Portada » Filosofía » Testimonio de los sentidos Nietzsche
Aspecto superficial de una cosa
Que se capta por los sentidos. En la metafísica tradicional se utiliza como
Opuesto a “realidad” lo que según Nietzsche es un engaño motivado por el miedo
A la contingencia y el perpetuo devenir.
No existe tal oposición entre
Apariencia y realidad. Lo que se considera apariencia es la única realidad que
Existe.
Son los
Conceptos que ha creado la “razón” para explicar la realidad: unidad,
Identidad, permanencia, causalidad, sujeto, materia, ser, objeto, necesidad…
Los listados más conocidos de categorías son los establecidos por Aristóteles y
Por Kant.
Para Nietzsche son solo la expresión abstracta de las
Funciones gramaticales del lenguaje.
O sea, ficciones que proceden de una
Proyección antropom6rfica (pensar que la realidad se comporta como pensamos que
Se comporta el hombre). Por ese motivo cada lengua natural posee su propia
Manera de estructurar el mundo, de organizar los fenómenos.
Proviene del latín y significa
Literalmente “por causa de sí mismo”. En filosofía se llama así a las
Realidades de primer orden, valores supremos como el ser, lo absoluto, el bien,
La verdad, la belleza, lo perfecto.
Idea que concibe o forma el
Entendimiento. Se construyen de la siguiente manera: el ser humano posee la
Necesidad de transmitir a otros sus experiencias personales. Para ello, nos
Valemos de un sonido articulado (la palabra), que tiene un carácter simbólico.
A continuación, se produce un pacto por el que se generaliza el uso de ciertas
Palabras y aparece así el concepto:
Por ejemplo, aplicamos el concepto
“enamoramiento” a todos aquellos comportamientos en los que hay un profundo
Deseo de estar junto a otra persona, a pesar de que cada experiencia singular
Es esencialmente desigual de cualquier otra. El concepto se forma cuando se
Abandonan de manera arbitraria las diferencias individuales. Por eso es siempre
Un prejuicio, una máscara.
Es inevitable la formación de conceptos, pues de esa forma
Hacemos frente al devenir. Los conceptos nos sirven de balizas para vivir y
Comunicarnos. Pero si no queremos desmentir la vida que somos, no queremos convertirnos en uno más del
Rebaño, hemos de tener siempre presente que no son más que metáforas pactadas.
Con el tiempo se olvida el origen metafórico del concepto
Universal y este pasa a gobernar nuestras vidas. Valgan como ejemplos las
Discusiones sobre si Cataluña es “una nacíón”, “una regíón”, “una comunidad
Autónoma”, “una realidad nacional”, etc. O si un matrimonio homosexual es
Realmente un matrimonio. Es decir, creemos que los
Conceptos traslucen realidades objetivas, en vez de ser una simple ficción construida desde una perspectiva determinada.
Para los filósofos tradicionales, el ser
Humano tiene un cuerpo, pero
no esun cuerpo. En Platón o Descartes el concepto ‘alma’ subsume toda la
Realidad humana. Es una consecuencia de su modo de valorar: los sentidos nos engañan (al mostrarnos el devenir como
Real) y, en consecuencia, todo lo sensible
-como el cuerpo- adquiere una connotación negativa. Por otro lado, lo corporal se emparenta con las
Pasiones, con lo irracional, con los placeres, es decir, con todos aquellos valores vitales a los
Que la tradición occidental ha declarado hostilidad. Nietzsche se
Opone radicalmente a esta manera decadente de valorar e interpreta que
La estructura ontológica del hombre no es otra que la de ser un cuerpo
Viviente. El cuerpo es el ser del hombre, su sí mismo íntegro: «…Cuerpo soy yo íntegramente, y ninguna otra cosa;
Y alma es sólo una palabra para designar algo en el cuerpo». Y
También: «Detrás de tus pensamientos y sentimientos, hermano mío, se encuentra un soberano poderoso, un sabio
Desconocido -llámase sí-mismo. En tu cuerpo habita, es tu cuerpo».
Por último, «hay más razón en tu cuerpo que en tu mejor sabiduría».
La realidad entendida como proceso o cambio. La metafísica tradicional lo
Trata como mera apariencia, como humo
Irreal, frente al ser que se caracteriza por su permanencia, unidad,inmutabilidad…
La división entre “apolíneo” y “dionisíaco” como dos actitudes básicas ante
Lo real es una constante en el pensamiento de Nietzsche desde su primer libro.
Rinden tributo respectivamente a Apolo, Dios
Solar del orden y la medida, de la proporción y moderación, frente a Dionisos,
Dios de la embriaguez, el caos y lo irracional.
