3.2 ha sido objeto de atención y de análisis teóricos
en los últimos años es el que se produce en aquellos casos en los cuales los consumidores o los productores disponen de información incompleta o imperfecta para adoptar sus decisiones. uno de los requisitos que tiene que cumplir el sistema del mercado para operar de manera eficiente, como es el de transparencia, es decir que los agentes que intervienen tengan información completa, fiable y gratuita. esa información es limitada o difícil de obtener y, por otro lado, existirá un problema específico en aquellas circunstancias en las que una de las dos partes dispone de información relevante que no es accesible a la otra. se habla de información asimétrica y dan lugar a un tipo de situación en la cual puede ser necesaria la intervención reguladora del sector público.
Un posible comprador de un vehículo usado, del cual no tiene referencias directas
Un consumidor que quiere contratar un préstamo con una entidad financiera
Un agente de seguros que vende a un cliente un seguro de salud
Una empresa que contrata a un empleado remunerando una parte del salario en función de su participación activa en determinadas tareas
Una empresa aseguradora que contrata una póliza de automóvil
todas las situaciones señaladas responden a un contexto en el cual se tienen que adoptar decisiones bajo condiciones de incertidumbre y en las cuales una de las partes dispone de alguna información importante para la toma de esta decisión a la cual la otra no tiene acceso. los tres primeros ejemplos señalados corresponden a circunstancias en las que una de las partes querría disponer de la información que posee la otra y se conocen como situaciones de información oculta o de selección adversa. Los tres últimos, en cambio, corresponden a casos en los cuales una de las partes no está en condiciones de controlar o
de imponer un comportamiento a la otra en su relación contractual y se conocen como situaciones de acción oculta o bien de riesgo –o azar– moral. el concepto de selección adversa se aplicó en el análisis de los seguros y ulteriormente se generalizó por parte de algunos economistas a mercados diferentes de los de seguros pero
caracterizados también por existir asimetrías similares de información, como, por ejemplo, el de los
vehículos usados. En los mercados de automóviles de ocasión, los posibles compradores no saben si los vehículos
que quieren comprar tienen un nivel alto o bajo de calidad –información de la que sí que dispone el vendedor–, pero tienden a pensar que quién tiene más incentivos para vender su automóvil es aquel
que ha sido menos cuidadoso o que ha tenido más problemas con su vehículo, y, por lo tanto, su disposición a pagar por los automóviles usados es baja. Esto hace que los productos de más calidad
no tengan un estímulo para ser ofrecidos y que los compradores opten con frecuencia a los automóviles de peor calidad, lo cual quiere decir que el mecanismo del precio falla para mantener
fuera del mercado los productos malos y valorar más los buenos
se puede considerar que las partes no informadas obtienen una selección adversa en relación a las partes informadas. De acuerdo con lo que se ha expuesto, el problema de la selección adversa puede dificultar el mantenimiento de determinados mercados de seguros –como los de salud–, razón por la cual el Estado tiene un argumento a favor de actuar en estas ocasiones. El problema del riesgo o azar moral se basa en el hecho de que, ante la aceptación de un contrato
que una vez firmado no pueda ser modificado, si una de las dos partes dispone de información incompleta pueda resultar perjudicada por la conducta de la otra. Este tipo de problema aparece en mayor o menor medida en cualquier contrato laboral, pero
también de otros tipos –como, en el ejemplo puesto, los seguros de automóvil– en los cuales el comportamiento del agente puede perjudicar los intereses del principal. Igualmente, aparece en las
situaciones en las cuales se delega poder, como al nombrar administradores de una empresa, los cuales pueden provocar perjuicios y costes a los titulares de la empresa sin que recaigan sobre
aquel que los genera. Hay que decir, no obstante, que los costes que se producen en las relaciones de agencia no necesariamente recaen siempre sobre el principal, puesto que el agente también
puede tener que soportar costes para facilitar la información al principal, si este está en posición de exigir o de obtener esta información. En general se puede afirmar que los problemas de riesgo moral tienden a reducirse cuando las relaciones de agencia se establecen con plazos más largos. Dado que el mercado no puede facilitar soluciones a este tipo de problemas, la manera de gestionar
y solventar las situaciones de azar moral es, en general, introduciendo los incentivos necesarios para evitar comportamientos indeseados por parte del agente, de forma que tenga estímulos para
mantener la posición que corresponda a las condiciones contractuales. Igualmente, como se ha dicho, establecer estas relaciones en plazos temporales lo más largos posible también contribuye a reducir el problema. De todas formas, el Estado también puede intervenir estimulando al agente a mantener el comportamiento convenido o estableciendo penalizaciones si no se cumplen los compromisos pactados.