Portada » Biología » Explorando el Proceso Histológico y la Estructura del Tejido Conectivo
Preservar las características morfológicas y moleculares del tejido, evitando procesos degradativos como la autolisis y la putrefacción.
Endurecer la muestra para permitir su corte. Implica lavado y deshidratación (con xenol), aclarado con solventes orgánicos (xileno), y posterior inclusión en parafina o resina.
Se utilizan diversos instrumentos para obtener cortes finos:
Proceso para colorear componentes celulares y tisulares, facilitando su visualización. Se basa en la afinidad de los colorantes por diferentes estructuras.
Las muestras teñidas se observan mediante:
Proporciona información sobre la presencia y localización de macromoléculas. El Reactivo de PAS, por ejemplo, tiñe los carbohidratos de magenta.
Utiliza anticuerpos marcados (a menudo con fluoresceína) para identificar antígenos específicos en el tejido. Ofrece gran especificidad y alta afinidad. Puede ser directa o indirecta. Es fundamental en el diagnóstico de enfermedades autoinmunes y oncológicas.
Emplea proteínas (lectinas) que se unen a compuestos glúcidos, requiriendo un marcador para su visualización. Permite la localización de carbohidratos.
Detecta la presencia de isótopos radiactivos incorporados en macromoléculas. Proporciona información directa sobre el sitio de síntesis de productos específicos dentro de la célula y es medible en el tiempo.
Estructuras observadas en el preparado histológico que no existen en el tejido vivo, apareciendo artificialmente durante el proceso de preparación. Ejemplos incluyen retracción, plegamiento, roturas del tejido y precipitados de colorante.
Material homogéneo sin estructura microscópica que confiere viscosidad y plasticidad al medio extracelular. Atrae agua (H₂O), permitiendo la difusión de macromoléculas y la defensa inmune.
GAGs unidos a un centro proteínico. Resisten la compresión, retrasan el movimiento de microorganismos y forman filtros moleculares. Ejemplo: Agrecán.
Permiten la unión entre células, fibras y proteoglucanos. Ejemplos: Fibronectina, integrina, talina, laminina.
Proporcionan resistencia a la tensión y elasticidad, variando su cantidad y disposición según la función y necesidad estructural del tejido. La mayoría son producidas por los fibroblastos.