Apolo ama la
Definición, la figura, la forma, el equilibrio y la medida. Por eso es
Reconocible en las artes plásticas. Por el
Contrario, Dionisos expresa la experiencia de inmersión en el caótico y desmesurado devenir de la vida; la embriaguez que
Rompe y sobrepasa toda medida, forma o figura. Dionisos parte de la
Comprensión de la ausencia de fundamento de las cosas, de su falta de fondo.
Siente continuamente bajo sus pies el
Abismo de gozo y horror en que consiste la vida. Su arte es la música.
Según Nietzsche, todo
Lo apolíneo tiene como fondo lo dionisíaco y es precisamente el olvido de este sostén de toda forma en lo desmesurado, de
Todo pensamiento en la vida, lo que ha provocado la decadencia que ha
Caracterizado la tradición occidental. El inicio de este declive lo sitúa en el
Espíritu racionalizador de Sócrates y Eurípides.
Para Nietzsche lo
Dionisíaco es lo prioritario. Si lo apolíneo somete a lo dionisíaco se produce
Una falsificación de la vida. Es lo que ha ocurrido con la tradición
Occidental, que valora lo que no es sino antivital.
Egipto fue una cultura caracterizada por su pasión por lo eterno, inmutable
Y estático: momias, estratificación social cerrada, ausencia de movimiento en
Sus representaciones pictóricas, hieratismo, obsesión por la inmortalidad,
Construcción de colosales monumentos funerarios diseñados para desafiar el
Tiempo… De ahí que Nietzsche la use como metáfora reveladora de la
Idiosincrasia de los filósofos
Tradicionales.
La realidad misma en su grado más álgido, Dios como cumbre de la
Metafísica tradicional. Dios no es sólo una
Creencia de algunos filósofos, sino el fundamento último de toda existencia. La metafísica, y con ella toda la
Cultura occidental, se ha construido sobre la distinción entre el mundo
Espiritual y el mundo sensible, con Dios en la cúspide de toda la realidad.
Idolatría, veneración excesiva. El fetichismo es un mecanismo
Psicológico por el que se proyecta sobre un
Objeto cualidades de las que éste carece. Toda superstición es una forma de fetichismo
(el llavero que me da suerte, la sal derramada que augura desgracias). El
Hombre es fetichista en su concepción del
Lenguaje, pues cree que las palabras retratan una realidad objetiva. Creer,
Por ejemplo, que existe el
Colectivo real de los murcianos por el hecho de que exista la palabra
‘murciano’.
Esta expresión la utiliza Nietzsche en un sentido peyorativo para referirse
A una tradición que nace con Parménides (el
Primero en desdoblar la realidad en «verdadera» y
«aparente»), en Platón
Encuentra sus rasgos más carácterísticos y alcanza hasta su propia época con el
Positivismo.
Este
«platonismo» no sólo es la seña de identidad de la filosofía, sino de
Toda nuestra cultura (por ello afirma
Nietzsche que «el cristianismo es platonismo para el pueblo», es
Decir, un platonismo accesible a
Personas sin formación filosófica).
Para Nietzsche el
Origen de la creencia en un «mundo verdadero», perfecto, eterno
E inasible a los sentidos, ha de
Situarse en una incapacidad vital.
Nietzsche se refiere con esta expresión al conjunto de reglas y
Principios que regulan el uso del
Lenguaje. Equivale, pues, a la expresión «metafísica del lenguaje».
El punto de partida de
Todas las gramáticas es la atribución de una acción a un agente. Eso implica la existencia de un ‘yo’ -uno, estable y agente-
Que decide voluntariamente ejecutar determinadas acciones. Este modelo basado en el principio de causalidad (una causa
Que produce efectos) se aplica analógicamente a todas las demás
Realidades, y así se crean los conceptos de ‘sustancia’, ‘cosa’, ‘ser’… La gramática
Nos impulsa a creer que toda acción ha de tener detrás un sujeto, un agente.
Esta «metafísica popular» también nos dificulta percibir la
Realidad como proceso, como cambio, con el uso reiterado del verbo
«ser», que nos invita a creer que existen entidades dotadas de rasgos
Permanentes (substancias).Asimismo, al
Designar con la misma palabra cosas diferentes, se sugiere la existencia de
Esencias universales. El lenguaje
Nos induce continuamente a una interpretación substancialista de lo real.
Hay una línea directa
Que va desde los presupuestos de la gramática hasta la creencia en Dios.
Por eso una verdadera filosofía que
Quiera hablar del devenir ha de luchar contra todas las «evidencias» sustentadas por el lenguaje.
Su origen no se debe a la búsqueda de conocimiento sino a la necesidad de
Expresar una experiencia vital propia. Por eso tiene originariamente
Un carácter metafórico: las palabras provienen de gritos que son
Expresiones individualizadas de experiencias singulares. Es absurdo pensar
Entonces que el lenguaje está hecho para
Reproducir objetivamente la realidad; se trata simplemente de una herramienta
De comunicación y supervivencia: un puente entre individuos para compartir
Experiencias y manejar mejor la realidad.
