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En el partido conservador
Cánovas había sido asesinado en 1897 y su sucesor Silvela dimite en 1903 muriendo dos años más tarde, en 1905. Después de una serie de enfrentamientos, eligen jefe del gobierno a Antonio Maura, un antiguo liberal, católico practicante y enemigo del caciquismo, y quien, ante la crisis del 98, adoptó una actitud de crítica y censura contra las prácticas políticas de la Restauración, elaborando un programa reformista, en el que consiguió incorporar buena parte de las propuestas “regeneracionistas”. Maura inició el llamado «gobierno corto» entre 1903 y 1905, y luego (después de casi dos años de gobierno liberal), el llamado «gobierno largo«, entre 1907-1909, proyectando lo que él mismo llamó la «revolución desde arriba» o proyecto reformista que había que aplicar si se quería evitar el desencadenamiento de un proceso revolucionario. Su objetivo era regenerar el sistema político buscando el apoyo social de las llamadas masas neutras (clases medias)
que hasta ese momento no habían participado en política; quería desbancar a los caciques e impedir que las clases populares adquiriesen excesivo protagonismo. Además, se esforzó por integrar en el proyecto reformista el catalanismo concediéndoles una mayor autonomía a los Ayuntamientos y Diputaciones y reconociendo las regiones. Hizo una ley electoral en 1907 que dificultó el fraude electoral aunque no consiguió acabar con la corrupción; este año se produjo el triunfo de Solidaridad Catalana (republicanos, nacionalistas y carlistas) en las elecciones nacionales -41 de 44 escaños- . También impulsó la política social, por ejemplo la creación del Instituto Nacional de Previsión y la Ley del descanso dominical.
Pero las tensiones entre Maura y el Rey, a raíz de ciertos nombramientos militares y, sobre todo, de la campaña orquestada en su contra después de la Semana Trágica, en la que ordenó actuar con brutalidad y dureza contra los supuestos responsables, provocó una violenta reacción nacional e internacional que acabó con su prestigio y le obligó a dimitir en octubre y a retirarse de la vida política activa.
Dentro del Partido Conservador se consolidaron dos familias: los mauristas, que intentaron crear un partido de talante más reformista, y los idóneos de Eduardo Dato (asesinado en 1921) que representaban la posición más tradicional.
En 1913 el Rey nombró al conservador Dato presidente del gobierno y éste tuvo que hacer frente a las consecuencias del estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
En el partido liberal, después de la muerte de Sagasta (año 1903), se suceden varios líderes hasta que José Canalejas se convertirá en el verdadero jefe de los liberales, gobernando en la etapa de 1910-1912. Era un hombre de prestigio que había ido fraguando un programa regeneracionista más abierto que el de Maura, pero con el idéntico fin de provocar la revolución desde arriba a través del ejercicio del poder.
Se propuso la modernización de la vida política, modificando la financiación de la Iglesia e intentando una mayor separación entre ésta y el Estado. La negativa de la Santa sede a cualquier proceso de reforma trajo consigo la promulgación de La Ley del Candado (1910), que intentaba poner coto a la preponderancia de las órdenes religiosas en España y limitaba el establecimiento de otras nuevas. En política social se sustituyó el impuesto de consumos por un impuesto progresivo sobre las rentas urbanas que originó la protesta de la burguesía.
Se cambió la ley de reclutamiento (obligatorio cuando hay guerra y se suprime la redención en metálico; en tiempos de paz se reduce el tiempo de permanencia en función del pago de dos niveles de redención), y se promulgaron leyes para mejorar las condiciones laborales.
Favoreció a los partidos catalanistas y elaboró en 1912 la Ley de Mancomunidades que posibilitó la unión de las Diputaciones, es decir, la unión administrativa de las cuatro provincias; su asesinato hizo que se constituyera en 1914, en la época del conservador Dato y siendo su presidente Prat de la Riba, uno de los líderes de la Lliga Regionalista.
El nuevo organismo de la Mancomunitat Catalanaestuvo vigente hasta su disolución por Primo de Rivera en 1925, y fue un claro antecedente de la Generalitat Republicana. Tenía el mismo presupuesto y las mismas competencias (beneficencia, cultura y obras públicas) que las Diputaciones Provinciales.
El Instituto Nacional de Previsión es un organismo estatal autónomo creado en 1908 para el establecimiento de un sistema de seguros de carácter voluntario, hasta 1919, fecha en la que se inició la implantación de los regímenes de seguridad obligatorios.
Al no haber unanimidad en cuanto al sucesor de Sagasta, se optó por la rotación entre diferentes líderes. Coincide esta etapa liberal al frente del gobierno con el incidente del semanario humorístico Cu-Cut ocurrido en 1905, con motivo de un chiste que los oficiales de la guarnición de Barcelona consideraron insultante y que, en 1906, dio lugar a la publicación de la Ley de Jurisdicciones, nombre con que se conoce la ley sobre los delitos contra la Patria y el Ejército, aprobada por el Congreso español el 20 de marzo de 1906, por la que serían juzgados por tribunales militares. El proyecto encontró gran oposición en amplios sectores de la opinión pública, y en Cataluña, la protesta contra esta ley sirvió de elemento integrador de diversos grupos de oposición que constituyeron el movimiento de Solidaridad Catalana (republicanos, nacionalistas y carlistas), consiguiendo en los comicios de 1907, 41 de los 44 escaños que Cataluña tenía en el Congreso de los Diputados; se desintegrarían un año más tarde debido a la heterogeneidad de intereses que agrupaba. Esta victoria significó el fin del turno dinástico en buena parte de Cataluña y la consolidación del catalanismo y el republicanismo como las fuerzas políticas hegemónicas.
Además, la aprobación de la Ley señaló la reaparición del Ejército en la vida política española como un importante núcleo de presión, a la vez que dejó patente la impotencia de los partidos dinásticos.