Portada » Tecnología » Seguridad contra Incendios: Principios, Clasificación y Métodos de Extinción
El fuego es una reacción química de oxidación rápida que libera energía en forma de calor y luz. Para que se produzca y se mantenga, son necesarios cuatro elementos que, en conjunto, forman lo que se conoce como el Tetraedro del Fuego:
La propagación del fuego está intrínsecamente ligada a los mecanismos de transmisión de calor. Comprender cómo se transfiere el calor es fundamental para la prevención y el control de incendios.
Es la forma más sencilla de entender la transferencia de calor. Consiste en el traspaso de energía térmica entre dos puntos de un cuerpo que se encuentran a diferente temperatura, sin que se produzca transferencia de materia entre ellos. Un ejemplo común es el calentamiento de una barra metálica por uno de sus extremos.
Es el calor emitido por un cuerpo debido a su temperatura. En este caso, no existe contacto entre los cuerpos, ni fluidos intermedios que transporten el calor. Simplemente, por existir un cuerpo A (sólido o líquido) a una temperatura mayor que un cuerpo B, existirá una transferencia de calor por radiación de A a B. Para que este fenómeno se perciba de manera significativa, es necesario un cuerpo a una temperatura bastante elevada, ya que la transferencia térmica en este caso depende de la diferencia de temperaturas a la cuarta potencia: Ta4 – Tb4.
En este sistema de transferencia de calor interviene un fluido (gas o líquido) en movimiento que transporta la energía térmica entre dos zonas. La transmisión de calor por convección puede ser:
La Norma Chilena N° 934 es crucial para la seguridad contra incendios, ya que:
Son aquellos que afectan a combustibles sólidos (ordinarios) que dejan cenizas y residuos sólidos (brasas) al quemarse. Ejemplos: madera, papel, tela, plásticos.
Son aquellos fuegos en los que participan combustibles líquidos y gaseosos, principalmente hidrocarburos. Se caracterizan por su combustión rápida y, a menudo, por no dejar residuos sólidos significativos. Ejemplos: gasolina, aceites, pinturas, propano, butano.
Son los que se producen en equipos eléctricos conectados o energizados. La presencia de electricidad es el factor clave. Una vez desconectada la energía, el fuego puede reclasificarse como Clase A o B. Ejemplos: cortocircuitos, sobrecargas en aparatos eléctricos.
Son los que afectan a combustibles metálicos. Generan gran cantidad de calor al estar en ignición y requieren agentes extintores especiales. Ejemplos: magnesio, sodio, potasio, titanio, aluminio en polvo.
De acuerdo con la definición del Tetraedro del Fuego, existe un método de extinción para cada uno de sus componentes, buscando eliminar al menos uno de ellos para romper la reacción en cadena y apagar el fuego.
Con este método se logra reducir la temperatura de los combustibles para romper el equilibrio térmico y así disminuir el calor, permitiendo la extinción. El agua es el agente extintor más común para este método.
Consiste en eliminar o aislar el material combustible que se quema, usando dispositivos de corte de flujo o barreras de aislamiento. De esta forma, el fuego no encontrará más elementos con qué mantenerse.
Este método consiste en desplazar el oxígeno presente en la combustión, tapando el fuego por completo y evitando su contacto con el oxígeno del aire. Los fuegos Clase B son los que normalmente se controlan con este método, utilizando espumas o CO2.
Esta técnica consiste en interferir la reacción química del fuego, mediante un agente extintor que rompe la cadena de reacciones. Un ejemplo de agente extintor que actúa por inhibición es el Polvo Químico Seco (PQS).
Los extintores se clasifican según el tipo de fuego para el que son efectivos. Es crucial usar el extintor adecuado para evitar riesgos y asegurar una extinción eficaz.
A continuación, se detallan los agentes extintores más comunes para cada clase de fuego:
El uso correcto de un extintor es vital para una extinción efectiva y segura. Siga estos pasos para operar un extintor de CO2:
Un mantenimiento adecuado asegura que los extintores estén siempre listos para su uso en caso de emergencia. Los puntos clave del mantenimiento incluyen:
Los extintores portátiles son herramientas esenciales para el control inicial de incendios. Comúnmente se encuentran en capacidades de 4, 6, 10 y 12 kilogramos (kg).
La prevención es la primera línea de defensa contra los incendios, buscando evitar su origen y minimizar sus consecuencias.
Los principales objetivos que persigue la prevención de incendios son:
Si la prevención falla y se desata un siniestro, las medidas de protección contra incendios tendrán como objetivos principales:
El control de las fuentes de calor es una medida preventiva fundamental. Deberá adoptarse en todos aquellos lugares o procesos donde se cuente con equipos e instalaciones eléctricas, de combustión o superficies calientes, cuidando que su diseño, ubicación y estado estén de acuerdo con la reglamentación vigente. Donde se almacenen combustibles, debe existir prohibición de generar fuegos y procedimientos claros para su manejo seguro.