Ahora bien, muchos
Humanos no son capaces de soportar el continuo vértigo de una vida que
Pasa azarosamente del placer al dolor y viceversa, se muestran aterrorizados
Ante la perspectiva de entregarse al abismo
De una existencia sin fundamento y en perpetuo cambio. Y entonces fijan la
Metáfora, delimitan unas fronteras de
Significado y la convierten en un
concepto
de obligado cumplimiento, acatado por todos. Ahí está el ejemplo de Sócrates,
Pertinazmente empecinado en definir de una vez por todas los conceptos
Universales. Aparece también el concepto de verdad, como adecuación entre la realidad y el pensamiento.
A la ilusión originaria se le otorga entonces, a través del uso y la costumbre,
Su valor «más alto», que supone en realidad el valor «más
Bajo» desde el único punto de vista relevante, el de la vida. Como una
Moneda que, con el paso del tiempo y el uso, ha perdido su imagen y es
Ahora sólo chatarra, el «concepto verdadero» únicamente sirve
Entonces para morigerar las experiencias singulares a través
De un patrón uniformador y negador de las diferencias.
Por ejemplo, aquel que se acusa a sí mismo de no ser un «verdadero
Pintor» porque a veces prefiere dar forma a sus
Intuiciones creativas a través de la escritura, o se reprocha no ser un
«buen hijo», porque de vez en
Cuando le asalta el deseo de estar lejos de sus padres. Al intentar amoldar sus
Experiencias a los conceptos generales forjados, anubla su percepción
Interna y uniformiza el latido plural y contradictorio
De donde brota todo querer.
La influencia del
Lenguaje es enorme porque el pensamiento humano es lingüístico. Por eso, al tener la mayoría de las frases una estructura
Sujeto-predicado, se fomenta una interpretación sustancialista de la realidad. Si nuestra gramática
Fuese de otro modo, nuestra manera de comprender la realidad sería
Diferente. Por eso es fundamental que el hombre deje de tener fe en la
Gramática, es decir, de creer que sus
Categorías constituyen un trasluz de lo real.
La metafísica es para Nietzsche lo esencial de la tradición cultural de
Occidente: la invención de un «mundo verdadero» enfrentado a un
«mundo aparente». La intención de ello es dotar a las cosas valoradas como buenas un origen propio y
Separado del mundo terrenal, que es contradictorio, contingente, mudable, inconsistente y fugaz. Está
Por tanto al servicio de las tendencias anti-vitales. Todo lo
Relacionado con el cuerpo (sentidos, placer, sensualidad) queda desvalorizado y
Se exalta lo espiritual-racional.
Esta
Actitud se explica por el temor al devenir, a la muerte, al caos. Las categorías
Metafísicas(esencia, sustancia, alma, unidad, permanencia,
Dios…) se inventan para encontrar la quietud, el orden,
La paz, que están ausentes del único mundo existente, el de los
Sentidos. Los filósofos, incapaces de aceptar el caos, el torbellino de
Sensaciones vitales, la multiplicidad desbordante, la irracionalidad del
Universo, construyen, por su interés propio, un mundo irreal donde
Poder sobrevivir. Es esa fragilidad mental la que explica las fantasías metafísicas.
Es un juego de palabras típico de Nietzsche. Resulta de la fusión de»monoteísmo» y «monótono». La
Metafísica tradicional se caracteriza por lo que Nietzsche llama el «monoteísmo de la verdad»: la creencia en
Una verdad única y excluyente que reside en un transmundo.
La consecuencia
Inevitable es la desvalorización del único mundo real, la declaración de guerra
Ala naturaleza y a la voluntad de vida. Por
Tanto, la monotonía, el aburrimiento, el hastío, el Nihilismo. Frente al
Monótono-teísmo, Nietzsche reivindica el gozoso politeísmo de la verdad.
La “razón” (Nietzsche no utiliza aquí las
Comillas, pero tiene el mismo sentido que si lo hiciera -véase “razón” en el
Vocabulario-) desempeña en el lenguaje una función perniciosa: confiere a las
Estructuras gramaticales un valor ontológico, es decir, las considera reales.
La “razón” inevitablemente elabora conceptos para entender el continuo
Cambio en que consiste la realidad: no hay otra forma de hablar de ella, de
Manejarse con ella. Como Kant expone en su “Crítica de la Razón Pura”, la
“razón” experimenta una tendencia natural hacia lo incondicionado, hacia lo
Universal y
necesario.
El gran error es creer que esta tendencia (este “prejuicio”) se corresponde
Con algo real incondicionado, universal, necesario, fijo.
Uso de la facultad intelectiva en una
Dirección opuesta a la vida, para alejarnos de ella; por tanto, se trata de un
Uso espurio.
