Portada » Psicología y Sociología » Marihuana músculos
A )Clasificación según la dependencia que producen–
sustancias que prometen alguna forma de paz, por amortiguar la conciencia moral, como el alcohol o el éter; por analgesia directa (morfina y codeína); por inducir además euforia (heroína); por asfixia del cerebro (los neurolépticos); o por embrutecimiento anímico (sedantes). «Paz» cuyo abuso se paga con adictividad.
otorgan una forma de energía, como la cocaína, el crack, la caféína, etc. Estas no suelen ser adictivas, pero su abuso resulta más dañino para el cuerpo, el rendimiento inicial es grande, pero puede seguirle un colapso del motor (del organismo en el caso de la persona).
Sustancias que proporcionan algún tipo de “viaje” o “excursión psíquica”, tanto los denominados fármacos menores(MDMA o éxtasis, drogas de diseño), como los mayores (mescalina, LSD).“Paz”, “energía” y “excursión psíquica” son opuestas a la angustia, apatía y rutina, eternos enemigos del ánimo. La pervivencia de esos enemigos explica la pervivencia inmemorial de los remedios que, son sustancias idénticas o parecidas a los neurotransmisores, que transmiten los impulsos nerviosos.
Es una droga cuyo consumo se estimula por la publicidad y las tradiciones sociales. El alcohol no es un estimulante; el comportamiento de las personas que ingieren alcohol en determinados actos sociales se debe a que es un sedante del SNC. Tampoco es un afrodisíaco, ya que deteriora el desempeño sexual, sobre todo de los hombresLos efectos del alcohol dependen de la cantidad y frecuencia de la ingestión. En pequeñas cantidades amortigua la conciencia, reduce las inhibiciones sociales y produce sensaciones de relajación y euforia. Pero un consumo excesivo produce graves efectos: daños del sistema nervioso o del hígado, interfiere en la percepción de nuestros sentidos y disminuye la autoconciencia. En alcohólicos crónicos puede originar delírium tremens o el «síndrome de Korsakov» (se borra de la memoria cualquier acto reciente, aunque el individuo pueda recordar su infancia).
-Fármacos sedantes (barbitúricos). Los barbitúricos, en dosis bajas, tienen un efecto similar a la embriaguez alcohólica y, en dosis altas, pueden ocasionar confusión mental grave o síntomas psicóticos (pérdida de contacto con la realidad). La sobredosis de barbitúricos puede causar el coma o la muerte, porque produce parálisis de los centros cerebrales, reguladores de la respiración. –
Fármacos tranquilizantes (ansiolíticos). La ansiedad o tensión nerviosa supone sentimientos de aprensión e insegura a -que impiden realizar las tareas cotidianas. Los ansiolíticos sirven para combatir la ansiedad o aliviar el nerviosismo y el estrés. Aunque su poder adictivo es escaso, si las dosis son altas se puede generar dependencia física. –
El opio es una droga psicoactiva ya utilizada por los griegos con fines placenteros o medicinales .Las dos sustancias derivadas del opio más importantes son la morfina y la heroína. La morfina ha sido uno de los analgésicos más utilizados durante la historia para aliviar el dolo; produce euforia, somnolencia y alivio del dolor, y cuando se interrumpe su ingestión, el adicto se vuelve hiperexcitable, deprimido e hipersensible al dolor. El fármaco más utilizado para combatir la adicción a los opiáceos es la metadona, que es una sustancia sintética derivada del opio. Se utiliza para el tratamiento de la dependencia a la heroína, porque neutraliza la euforia de ésta y evita la aparición del síndrome de abstinencia.
Los usos médicos legales de estas sustancias son el tratamiento de la narcolepsia, la hiperactividad infantil y la sobredosis de fármacos sedantes. Las anfetaminas aceleran el uso de los recursos corporales y producen gran variedad de efectos conductuales: aumentan el rendimiento, mejoran el nivel de alerta del organismo y ayudan a combatir la fatiga. A corto plazo, permiten un esfuerzo continuado sin descanso ni sueño. Su consumo prolongado produce tolerancia, y en dosis elevadas aparece insomnio, pérdida de peso,.. También pueden originar una pérdida de contacto con la realidad, conocida como psicosis anfetamínica: los usuarios afectados se sienten amenazados y sufren delirios paranoides.
La cocaína incrementa la actividad de las vías del cerebro sensibles a dos mensajeros químicos: la noradrenalina (activa el cerebro) y la dopamina (produce una «oleada» de placer). Provoca sensaciones de euforia, seguridad y bienestar, y cuando se acaban sus efectos, el sujeto puede sufrir trastornos del sueño, ansiedad o depresión. El abuso de cocaína se ha generalizado peligrosamente en los últimos años.
-MDMA (éxtasis). La metilendioximetanfetamina (MDMA) es una droga sintética con propiedades alucínógenas. Puede provocar deshidratación, hipertermia , tensión muscular, desmayos y escalofríos, etc… Según A. Escohotado, «el éxtasis tiene como rasgo peculiar La empatía o capacidad para establecer contacto con el sentimiento; a cambio de no cruzar las puertas de la percepción, permite trasponer o desempolvar la puerta del corazón».
La principal sustancia química activa de la marihuana es el tetrahidrocannabinol o THC, un alucínógeno moderado. Las hojas con bajas proporciones de THC son las que se denominan «grifa» .Parece que existe una alternancia en los efectos subjetivos de la marihuana, por una parte, están las risas y agudeza para lo cómico, la efusión sentimental y desembarazarse de inhibiciones personales. Y, por otra, existe un elemento de aprensión y zozobra, una tendencia a ir al fondo de la realidad, que nos señala todo lo que pudimos o debimos hacer y no hemos hecho. Diversos estudios han demostrado que la marihuana es eficaz para aliviar la situación de enfermos graves.
En este grupo de sustancias se encuentran las que alteran la percepción sensorial produciendo experiencias peculiares: El LSD, la mescalina y la psilocibina.
Las drogas psicodélicas cambian la percepción sensorial y alteran la concepción del espacio, del tiempo y del sentido del “yo”. Estas drogas, aunque distorsionan la percepción y el conocimiento, refuerzan la sensibilidad y producen la sinestesia, es decir, la transmutación de las sensaciones. El sonido se puede experimentar como visión, el tacto como sonido, etc.