que se asienta el proceso musical: el sonido, el ritmo y la melodía.
Se entiende por sonido la sensación que percibimos a través del oído cuando este es impresionado por vibraciones sonoras.
Se pueden distinguir dos tipos de vibraciones sonoras:
Para percibir un sonido se precisan tres elementos:
Los sonidos, tanto los producidos por la voz como los originados por los instrumentos, se caracterizan y diferencian entre sí por los siguientes parámetros: el tono o altura, la intensidad, el timbre y la duración.
El tono es el elemento más característico del sonido y depende del número de vibraciones por segundo de un cuerpo. Así, los sonidos pueden ser:
La intensidad depende de la amplitud de las vibraciones y oscila entre lo fuerte y lo suave. Se puede definir como la fuerza con que se produce el sonido. En música, los diferentes grados de intensidad se expresan con abreviaturas, tales como:
El timbre depende de la cantidad y la calidad de las vibraciones que componen un sonido determinado. Es la cualidad por la que varios sonidos de igual altura se diferencian entre sí según el instrumento que los produce. En música, se le conoce como el ‘color’ del sonido. Por esta cualidad distinguimos también las voces de las personas.
La duración es el espacio de tiempo asignado a un sonido. En música, se indica mediante signos llamados figuras musicales.
Es un elemento fundamental de la música que se percibe a través de los sentidos y el movimiento. El desarrollo del ritmo es fundamental en el niño, ya que se considera un factor de formación y equilibrio del sistema nervioso. El ritmo en el niño se desarrolla a través de la palabra, el movimiento y el uso de instrumentos.
El folclore infantil es un excelente punto de partida para trabajar este elemento. Es rico, alegre y poético, acompañando al niño en todas sus etapas: desde las canciones de cuna hasta las frases rimadas, adivinanzas y trabalenguas, donde cada palabra rítmica posee su encanto.
Los elementos que componen el ritmo son el pulso, el acento y el compás.
Se puede definir como cada uno de los tiempos o pulsaciones regulares de los compases simples (2, 3 y 4 tiempos), similar al ‘tic-tac’ de un reloj. El pulso musical se representa comúnmente con la figura musical de la negra, que es el valor que lo define.
El acento es la mayor fuerza con que se ejecuta uno de los pulsos, y posee cierta periodicidad. En la mayoría de las canciones, el acento del compás coincide con el acento de las palabras.
El compás es la organización métrica del tiempo que corresponde a cada una de las partes de una expresión sonora.
La melodía se puede definir como la sucesión de sonidos ordenados y con sentido musical. Es el elemento que, en gran medida, determina la identidad de una canción.
Las primeras canciones que el niño conoce suelen estar formadas por pocos sonidos, como los llamados “cantos del cucú”.
La música es el arte de combinar los sonidos que se perciben a través del oído. Teniendo en cuenta que en las primeras edades tiene lugar el desarrollo de la capacidad sensorial del niño y que las actividades musicales implican directamente el oído, nos encontramos en el camino idóneo para fomentar un buen desarrollo auditivo.
Estas actividades conllevan ejercicios de:
En la expresión musical, los recursos empleados son las canciones, los textos orales (nanas, retahílas, etc.), las adivinanzas, la voz, el cuerpo, los instrumentos musicales y la danza.
Los educadores infantiles emplean la forma de eco para aprender canciones, verso a verso y estrofa a estrofa. Asimismo, se acompañan de gestos corporales relacionados con el texto de la canción.
Se procurará que los pequeños canten en voz baja, ya que a menudo tienden a hacerlo en voz alta.
Siguiendo los principios metodológicos en la Educación Infantil, lo lógico es empezar acompañando la música con el movimiento y con los sonidos producidos por el propio cuerpo. Los más asequibles son los denominados instrumentos naturales o de percusión corporal:
Un instrumento musical produce uno o más tonos mediante la combinación de uno o más sistemas de resonancia. Se pueden clasificar en los siguientes tipos:
La danza, en realidad, comienza en los juegos donde, de forma natural, se asocia el movimiento a canciones o sonidos. Esto se observa en las primeras canciones que se acompañan de gestos.
El trabajo de la danza se realiza buscando gestos que pueden estar relacionados con los sonidos que los sugieren y que se coordinan, dando lugar a una serie de movimientos que evolucionan, originando una composición. Los niños pueden participar de forma muy activa en la invención de estos movimientos.
Los juegos se emplean en la educación musical porque aportan: la motivación intrínseca del juego para el niño, la riqueza de sus canciones, las fórmulas que posibilitan la rima, el acompañamiento del ritmo y otras posibilidades.
Los juegos a los que se puede recurrir para realizar actividades musicales son:
Respirar correctamente es primordial para hablar y cantar sin realizar un esfuerzo innecesario. La respiración es un aspecto educativo que se trabaja desde distintos bloques del currículo. Se buscará que el niño inspire por la nariz y espire tanto por la nariz como por la boca.
Se proponen los siguientes ejemplos de actividades: