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La esencia de la TV es el programa emitido “en directo”, es decir, que es visto por el espectador en el mismo momento en que se está produciendo. Pero la aparición de los medios de grabación, primero magnética y luego digital, propiciaron otras técnicas:
La narrativa del programa se produce simultáneamente al hecho narrado, mediante, eso sí, una planificación previa. Se entiende que se trata de una realización multicámara aunque, en ciertos acontecimientos singulares y dentro del ámbito informativo, puede darse el caso de una realización unicámara.
Cuando la realización es en directo, pero en lugar de emitirse simultáneamente la señal se graba en un soporte que posibilite su posterior emisión. Este sistema no solo facilita subsanar posibles errores o ajustar la duración del programa, sino que permite un óptimo aprovechamiento de los horarios del personal y de los estudios.
Se graba también en un soporte que permite su posterior emisión, pero no se hace en directo, sino que la grabación se planifica “por bloques”, es decir, dividiéndola en partes, según diversos criterios como decorados, actores, iluminación, etc.
Se aplica a la realización de un evento fuera del plató, mediante una unidad móvil, en el lugar y momento en que se está produciendo el evento retransmitido. El concepto retransmisión implica una doble transmisión: desde la unidad móvil a la estación central y desde esta al espectador.
Aplicamos el mismo matiz diferenciador que entre programa en directo y grabado.
Toda cadena de TV, grande o pequeña, requiere de un espacio donde organizar y ejecutar los elementos que componen su producción. En la gran mayoría de los casos, toda esta actividad se desarrolla en interiores conocidos como estudios de televisión.
Diferenciamos:
Por estudio entendemos todo el complejo necesario para poner un programa en antena, aunque muchas veces se confunde con “Plató”, que es el espacio físico donde tiene lugar “lo que ve el espectador”.
La estructura del estudio de TV tiene como antecedente la del cinematográfico, en cuanto a que es un espacio cerrado y diáfano, sin pilares, vigas u otras estructuras que entorpezcan la visión o el movimiento.
Conviene que el suelo sea plano y nivelado, así como un acceso de gran tamaño que permita la circulación de grúas o cualquier elemento que deba ser introducido en el plató. Debe estar dotado de una estructura situada junto al techo, denominada parrilla de iluminación, que permite la instalación de los equipos de iluminación, los cuales van colgados mediante pantógrafos.
En cuanto a su tamaño, podemos clasificarlos en:
Si el estudio es el cuerpo de la TV, el control de realización es su corazón. El control es el espacio desde el que el realizador y el personal técnico especializado controla el proceso de producción.
En el control podemos distinguir cuatro áreas claramente delimitadas por sus funciones:
Aquí se llevan a cabo todas las operaciones de gestión de los sonidos captados y reproducidos por las diversas fuentes (micrófonos, magnetoscopios, etc.). En la mesa de audio entran las señales de todas las fuentes, se procesan (filtraje, ajuste de niveles, etc.) y se envía el resultado a la salida de programa para su emisión o grabación.
Tanto el control de imagen como el de sonido pueden estar separados físicamente mediante mamparas, que permiten a los técnicos ver al realizador pero evitan la confusión de voces y órdenes en un momento dado, o bien pueden estar en la misma sala, lo que favorece la comunicación directa.
Existen en los estudios otras dependencias que garantizan el buen funcionamiento del mismo. El control de continuidad es el centro de selección de las diversas fuentes de imágenes que constituyen la programación: publicidad, la “mosca” identificativa de la emisora, advertencias, etc.