La “razón” pretende construir una realidad estática, por tanto, falsea el
Testimonio de los sentidos, ya que estos nos ponen en contacto con lo
Perpetuamente cambiante. Nietzsche rechaza esta creencia que fosiliza el
Devenir, de ahí que use las comillas.
En definitiva, el origen de esta “razón” contraria a los sentidos es el
Rechazo a la vida. Nietzsche alude con su metáfora del Úbermensch (que es mejor
Traducir como “ ultrahombre’ en lugar de “ superhombre’) a la persona capaz de
Desarrollar una razón totalmente reconciliada con la intensidad vital.
Alude a una realidad permanente, única y estable.
Para Nietzsche es una “ficción vacía” que traiciona el carácter mutable de lo
Real.
“El concepto de ser» está a la base del lenguaje, pues subyace a cada
Palabra, a cada frase que pronunciamos “Francia es una República”, “la familia
Es una institución social de decisiva importancia”, “la ballena es un mamífero”…).
Por eso continuamente nos seduce a pensar de una manera sustancialista.
Se trata de un error que ha tenido funestas consecuencias en la
Civilización occidental: no existe el ser, sólo el devenir que crea y destruye
Incesantemente.
Desde la perspectiva de lo eterno. Se
Trata de un emblema filosófico de Baruch de Spinoza, pensador holandés del XVII
Perteneciente al Racionalismo (en realidad, la expresión spinozista es sub specie
Aeternitatis: desde la perspectiva de la eternidad). La verdad se alcanza
Cuando se conoce desde esta perspectiva, pues describe lo que es universal y
Eternamente cierto. Supone en rigor el punto de vista de Dios. Para alcanzar
Ese punto de vista, el ser humano ha de abandonar su perspectiva particular y
Acceder a una intuición totalmente desinteresada, ajeno a sí mismo como
Individuo y por tanto sin que le perturben las pasiones individuales.
El término “sustancia” es uno de los más
Carácterísticos de la metafísica tradicional. Proviene del verbo latino
Substare, “lo que está debajo de”. Una sustancia está debajo de cualidades o
Accidentes, sirviéndoles de soporte, de modo que las cualidades o accidentes
Pueden cambiar en tanto que la sustancia permanece.
Se trata, en consecuencia, de una realidad invariable y estática, que
Permanece debajo de las apariencias plurales, cambiantes y, en esa misma
Medida, irreales.
Es, por ello, uno de los rasgos inherentes al concepto de ser tradicional.
Conocimiento objetivo de la realidad. Por
Tanto, se presupone la existencia de una realidad absoluta. Es una convicción
Carácterística de la filosofía tradicional.
Criterio fundamental de valoración en
Nietzsche (de ahí que su Filosofía sea considerada como vitalista). Todos los
Valores (y verdades) son inventados, pero sólo aquellos que afirman la vida son
Aceptables (brotan de la voluntad de poder afirmativa).
Por el contrario, la cultura occidental se ha caracterizado por sus valores
Contrarios a las tendencias primordiales de vida, a partir de una moral de
Resentimiento (es decir, de la voluntad de poder negativa), que se rebela
Contra los instintos y el mundo biológico y natural.
Facultad que causa las acciones. Es una ficción (al igual que las figuras
Mitológicas que sirven de modelo a las constelaciones). Ya Kant
Establecíó que no era posible demostrar su existencia desde la razón teórica, pero que era necesaria
Suponerla, como postulado, para la moralidad (según Nietzsche, sin
Embargo, la moral a la que se refiere no es universalmente válida sino
Particular, con sus condicionantes psicosociales e históricos,
Por tanto, resultado de una determinada posición de valores
Por parte de un tipo de ser humano, en concreto caracterizado
Por ser negador de la vida).
No hay voluntad como algo unitario, sino
Lo que hay es una pluralidad incluso antagónica de quereres, de deseos,
De impulsos. Al igual que el yo, que es igualmente
Multiforme. Es el lenguaje el que nos hace
Ver el ‘yo’ y la ‘voluntad’ como algo unitario.
Unidad sustancial que subyace a cualquier estado de un sujeto. Se
Trata de otra ficción provocada por el
Lenguaje. Para Nietzsche lo que llamamos ‘yo’ es el escenario de un campo de
Fuerzas en tensión, que tiene como resultado que un instinto u
Otro resulten dominantes y a ese instinto dominante lo llamamos
‘voluntad’. Las fuerzas en juego son muy heterogéneas: las hay activas (fuerzas
Que actúan) y reactivas (fuerzas que se limitan a reaccionar ante la acción
Afirmativa). El predominio de las primeras origina una voluntad de poder
Afirmativa, creadora, artística, mientras que el de las segundas provoca
Una voluntad de poder negativa, conservadora, resentida.