Portada » Economía » Fundamentos de la Política Fiscal y el Presupuesto Público Nacional
La política fiscal es una de las herramientas utilizadas por el Estado para financiar sus actividades. Se articula principalmente a través de dos variables clave: el Gasto Público y los ingresos tributarios generales. Ambas se insertan en el Presupuesto General de la Nación (PGN), un instrumento confeccionado por el Ministerio de Hacienda, a través de la Dirección de Presupuesto.
El presupuesto es un plan de acción dirigido a cumplir una meta prevista, expresada en valores y términos financieros, que debe cumplirse en un tiempo determinado y bajo ciertas condiciones. Este concepto se aplica a cada centro de responsabilidad de una organización.
El presupuesto es una de las herramientas más importantes para promover la eficiencia, la focalización, la transparencia y la austeridad en la utilización de los recursos públicos.
El presupuesto cumple una función primordial en el control financiero de la organización.
El control presupuestario es el proceso de descubrir qué se está haciendo, comparando los resultados con los datos presupuestados correspondientes para verificar los logros o remediar las diferencias. Cumple roles tanto preventivos como correctivos dentro de la organización.
Los presupuestos son fundamentales por varias razones:
Las políticas fiscales persiguen diversos objetivos macroeconómicos:
El PGN rige por un solo año y debe ser reformulado anualmente.
Implica que debe existir una nivelación entre el gasto y el ingreso, es decir, no se puede gastar más allá de lo que efectivamente se tiene. Dentro de este principio, es necesario considerar dos conceptos clave:
Implica que existe un único Presupuesto General de la Nación y, por lo tanto, no pueden existir presupuestos, gastos extraordinarios o especiales. No obstante, se contempla el denominado 2% constitucional, que es el límite que se puede exceder en un PGN con ocasión o debido a la ocurrencia de catástrofes o conflagraciones bélicas.
Todos los ingresos fiscales se dirigen a un fondo común y desde allí se distribuyen para ser utilizados en los distintos Ministerios y Servicios. Este principio se opone a la «afectación del gasto», que implica que, mediante una ley u otro instrumento, se destinan fondos permanentes y exclusivos a una finalidad específica.
Los fondos contemplados en la Ley de Presupuesto tienen un fin específico y deben ser invertidos o gastados únicamente en ese fin.
Implica que el gasto debe ajustarse a la cantidad de ingresos percibidos.
Solo se puede gastar aquello que está contemplado en la ley.
La Ley de Presupuestos debe ser iniciativa del Presidente de la República. Este principio de iniciativa única del Presidente implica también que el Congreso Nacional, en esta materia, solo tiene facultades para aprobarlo o disminuirlo, en ningún caso para aumentarlo. Si el Congreso Nacional deseara aumentarlo, debe indicar la fuente de financiamiento.
Este principio establece un límite del 2% para gastos de emergencia, como se mencionó anteriormente en el Principio de Unidad Presupuestaria.
Existen dos vías principales para la obtención de ingresos en el PGN:
Es la vía más importante y se subdivide en:
Corresponde a aquellos ingresos que provienen de: