Portada » Educación Artística » Patrimonio del arte precolombino hasta el Siglo XIX
Autor: Roden
Tema: histórico
Estilo:
País: Francia
comentario: El monumento se inauguró oficialmente en 1895. Grupo escultórico formado por seis estatuas exentas, en el que se representan personajes históricos con gran diferenciación psicológica. Las formas sarmentosas y la expresividad de las sombras, anticipan las vigorosas deformaciones del Expresionismo. Rodin recibíó en 1885, por parte de la municipalidad de Caláis, el encargo de crear un monumento conmemorativo. La escultura que representa a los seis burgueses que en 1347, al inicio de la Guerra de los Cien Años (1337-1453), se ofrecieron a dar sus vidas para salvar a los habitantes de la sitiada ciudad francesa de Caláis, ya extenuada y hambrienta, por las tropas inglesas del rey Eduardo III. Los burgueses de Caláis, como los conoce la historia, vestidos apenas con sayos de arpillera y encadenados, ofrecieron al enfurecido rey las llaves de la ciudad. Tan sólo la súplica de la reina Filipa de Hainault, que, embarazada, se arrojó a los pies de su marido pidiendo clemencia, salvó la vida de aquellos héroes. Eran seis notables, Eustache de Saint-Pierre, Jean d’Aire, Jacques et Pierre de Wissant, Jean de Fiennes, Andrieu d’Andrés. El monumento celebró el heroísmo de estos calesianos, reforzando la identidad histórica de la ciudad. Rodin concibió a personajes individualizados de tamaño mayor que el natural y posados directamente sobre el suelo, sin pedestal.
Los presenta en camisa, con los pies desnudos y la soga al cuello, tal como describen las crónicas del suceso. Los seis varones están en diferentes posturas y muestran expresiones diversas, No hay “personaje principal”, ni siquiera Eustache de Saint Pierre, quien se ofrecíó el primero para ser rehén. Cada uno ofrece una “vivencia” individual: mirada perdida, desesperación, serenidad, concentración… unidos por el “silencio” expresivo de su mísera situación. Se trata de “sacar al exterior” el alma del personaje. La obra parece una instantánea fotográfica, presenta el aspecto de haber “congelado” la acción, paralizando el movimiento. Al caminar alrededor de la escultura se produce una secuencia de imágenes. De esta forma no se narra un instante específico congelado en el tiempo, sino un espectro de pensamientos, sentimientos y decisiones.
Academicismo: obras que triunfaban en el Salón. Las obras que tenían éxito en el Salón compartían una serie de carácterísticas, con fuerte arraigo en lo tradicional, que definen el gusto academicista en pintura durante la primera mitad del siglo XIX: Tema. La naturaleza era fundamentalmente el escenario en el que se desarrollaban las acciones. La naturaleza se ensalzaba y se embellecía para realzar el drama histórico, mitológico o bíblico que se desplegaba en torno a ella. Estos temas históricos, mitológicos y bíblicos eran los preferidos por los artistas que trabajaban bajo este enfoque tradicional. Color. El gusto académico se inclinaba por el uso de colores ricos, y de sombras oscuras, con lo que se conseguía destacar las figuras así representadas Composición. Las composiciones eran teatrales y monumentales, enfocadas en una acción central o en un grupo central de figuras. Las figuras representadas con frecuencia eran de mayor tamaño que al natural, y tenían cuerpos espectaculares. Pincelada.
Era meticulosamente ejecutada con suaves superficies cuidadosamente acabadas, que pretendían ocultar todos los trazos de las pinceladas del artista. Estaban diseñadas para crear la ilusión de que dentro del marco de una pintura hay una escena real en la que se puede sumergir el espectador. Las nuevas ideas Impresionistas Esta concepción academicista del arte y de la pintura contrastaba con las nuevas ideas postuladas por los impresionistas en sus obras, por lo que sus pinturas eran casi siempre rechazadas de las muestras oficiales del Salón. El Impresionismo supónía una ruptura y un desafío a esta concepción establecida del arte: Tema. Los impresionistas solían tomar escenas cotidianas como tema de sus cuadros, lejos de los lejanos acontecimientos históricos, mitológicos o religiosos. En cuanto a la naturaleza con frecuencia cobraba protagonismo por sí misma, plasmándose tal y como se percibía, lejos de idealizaciones academicistas. Color. Utilizaban colores luminosos, vibrantes, que con frecuencia yuxtapónían o mezclaban directamente sobre el lienzo, en claro contraste con la paleta más oscura que dominaba en las obras academicistas. Hay color incluso en las zonas de sombra. Composición. Los impresionistas gustaban de experimentar con la composición, haciendo encuadres audaces de las escenas que pintaban, lejos del encorsetamiento del enfoque tradicional. Pincelada. Como su interés primordial residía en captar la fugacidad del momento, los impresionistas utilizan una pincelada rápida y espontánea, sin preocuparse por un acabado excesivamente elaborado.
Autor: hiroshige Tema: paisaje Estilo: ugiyo-he País: Japón
Autor: manet
Tema: genero costumbrista
Estilo: impresionista
País: Francia
La estampa japonesa ejerce en el arte moderno una influencia mucho más importante que la que solemos imaginar. Si bien su época dorada en Japón es hacia fines del Siglo XVIII, los europeos la “descubren” y se fascinan con ella en la segunda mitad del Siglo XIX. Las principales carácterísticas son: dibujo nítido, con el borde bien marcado; colores lisos en amplias superficies, con intensidad y luminosidad; despreocupación por la perspectiva; encuadres asimétricos (y vistas parciales); gran capacidad de síntesis. No se trata de representaciones realistas sino idealizadas, expresivas. Los temas son generalmente el paisaje, el teatro, actores y mujeres de las casas de placer. Investigando, también vamos a encontrar muchas obras eróticas, de sexo explícito. Es porque las primeras obras solían ser parte de manuales sexuales (se las denomina “shugan”). Desde los impresionistas en adelante, grandes artistas y movimientos le deben mucho a la estampa japonesa. Podemos pensar en Monet inspirándose para pintar estanques o en Gauguin y sus colores lisos y “compartimentados”. U observando la imagen que ilustra, podemos ver allí preanunciados (con un siglo de anticipación) los carteles de Toulouse-Lautrec, la imagen femenina del Modernismo y la pintura nabí.
Autor: van Gogh
Tema: genero intimista
Estilo: post-impresionista