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PROBLEMA DE LA REALIDAD El primer tema filosófico que se plantea Santo Tomás es la existencia de Dios. Lo único que ocurre es que, en lugar de partir, en su filosofía, de los datos iniciales con los que topa la razón, parte de lo que él considera el final de la actividad filosófica: la existencia de Dios. Puesto que la fe puede adelantarse a la razón y señalarle el camino que ha recorrer. La única condición que se precisa es que todos los pasos que se den para demostrar la existencia de Dios, o cualquier otra cuestión, sean racionales. Según Santo Tomás, demostrar racionalmente la existencia de Dios es necesario y posible: necesario porque la existencia de Dios no es evidente para nosotros; el hombre no posee de forma natural, innata, un concepto de lo infinito, de Dios, por eso necesita ser demostrado por medio de cosas más conocidas por nosotros: sus efectos. Y posible porque el hombre, apoyándose en las cosas sensibles, puede demostrar la existencia de Dios. Por un efecto cualquiera puede demostrarse, sin lugar a dudas, la existencia de una causa y de este modo es posible demostrar la existencia de Dios por sus efectos.Para demostrar la existencia de Dios, utilizará cinco vías. Todas ellas ponen en juego dos elementos distintos: la comprobación de que existe una realidad sensible que requiere una explicación, y la afirmación de una serie causal cuya base es la realidad sensible y cuya cima es Dios. El principio de causalidad se convierte, así, en el fundamento de la existencia de Dios.La vía del movimiento: las cosas del mundo se mueven y todo movimiento debe tener una causa exterior a él mismo. Como no se puede retroceder hasta el infinito, ya que, si no hay un primer motor, tampoco hay un segundo, ha de admitirse la existencia de un primer motor que no es movido por ningún otro, Dios. La vía de la causalidad eficiente: todas las causas de este mundo están causadas. Como ninguna cosa puede ser causa de sí misma porque la causa es anterior al efecto (y si no hay una causa primera, tampoco habrá una segunda ni una última), es necesario poner una primera causa eficiente, Dios .La vía de la contingencia: los seres de la realidad, aunque existen, podían no haber existido, ya que ninguno de ellos es necesario. El hecho de que existan implica la existencia de un ser necesario, Dios.La vía de los grados de perfección: detrás de la mayor o menor perfección de las cosas, hay un ser perfecto en grado sumo. Este sumo perfecto es la causa de todo lo que en general es valioso, porque todos los valores participan de él. Este ser será Dios. La vía del orden
cósmico: los cuerpos naturales tienden a un fin, aun cuando carezcan en sí mismos de conocimiento. La regularidad con la que alcanzan el fin muestra que no llegan a él por casualidad; y, si carecen de conocimiento, es preciso que alguien conozca por ellos. Esta inteligencia primera es Dios.Una vez demostrada su existencia, Dios puede ser conocido por la razón humana, pero de manera imperfecta, pues que es infinito y las inteligencias humanas, finitas. Las características que le atribuye las basa en tres vías. Dios es inmutable, eterno y posee todas las perfecciones (vía de la afirmación), mas se puede decir lo que no es (vía de la negación) y cuando se dice de él algo positivo, hay que hacerlo en grado eminente, en grado sumo, en un orden superior al utilizado para hacer referencia a las realidades de este mundo (vía de la eminencia).Una vez ha demostrado su existencia y ha descrito su esencia, Tomás de Aquino establece que el mundo ha sido creado por Dios de la nada (ex-nihilo) y de forma voluntaria, totalmente libre. El mundo depende de Dios, no sólo en su comienzo sino también en toda su duración, ya que los seres creados son seres participados. Este concepto, de influencia platónica, significa que los seres creados poseen su propio ser, pero que lo reciben continuamente de otro. De ahí que Santo Tomás piense que Dios no sólo ha creado el mundo, sino que también lo conserva continuamente. Además, como creyente, sabe que el mundo ha sido creado en el tiempo, pero como filósofo piensa que no puede adoptar ninguna decisión.
EL PROBLEMA DEL SER HUMANO: La visión del hombre que posee Tomás de Aquino está tomada de Aristóteles, sobre todo en su terminología, aunque modificada profundamente como consecuencia de su fe cristiana. Santo Tomás afirma que el hombre es una unidad sustancial. El cuerpo y el alma no son dos sustancias diferentes unidas, sino que constituyen una sola realidad, una única sustancia. El cuerpo es la «materia» y el alma la «forma». Sin embargo, existe entre el cuerpo y el alma una independencia, aunque sin llegar a la antítesis. Al ser el alma independiente del cuerpo, no puede ser aniquilada con éste y, como es una forma pura, no puede tampoco ser destruida en sí misma (en contra de Averroes). El alma puede existir con independencia del cuerpo, cosa que ocurre cuando el hombre muere, pues el alma humana es inmortal. Al igual que Aristóteles, Tomás de Aquino distingue en el alma humana tres tipos diferentes de funciones: vegetativa, sensitiva e intelectiva.