Portada » Economía » Comportamiento del Consumidor: Preferencias, Utilidad y Decisiones Económicas
El consumidor racional busca maximizar su utilidad sujeta a una restricción presupuestaria. Las preferencias se representan con curvas de indiferencia, que muestran combinaciones de bienes que otorgan el mismo nivel de satisfacción.
La restricción presupuestaria representa todas las combinaciones posibles de bienes que el consumidor puede adquirir con su ingreso disponible. La elección óptima del consumidor se encuentra donde una curva de indiferencia es tangente a la restricción presupuestaria, es decir, donde la Tasa Marginal de Sustitución (TMS) es igual al precio relativo de los bienes.
El punto donde una curva de indiferencia es tangente a la restricción presupuestaria representa la elección óptima del consumidor.
Según la teoría neoclásica, el problema central es encontrar la combinación de consumo óptima con el objetivo de maximizar la utilidad de una persona, sujeta a una restricción presupuestaria.
Las preferencias del consumidor son fundamentales para entender su comportamiento. Se ilustran a través de:
Las preferencias son completas, lo que significa que el consumidor puede comparar y ordenar cualquier par de cestas de bienes.
Las preferencias son transitivas: si el consumidor prefiere la cesta A a la B, y la B a la C, entonces prefiere la A a la C. Esto asegura la consistencia en las elecciones.
Estos conceptos, aunque no siempre directamente relacionados con la teoría del consumidor, son pilares de la microeconomía:
Según la teoría neoclásica, el individuo económico elige su cesta de consumo con el objetivo de maximizar su función de utilidad, sujeta a una restricción presupuestaria.
La solución se encuentra en algún punto de la restricción presupuestaria, específicamente en el que las pendientes de ambas funciones son iguales:
Que es igual a:
La teoría neoclásica supone que las personas tomamos decisiones racionales. La racionalidad es un proceso de optimización, una secuencia mental que comienza con la identificación de nuestras alternativas de consumo; la asignación de un valor a cada una de ellas, de acuerdo con nuestras preferencias; el ordenamiento de las alternativas; y la decisión de aquella que retribuye más valor o utilidad. Si el valor marginal es mayor o igual al precio, entonces se ejerce la acción de consumo.
Este gráfico es la base para determinar el consumo óptimo. Cuando se superpone con las curvas de indiferencia, el punto de tangencia entre ambas indica la canasta de consumo que maximiza la utilidad del consumidor dentro de sus posibilidades económicas.
Desde el origen α, comienza un proceso de intercambio hasta que las TMS de ambos individuos son iguales. La predicción del resultado se basa en dos proposiciones:
Las alternativas riesgosas se representan mediante prospectos.
Las personas eligen la alternativa que les proporciona la mayor utilidad esperada.
El valor esperado es una media ponderada por las probabilidades de los valores correspondientes a todos los resultados posibles.
La aversión al riesgo es la preferencia por un resultado seguro sobre una lotería con igual valor esperado.
Hipótesis: La utilidad depende de los cambios en la riqueza, más que del estado absoluto de la riqueza.
Método: Presentar los resultados como ganancias o pérdidas, no como estados de patrimonio.