Portada » Formación y Orientación Laboral » Formalización y Documentación del Contrato de Trabajo en España
La **forma del contrato**, ampliamente entendido, es un instrumento en el que las partes expresan su voluntad, otorgando **certeza en el tráfico jurídico** a las relaciones que les unen y, al tiempo, identificando a los sujetos intervinientes, el contenido y la modalidad elegida.
Según el **artículo 8.1 del Estatuto de los Trabajadores (ET)**, el contrato puede ser **oral** o **escrito**. El ordenamiento laboral acepta como válidas las declaraciones **expresas** (declaraciones claras) y las **tácitas** (hechos concluyentes). Además, si una persona trabaja para otra y recibe una retribución, se **presume la existencia de un contrato de trabajo**.
La mayoría de los contratos de trabajo deben formalizarse **por escrito**, aunque existen casos en los que se permiten los contratos **verbales**. Sin embargo, la legislación ha ido **restringiendo** progresivamente esta posibilidad.
Un ejemplo de esta restricción, que afecta a la manifestación expresa, se encuentra en el **sector pesquero**, donde hasta hace poco se permitían contratos verbales. Sin embargo, tras la aprobación del **Real Decreto-ley 24/2020**, los contratos de trabajo de los pescadores deben formalizarse **por escrito**. De no realizarse en el plazo de un mes, según la modificación del **artículo 8.2 ET**, se **presume** que el contrato es **indefinido** y a **jornada completa**. Esta modificación transpone parcialmente la **Directiva (UE) 2017/159** sobre la aplicación del Acuerdo relativo al Convenio de la OIT sobre el trabajo en la pesca de 2007.
La **forma tácita** aparece reconocida implícitamente en el **artículo 8.1 ET**, considerando concertado el vínculo laboral cuando concurran **hechos, signos o indicios concluyentes** capaces de revelar la voluntad de los contratantes. Se trata de una **presunción** que puede ser rebatida mediante **prueba en contrario**. No obstante, la **carga de la prueba** recae en quien afirma o niega que la situación es laboral.
El **artículo 8.2 ET** exige, en todo caso, la formalización escrita de los siguientes contratos:
A la lista anterior se añaden aquellos contratos cuya formalización escrita es obligatoria **»cuando así lo exija una disposición legal»**, tal como establece el propio **artículo 8.2 ET**. Entre ellos se encuentran:
Además, incluso si la ley no lo exige expresamente, los **convenios colectivos** siempre tienen la facultad de requerir la forma escrita para determinados contratos.
El último párrafo del **artículo 8.2 ET** establece que **cualquiera de las partes** puede instar la documentación del contrato **»incluso durante el transcurso de la relación laboral»**.
Según el **artículo 8.2 ET**, la ausencia de la forma escrita exigida **no conlleva la nulidad** del contrato, sino que constituye una **infracción** con consecuencias específicas. Esta omisión provoca **repercusiones** en los ámbitos **laboral, administrativo y de protección social**.
En el ámbito laboral, la ausencia de forma escrita hace que la relación laboral se presuma **indefinida** y a **jornada completa**. Esta presunción **admite prueba en contrario**, por lo que puede ser desvirtuada acreditando la naturaleza temporal y/o parcial de la relación.
Según el **artículo 8.5 ET**, el empresario tiene la obligación de informar al trabajador sobre los **elementos esenciales** del contrato y las **condiciones de trabajo**. Esta información debe incluir, al menos, los siguientes aspectos:
Los aspectos relativos a la jornada, vacaciones, salario y preaviso pueden remitirse al **convenio colectivo aplicable**, siempre que el trabajador tenga **acceso** a dicho convenio.
La normativa establece una serie de plazos para cumplir con estas obligaciones de información:
Este derecho a la información se fundamenta en la **Directiva (UE) 2019/1152** del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a unas condiciones laborales transparentes y previsibles en la Unión Europea.
España está pendiente de transponer esta directiva a su ordenamiento interno.
Este derecho de información tiene una **doble vertiente**: por un lado, se obliga a informar a los **representantes legales de los trabajadores**, y por otro, a la **Oficina de Empleo**.
Todos los contratos escritos deben ser comunicados a la Oficina de Empleo, salvo aquellos que, conforme al **artículo 8.4 ET**, correspondan a una **relación laboral especial de alta dirección**, para los que basta la notificación.
La **copia básica** (una reproducción del contrato) se entrega a los representantes legales de los trabajadores para que puedan comprobar la adecuación del contrato a la legalidad. De esta copia se excluyen únicamente los datos que puedan afectar a la **intimidad personal** del trabajador.
La obligación de informar a la **Oficina de Empleo** se cumple una vez formalizado el vínculo laboral, mediante la entrega del contrato a dicho organismo en un plazo máximo de **diez días** desde su formalización.
Una vez firmado, el contrato ya puede ser enviado a la oficina correspondiente.