Portada » Economía » Conceptos Clave de Finanzas Empresariales: Patrimonio, Ratios y Rentabilidad
Los elementos patrimoniales son los bienes, derechos y obligaciones que forman el patrimonio de la empresa.
Son aquellos elementos que se espera convertir en efectivo, vender o consumir en el ciclo normal de explotación de la empresa, generalmente en un plazo inferior a un año.
Derechos de cobro que se espera hacer efectivos a corto plazo.
Dinero en efectivo o en cuentas bancarias, con disponibilidad inmediata.
Son aquellos elementos destinados a permanecer en la empresa a largo plazo (generalmente más de un año), necesarios para su actividad productiva o de inversión.
Bienes y derechos sin sustancia física, pero que generan beneficios futuros.
Bienes físicos utilizados en la actividad de la empresa.
Inversiones en otras empresas o créditos concedidos con vencimiento superior a un año.
Representan las fuentes de financiación de la empresa.
Recursos propios de la empresa, aportados por los socios o generados por la propia actividad (beneficios no distribuidos).
Obligaciones de pago con vencimiento superior a un año.
Obligaciones de pago con vencimiento inferior a un año.
El análisis contable es el conjunto de técnicas que permiten estudiar el balance de situación y la cuenta de pérdidas y ganancias principalmente, para poder interpretar los datos y conocer la situación patrimonial, económica y financiera de la empresa.
Estudia la estructura del activo, patrimonio neto y pasivo, así como la relación entre ellos.
Se estudia a través de:
Estudia la capacidad de la empresa para hacer frente a sus deudas a largo plazo (solvencia) y a corto plazo (liquidez).
Se estudia a través de:
Estudia la estructura de resultados de la empresa (cuenta de pérdidas y ganancias – PyG) para conocer la rentabilidad de las inversiones (rentabilidad económica) y la rentabilidad de los fondos propios (rentabilidad financiera).
Los ratios financieros son relaciones entre dos magnitudes contables que nos permiten conocer la situación de liquidez, solvencia y endeudamiento de la empresa.
Mide la capacidad de la empresa para pagar sus deudas que vencen a corto plazo con sus activos corrientes y que quede un margen de seguridad.
Valor óptimo: entre 1,5 y 2. Inferior a 1: la empresa no puede pagar sus deudas a corto plazo con sus activos corrientes y tiene riesgo de suspensión de pagos. Ratio por debajo de 1,5: indica escasez de liquidez; si no se venden algunas existencias o hay problemas de cobro, el riesgo de suspensión de pagos seguiría ahí. Un resultado mayor a 2: mostraría un exceso de liquidez.
Mide la capacidad de la empresa para hacer frente a sus pagos inmediatos con el activo disponible y realizable. Indica la liquidez más inmediata.
Valor óptimo: entre 0,8 y 1,2. Si es inferior a 0,8: puede haber dificultad para pagos inmediatos. Si es mayor a 1,2: hay exceso de liquidez, la empresa tiene activos improductivos que no generan rendimiento.
Mide la capacidad de la empresa para hacer frente a todas sus deudas y obligaciones. Indica la solvencia de la empresa y el riesgo de quiebra.
Valor óptimo: entre 1,5 y 2. Nunca debe ser menor que 1, o los activos totales serían menores a la totalidad de las deudas y la empresa estaría en quiebra al no poder cubrir sus deudas ni siquiera liquidando todos sus activos. Un ratio inferior a 1,5 sigue indicando problemas de solvencia y riesgo de quiebra si no puede afrontar sus deudas a largo plazo. Un ratio mayor a 2 indicaría un exceso de solvencia.
Mide la capacidad de la empresa para pagar deudas a corto plazo con el efectivo disponible en caja o banco. Es decir, mide la liquidez aún más inmediata.
Valor óptimo: entre 0,2 y 0,3. Un resultado mucho mayor a 0,3 significaría que hay exceso de liquidez en caja o banco que podría invertirse. Un valor inferior a 0,2 indica escasez de liquidez, lo que podría provocar problemas para hacer frente a los pagos más inmediatos.
Mide la proporción entre la financiación ajena (pasivo) y sus recursos propios (patrimonio neto), de forma que podremos saber si el volumen de las deudas es adecuado en relación a los fondos propios.
Valor óptimo: entre 0,4 y 0,6. Valor superior a 0,60 implica que la empresa está excesivamente endeudada, lo que puede suponerle grandes costes financieros (más del 60% de su estructura financiera proviene de deuda). Un valor inferior a 0,40 supone que está poco endeudada y podría considerar un mayor nivel de deuda para financiar inversiones rentables.
El análisis financiero estudia el equilibrio financiero a corto plazo (liquidez) y a largo plazo (solvencia) de la empresa.
El objetivo es alcanzar un equilibrio financiero que permita a la empresa financiar inversiones rentables y, al mismo tiempo, cumplir con sus obligaciones de pago en los plazos establecidos.
