Portada » Biología » Hidratación Facial Profesional: Enfoques para Cada Tipo de Piel y Edad
Antes de comenzar cualquier tratamiento de hidratación, es importante preparar la piel con una higiene profunda. Este tratamiento ayudará a que la piel reciba mucho mejor cualquier tipo de tratamiento o cosmético, ya que:
Siempre debe ir acompañado de una rutina en el domicilio.
Debemos tener muy claro que cada tratamiento es personalizado. La frecuencia en un tratamiento de choque es normalmente por citas semanales que se irán espaciando en función de los resultados. Al finalizar el tratamiento, siempre tendremos una sesión mensual o quincenal de mantenimiento (según necesidad).
Este tipo de piel carece de lípidos naturales (sebo), lo que provoca sequedad, tirantez y falta de elasticidad. Podría considerarse un tipo de piel seca, pero sin la grasa que puede tener para protegerse. Se suele enrojecer e irritar por factores ambientales y se descama con facilidad, no tolera el jabón y tolera el sol moderadamente.
Principios activos a base de sustancias humectantes (ácido hialurónico, aminoácidos, colágeno, etc.), sustancias emolientes (argán, macadamia, etc.).
Tener en cuenta que en este tipo de pieles debemos usar productos muy suaves, tónicos a base de infusiones, exfoliantes a base de AHA en bajas concentraciones, cremas y mascarillas hidratantes.
Presenta aumento de actividad de las glándulas sebáceas y disminución de lípidos hidrófilos. Al tacto es áspera, con poco poder defensivo.
No se trata de un tipo de piel como tal. La podemos encontrar en una piel grasa, seca, mixta. Es una piel vulnerable a los cambios climatológicos y no broncea bien.
Este tratamiento irá encaminado a equilibrar el grado de hidratación, mejorar la circulación superficial y descongestionar la piel.
Una piel hidratada y protegida permitirá que los tejidos de la dermis estén mejor preparados para hacer frente al inevitable paso del tiempo.
El organismo produce menor cantidad de proteínas, colágeno y lípidos, por lo que la piel aparece más seca y deshidratada.
La contaminación atmosférica, la mala alimentación, la falta de cuidados personales y el sol, destruyen la elastina y el colágeno y la piel pierde firmeza y elasticidad.
Durante la menopausia, disminuye el nivel de estrógenos y los tejidos pierden elasticidad. La piel se vuelve más flácida y se difuminan los contornos, a la vez que aparecen las arrugas.
La piel envejecida presenta falta de vitalidad, la secreción sebácea está disminuida y la capa córnea atrofiada. El tratamiento irá encaminado a hidratar en profundidad, estimular el tejido y el sistema vascular con el fin de aportar hidratación y nutrición desde el interior.
La edad produce cambios en la piel, por lo que requiere cuidados específicos y protección solar diaria.
Es elástica, flexible y luminosa. Necesita de unos cuidados mínimos, que constan de una buena higiene y una correcta hidratación, tanto desde dentro (bebiendo agua) como por fuera (crema hidratante).
Disminuye la secreción sebácea y la hidratación. Comienza la degeneración del colágeno y la elastina. Aparecen las primeras arrugas, así que hay que incrementar la hidratación interna y externa.
Se incrementa la sequedad, ya que la piel tiene menor capacidad para retener humedad, aumenta la falta de elasticidad y las arrugas son más visibles. Es crucial hidratar y usar cosmética antiedad.
El envejecimiento no solo se manifiesta por motivos cronológicos, sino que hay que añadir el provocado por la acción de los rayos solares (fotoenvejecimiento). La piel es más fina, por lo que los vasos sanguíneos son más visibles y frágiles. Las arrugas continúan con su progresión.