Principios de financiación:
El ciclo de explotación implica una corriente de cobros (materias primas se transforman en productos, se venden y, posteriormente, se cobran) y una corriente de pagos (la empresa contrae deudas a corto plazo que debe pagar con el efectivo disponible).
El problema surge cuando el ritmo de cobros y pagos no coincide. Por ejemplo, si las existencias no se venden a tiempo, la empresa podría no disponer de efectivo para hacer frente a sus pagos inmediatos.
Siguiendo el principio de prudencia financiera, es necesario mantener un fondo de seguridad para cubrir posibles desajustes en la corriente de cobros. Este ‘colchón’ es lo que conocemos como fondo de maniobra.
Es una situación de estabilidad financiera total, ya que no hay ninguna deuda. Pero los fondos propios pueden ser insuficientes para realizar inversiones significativas.
Es una situación de equilibrio financiero. La empresa puede pagar sus deudas a corto plazo y además tiene margen de maniobra para su actividad normal. Aun así, habrá que vigilar que el fondo de maniobra sea adecuado.
Ocurre cuando una empresa no puede cubrir sus deudas a corto plazo porque su activo corriente es insuficiente, lo que genera un fondo de maniobra negativo. Esto provoca problemas de liquidez y, si no logra renegociar plazos con proveedores o acreedores, podría verse abocada a la suspensión de pagos.
La situación se agrava cuando la empresa carece de fondos propios (su patrimonio neto es negativo o cero) y todos sus activos están financiados por deudas (pasivo). En este caso, se considera que la empresa está descapitalizada, ya que las pérdidas acumuladas han consumido sus recursos propios.
Esto genera un grave problema de solvencia, lo que dificulta seriamente su capacidad para afrontar las obligaciones de pago sin vender activos o recibir nuevas aportaciones de capital. En esta situación, la empresa se encuentra en situación de quiebra.
El fondo de maniobra es un fondo de seguridad que permite hacer frente a los posibles desajustes entre la corriente de cobros y la de pagos.
Representa la parte del activo corriente que se financia con fondos permanentes. Indica el margen de seguridad que tiene la empresa para hacer frente a sus deudas a corto plazo con sus activos más líquidos, manteniendo un excedente para operar.
FM = Activo Corriente – Pasivo Corriente
Representa la parte de los capitales permanentes (Patrimonio Neto + Pasivo No Corriente) que financia el activo corriente. Es la diferencia entre los fondos a largo plazo y el activo a largo plazo.
FM = Capitales Permanentes – Activo No Corriente
Indica que el activo corriente es mayor que el pasivo corriente. La empresa dispone de un excedente de activos líquidos para cubrir sus deudas a corto plazo y financiar su ciclo de explotación.
Indica que el pasivo corriente es mayor que el activo corriente. Parte del activo no corriente se está financiando con deuda a corto plazo. Esto genera un riesgo de liquidez, ya que los activos que generan flujos de efectivo a largo plazo se usan para pagar deudas que vencen a corto plazo.
Mide el rendimiento del activo. Es decir, muestra el beneficio que obtenemos por cada euro invertido en la empresa. Por ello relaciona el beneficio antes de intereses e impuestos (BAII) con el activo total.
El resultado nos indicaría cuántos euros obtiene la empresa de beneficio antes de intereses e impuestos por cada euro invertido en la actividad. Es decir, es la tasa a la que los activos son remunerados.
Indica los beneficios por unidad vendida. Se puede aumentar la rentabilidad económica si aumentamos los precios, lo cual podría ser interesante para productos caros como los perfumes. Otra opción es mantener el precio pero disminuir los costes unitarios, algo que también aumenta el margen.
Mide cuántas veces el activo total genera ventas en un periodo. Podemos aumentar la rentabilidad económica si logramos más ventas con el mismo activo, aprovechando mejor la capacidad productiva. Esta táctica es útil en sectores con productos de alta rotación y fuerte competencia, donde los márgenes son reducidos y la rentabilidad se basa en el volumen de ventas y la eficiencia en el uso de los activos.
Nos indica los beneficios netos que estamos obteniendo en relación a los capitales aportados por los socios. Por ello relaciona el beneficio neto y el patrimonio neto.
El resultado nos indicaría cuántos euros obtiene la empresa de beneficio neto por cada euro de patrimonio neto. Es decir, es la rentabilidad de los accionistas.
Es diferente al de la RE ya que ahora contamos con el beneficio neto y no el BAII.
Mide cuántas veces el activo total genera ventas en un periodo.
Muestra la relación entre el activo total y los fondos propios. Un mayor apalancamiento (mayor ratio Activo/Patrimonio Neto) implica que una mayor parte del activo se financia con deuda (Pasivo), dado que Activo = Patrimonio Neto + Pasivo.
Sería conveniente invertir el exceso en otros activos para obtener una rentabilidad interesante.
Se puede aceptar un mayor endeudamiento para así realizar inversiones con el objetivo de aumentar su rentabilidad.
Realizar una ampliación de capital con nuevas aportaciones de los socios.